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El brazo de Luke Skywalker
Desde hace poco más de un año la Agencia estadounidense FDA) aprobó la venta de las primeras prótesis de brazo de alta tecnología, que puede realizar múltiples movimientos
UNA de las escenas más famosas de la historia del cine es en la que el padre de Luke Skywalker, Darth Vader, le corta el brazo en una pelea con sus espadas láser. Todo esto sucede en la película de ciencia ficción La Guerra de las Galaxias. Posteriormente le reimplantan un apéndice biónico y la saga continúa como si nada. ¿Se imaginan que fuese así de fácil?
Desde hace poco más de un año la Agencia estadounidense para el control de los medicamentos (FDA) aprobó la venta de las primeras prótesis de brazo de alta tecnología, el DEKA Arm System, que puede realizar múltiples movimientos simultáneamente controlado por señales eléctricas que provienen del cuerpo del portador. Le dieron el nombre en honor a la archiconocida película, y el brazo se llamó prótesis Luke Skywalker.
Hasta aquí todo muy bien. En algún otro artículo hemos hablado del avance de la ciencia y en las diversas posibilidades que brindaría en un futuro no muy lejano. Lo impactante en esta ocasión y de lo que se han hecho eco en diversas revistas científicas y de robótica es la mejora en dicha prótesis, hasta el punto de poder recuperar el sentido del tacto. Esta vez le toca el turno de colgarse la medalla a la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa de los Estados Unidos (DARPA). La DARPA es una de las dependencias que más ha avanzado en el tema de desarrollos de robótica e inteligencia artificial y ha anunciado que a la prótesis Luke Skywalker la han dotado de tecnología que haga que la persona pueda percibir sensaciones.
Hay una gran diferencia entre dar a una persona la posibilidad de recuperar movilidad, para hacer que su vida sea lo más cómoda posible y la de darle sensaciones, porque a medio plazo esas sensaciones para el cerebro se convertirían en el sentido del tacto. Todo esto proviene de una investigación dirigida por el profesor Zhenan Bao y Alex Chortos de la Universidad de Stanford, que han logrado desarrollar un interesante sensor plástico que es capaz de implementarse sobre piel artificial, dando a ese tejido la posibilidad de transmitir sensaciones de presión y tacto a la persona que porta este tipo de piel.
Este sensor está fabricado con circuitos orgánicos flexibles y sensores de presión, que son capaces de reproducir algo parecido a la sensibilidad de la piel. Se encuentra montado sobre dos capas de piel sintética, la capa superior contiene el sensor y la de abajo, los circuitos encargados de enviar la información recibida en forma de impulsos hacia el cerebro, quien lo traduce en sensaciones.
Toda esta historia recuerda a la famosa frase de Neil Armstrong: "Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad" y hace pensar en dónde estará el límite. Y claro está, hasta dónde los veremos. Artículos en revistas de referencia hablando de la vida eterna, brazos sintéticos que transmiten sensaciones, ojos biónicos. Hay que pensar que cualquiera de nuestros teléfonos tiene mucha más capacidad que aquellos primeros ordenadores que tendían que transportarse en aviones gigantes. La humanidad busca cosas por las que pelearse en vez de centrarse en el progreso. La gente en los bares discute de fútbol, política, fronteras y habla de las guerras. Se quedan embobados con las tonterías de cuatro pazguatos en la tele y no se le dedica ni un minuto a este tipo de noticias.
¿O es que a ustedes les parece normal que un señor investigador que está dejándose la vida, trabajando 12 horas al día en encontrar la solución a un problema que le puede tocar a usted cobre mil veces menos que su ídolo futbolístico? Tal vez sea hora de replantearnos quiénes son nuestros modelos a imitar.
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