La Base Logística como motor del gran cambio
El proyecto del Ejército de Tierra ha abierto un mercado lejos de los sectores tradicionales que ha encontrado respaldo formativo y empresarial
Cuando a finales de 2020, con la resaca de la pandemia aún metida en el cuerpo, Córdoba anunció su candidatura para acoger la Base Logística del Ejército de Tierra, ese proyecto para unificar los centros distribuidos por toda la geografía nacional que tenía un puñado de novias, en verdad estaba escribiendo una página vital para su desarrollo presente y futuro. La designación de primeros de febrero de 2021 por el Ministerio de Defensa, con la posición geoestratégica de la capital, nudo de comunicaciones de entrada al Sur de España, como punto clave, y la apuesta por La Rinconada como ubicación de meses más tarde, abrieron un nuevo horizonte que terminará de ser tangible cuando el complejo comience a funcionar en 2028 y esté en plenitud siete años más tarde. Esos son, al menos, los plazos que se mantienen sobre la mesa y, por ahora, los trabajos sobre el terreno avanzan al ritmo adecuado, al tiempo que el atractivo de la BLET empuja a un cambio de modelo productivo tantas veces demandado.
En los casi cinco años de camino ya recorrido, hasta los más incrédulos al comienzo se han dado ya cuenta de la relevancia que tiene este proyecto. Aquellos primeros pasos, con firmas, convenios, protocolos y las maquetas primarias, que luego han ido evolucionando, sirvieron para cimentar lo que ya se va conformando en torno a la Base Logística, que ha conseguido lo que pocas veces ocurre: poner de acuerdo y en sintonía a todas las administraciones, cada una con su color.
Un trabajo conjunto que se traduce en una oferta formativa creciente sobre materias que hasta hace nada podían sonar a chino –logística 4.0, big data, inteligencia artificial...–, un fortalecimiento de la Formación Profesional con especial hincapié en oficios demandados por el Ejército de Tierra, y la mano tendida para facilitar la constante instalación de compañías con relación directa con el sector de la defensa, que a su vez atraen a otras, y también nuevas entidades ajenas a este mundo en pleno auge. Todo de la mano de un impulso regenerador, de terrenos, de conocimiento y, lo que es más importante, de mentalidad, para construir la nueva Córdoba del futuro… que quiere ser del presente.
Porque si algo tiene tras de sí el megaproyecto “tractor” de Defensa y el Ejército de Tierra, es el obligado cambio de paradigma en el tejido productivo local. Una modificación tantas veces demandada por las fuerzas sindicales y otros grupos de poder que ahora por fin sí encuentra el respaldo suficiente para ser una realidad. Hay que recordar que la Base Logística no únicamente es un ente militar, sino que, entre sus aproximadamente 1.700 empleados, más de un millar será personal civil, que ya comienza a formarse, en unos casos, o a conseguir su plaza, en otros, en algunas de las ofertas de empleo público que ya han salido o las que seguirán saliendo en los meses próximos. El objetivo no es otro que tener un equipo de trabajo con conocimientos de sobra de dónde están cuando la BLET abra sus puertas en poco más de tres años. Mientras, ahí está el laboratorio de pruebas del centro de ruedas de El Higuerón, uno de la decena que se integrarán en La Rinconada de manera escalonada, hasta ser un ente único y principal en el horizonte de 2035.
De momento, el polígono, a unos 20 kilómetros de la capital, es una zona en plena transformación, y más que lo estará. A la parcelación y urbanización de la Base Logística del Ejército de Tierra, que aún debe dar pasos en cuanto a las comunicaciones por carretera –enlace directo con la autovía A-4, a través de una glorieta de dimensiones notables– y ferrocarril –el proyecto es de ayuda al impulso final de la Autopista Ferroviaria Algeciras-Zaragoza–, le seguirá ahora la construcción en sí del complejo, con una treintena de edificios y un presupuesto conjunto de casi 400 millones de euros que obliga a licitar la obra en dos grandes contratos.
Y, de forma paralela, el adecentamiento y urbanización del área industrial adyacente en el que se instalarán compañías relacionadas directamente con la BLET, si bien sobre la mesa está que ese polígono acabe siendo una reserva logística que acoja también empresas ajenas al sector de la defensa. Claro está que no será por falta de suelo, pues entre las tareas de las distintas administraciones está dotar de espacios de sobra para que el motor tractor del complejo de Defensa tenga respaldo en cuanto a infraestructuras para quien se quiera sumar a él.
De momento, y a la espera de que toda el área de La Rinconada se urbanice, son varias las compañías que ya se han asentado en Córdoba con diferentes proyectos en torno a la Base Logística. El centro de El Higuerón, Rabanales 21 u otras zonas acogen ya compañías punteras del sector, tales como Indra, Escribano, Gdels Santa Bárbara o Grupo Oesía, que con su llegada a Córdoba dan valor a un plan ambicioso que tiene que seguir alimentándose.
Y ahí, como desde el propio Ejército han incidido desde el primer momento, la oferta formativa, en unas vertientes desconocidas hasta la fecha, pero que juegan con la demanda que requerirá la BLET, es un factor vital. Universidad de Córdoba y Junta de Andalucía se han puesto las pilas y, con el impulso de Ayuntamiento y Diputación, han lanzado unas propuestas encaminadas a formar al grueso de personal que se integrará en un complejo, directa o indirectamente, que está empujando ya al cambio de modelo productivo de Córdoba y su provincia.