sanidad

Un bollo industrial no, mejor una pieza de fruta

  • La Junta pone coto a los productos alimenticios procesados y a los refrescos con cafeína en las aulas

Alumnos de un colegio durante la hora del almuerzo en el comedor escolar.

Alumnos de un colegio durante la hora del almuerzo en el comedor escolar. / el día

La bollería industrial tiene los días contados en las aulas andaluzas. Al menos, ese es el propósito de la Junta de Andalucía con el proyecto de ley para la Promoción de una Vida Saludable y una Alimentación Equilibrada, que se aprobó el pasado martes. Una vez que ésta entre en vigor -tras su paso por el Parlamento andaluz-, los alumnos no podrán adquirir en los colegios alimentos cuyo valor energético exceda de 200 kilocalorías o contengan cafeína o sustancias estimulantes similares. También quedarán proscritos aquellos que contengan un alto contenido en ácidos grasos saturados, ácidos grasos trans, sal o azúcares. Además, en los institutos de Secundaria se mostrará, en un lugar visible al público, la cantidad de calorías netas por porción envasada de los productos que se ofrezcan tanto en sus máquinas expendedoras como en sus cantinas y comedores. El reto es evitar que la tasa de obesidad infantil siga creciendo en Andalucía.

No en vano, tres de cada diez niños de entre 2 y 15 años tienen exceso de peso, según los últimos estudios. Es la cifra que ofrece a el Día la directora del Plan Integral de Obesidad Infantil de Andalucía, Begoña Gil, quien expone que "tenemos una epidemia de obesidad como en toda España". Anota también que, además, el de la obesidad no es un problema que sólo afecte a la población infantil, sino que trata de un fallo que "viene de antes". Así, expone que cuatro de cada diez gestantes que acuden a su primera revisión llegan a la consulta "con problemas de peso". Gil, que también es pediatra, subraya la importancia de que esta normativa se ponga en marcha para prevenir la obesidad infantil y destaca que se trata de una ley integral.

"El modelo de alimentación más saludable es el de la dieta mediterránea", Begoña Gil. Directora Plan contra la Obesidad

Esta facultativa no tiene reparos en incidir en la necesidad de que los niños dejen de lado la bollería industrial porque "lo que sabemos es que el modelo de alimentación más saludable es el de la dieta mediterránea, que huye de los alimentos procesados". Por ello, continúa, "lo que tienen que hacer los colegios es contar con un entorno saludable y la oferta de la comida también".

Pero, ¿por qué el niño se decanta por un snack de más de 200 calorías a la hora de la merienda o el recreo? Pues, según Gil, este hábito se debe, en gran medida, "a la presión de la publicidad" y al hecho de que "los productos de origen industrial están por todas partes". Los niños, continúa, "conocen todas las marcas y piden a sus padres que compren estos productos". Y, claro, las familias tienen que involucrarse también en esta lucha. Es más, tirando de estudios recientes, esta pediatra expone que para que un niño se acostumbre a un sabor "tiene que probarlo hasta 15 veces". Por ello, sostiene, "no hay que rendirse a la primera, sino llegar hasta la número 16" para que los más pequeños de la casa se acostumbren al sabor de las frutas o de las verduras.

El profesorado también ha de jugar un importante papel en este cambio de hábitos alimentarios. A juicio de la directora del Plan Integral de Obesidad Infantil de Andalucía, su actuación al respecto debe ser "modélica", al igual que el resto de la comunidad educativa. También en los colegios se prevén iniciativas para la distribución de frutas y verduras y la participación del alumnado en huertos escolares, con prioridad para las zonas con necesidades de transformación social. Los planes de formación del profesorado, por su parte, incluirán materias de promoción de hábitos saludables, mientras que en las universidades se facilitará la configuración de ofertas docentes que aborden los problemas de la nutrición, la dieta mediterránea y el ejercicio.

El desarrollo de la futura norma cuenta de antemano con el beneplácito de las familias. La presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de centros públicos -FAPA-Ágora-, María José Priego, sostiene que la misma "es muy interesante" y lamenta que los niños se decanten por productos alimenticios procesados debido, en gran medida, a la "publicidad engañosa", pero también "al desconocimiento" de su composición.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios