Con el uso público de internet se temió -algunos lo temieron, mejor dicho- por el final de los libros y, por ende, de las bibliotecas. El argumento catastrofista se basaba en la presunción de que si el público tenía acceso a la más diversa información a través de su propia terminal de ordenador, los centros de lectura y consulta de libros acabarían desapareciendo. El error que cometieron quienes plantearon esa posibilidad fue no pensar en la capacidad de convivencia de la red con la literatura impresa. Bibliotecas e internet llegaron a un pacto para mejorarse entre sí, y hoy las consultas bibliográficas son más sencillas y completas gracias a las páginas web.

Uno de los mejores ejemplos de la simbiosis entre bibliotecas e Internet es la del Ayuntamiento de La Rambla. Su página web, http://biblioteca.aytolarambla.org, reúne todas las virtudes que se suponía que la red iba a aportar a los centros de lectura. El resto lo pone el propio diseño de loa página, claro y dinámico, que facilita un uso claro de cada uno de los servicios - es particulamente reseñable el aparatado explicativo de cómo consultar en la web de la red de bibliotecas de Andalucía- y que adelanta las novedades que entran en el catálogo del propio centro de lectura. Además, y como otro modo de buscar nuevos soportes literarios, la página incluye un enlace a diversos blogs, que no dejan de ser el formato más vinculado con la creación literaria de los relacionados con internet.

Por último, http://biblioteca.aytolarambla.org, dedica un espacio a Fernando Almena, rambleño que da nombre a la biblioteca y que, además de la literatura, ha cultivado la fotografía, la escultura y otras artes.