Córdoba

En búsqueda de un espíritu fraterno y justo

  • El Ramadán es el tiempo más sagrado para la comunidad musulmana, que ayuna desde el amanecer hasta la puesta de sol

El mes de Ramadán es el tiempo más sagrado para la comunidad musulmana. Desde el pasado 9 de julio, todos los creyentes de Alá realizan en su mezquita más próxima cinco rezos al día y guardan ayuno desde el amanecer hasta la puesta de sol. "El ayuno es corporal y espiritual", señala el antiguo imán de la Mezquita Basharat de Pedro Abad, Abdullah Mohammad Syed, que realizó una visita, antes de partir de nuevo a su residencia actual en Chile, a los fieles que acuden a este templo para predicar de la comunidad Ahmadía. "Seguimos el camino de los suníes, pero no somos radicales", aclara.

Todo comienza con los primeros rayos de sol, cuando el imán llama a los hermanos de la comunidad para acudir a la primera oración del día. En el siguiente rezo, el del mediodía, emite un mensaje por el canal satélite.

El Ramadán también es una época de regreso a los orígenes y visita a las familias para compartir el camino hacia la espiritualidad y la pureza. El libro sagrado de la religión islámica, el Corán, señala que el Ramadán es "el tiempo para hacer sacrificios y ser justos". "Dios es el creador de todo y nos pide hermandad y fraternidad, pero para compensar también pide sacrificios", destaca Mohammad Syed. Respecto al ayuno, el imán asegura que "científicamente, está demostrado que es bueno para reconfortar y cuidar la salud".

Esos sacrificios se traducen en una identificación con aquellos que pasan necesidades. "Yo no como y tengo la sensación de hambre, pero cuando tengo ese sentimiento, con el corazón, yo ayudo a aquellas personas que pasan hambre", explica. El imán, en el discurso previo a la oración principal, insiste en que Dios "tiene abierta la puerta sagrada al paraíso para todos aquellos que han hecho el ayuno, pero también a los que hablen bien del profeta e ignoren las influencias que vulneren la espiritualidad". La comunidad musulmana busca en este periodo liberarse de todos los pecados y de las malas influencias para llenar su espíritu de buenas acciones y voluntad positiva. Este sacrificio del ayuno interno y externo obtiene su recompensa en el paraíso, junto a Alá.

Llega la hora del segundo rezo del día y todos comienzan su ritual previo. Primero se saludan, después se descalzan y luego pisan la limpia alfombra para orar. Cada uno de ellos tiene su propio ritmo y manera de rezar. Una vez realizada la primera oración, el antiguo imán Abdullah Mohammad Syed, predica los versículos del Corán que engloban la idea principal del periodo más importante y esperado por todos los creyentes de la religión islámica. La síntesis de todos los ritos se resume en "ser justos para acercarse a Dios".

La comunidad Ahmadía de España tiene su sede central en la mezquita Basharat de Pedro Abad, junto a la autovía A-4. "La ubicación del recinto permite a muchos viajeros procedentes de Marruecos, Argelia y otros países musulmanes hacer una parada en el camino para cumplir con el rezo", manifiesta el presidente de la comunidad, a nivel nacional, Abdul Razak.

Jacinto Muñoz es un joven español, hijo de emigrantes, que trabaja en Alemania, pero que durante el Ramadán acude al municipio cordobés de la comarca del Alto Guadalquivir para encontrarse con sus seres queridos y predicar la oración con ellos y otros amigos. Antes de cumplir con el rezo, Muñoz escucha el mensaje del imán. Las nuevas tecnologías permiten visualizarlo por el canal satélite creado por la comunidad para llegar a todos sus miembros en todo el mundo. El mensaje es traducido en siete idiomas. "El califa nos aconseja que evitemos las injusticias, que pueden aparecer en cualquier momento y contaminan el alma", insiste el joven, que destaca la tolerancia y el respeto hacia ello que hay en España y en el país germano.

Los creyentes del Islam tienen en el Ramadán el comienzo de un camino marcado por el respeto a Dios, el sacrifico y la ayuda a los seres más cercanos. Sendero que debe prolongarse en el tiempo.

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