Para ser sinceros, Córdoba nunca ha tenido mucha suerte con los macroproyectos. Ni siquiera la ha tenido con los presupuestos que llegan de otras administraciones. La confirmación de que la ciudad acogerá la futura base logística del Ejército de Tierra ha traído un halo de esperanza que pocas veces se ha visto aquí. La noticia llega, además, en un contexto de crisis nunca visto, con una economía que rebosa pesimismo, unas cifras de paro que no dejan de crecer y una actividad prácticamente paralizada.

En el imaginario de cualquier cordobés está todavía grabado a fuego el episodio de la Capitalidad Cultural. El Córdoba 2016 que se quedó en la nada, un objetivo en el que la ciudad se volcó como nunca se había visto. El trabajo venía de años atrás, todo parecía señalar a Córdoba como la ciudad elegida y, finalmente, nunca ocurrió.

Ahora Córdoba tiene motivos para sonreír, para recuperar el optimismo y para resarcirse de todo lo que ha perdido (o que no ha llegado a ganar) a lo largo de muchos años. Se conoce que el proyecto de la base logística del Ejército de Tierra supondrá la inversión de 350 millones de euros, la creación de 2.000 puestos de trabajo y la dinamización de la industria, de la que esta ciudad y esta provincia están faltas desde tiempos inmemoriales. El Ministerio de Defensa ha seleccionado el proyecto de Córdoba y ha destacado, según su titular, Margarita Robles, el trabajo concienzudo que se ha puesto en él.

A diferencia de lo que ocurre con otros proyectos de este tipo, el tiempo de espera no ha sido excesivo, lo que también se agradece. A finales de 2020, el 21 de diciembre, se conocía que Córdoba iba a presentar su candidatura para acoger la base. Ya ahí se habló de la reunión con Defensa, que estaba programada para el 18 de enero.

Desde el momento del anuncio, el Ayuntamiento se puso a trabajar para conseguir la anexión a esta iniciativa de todos los agentes sociales, administrativos y económicos de la ciudad, y se consiguió. Durante los días venideros se sucedieron encuentros con sindicatos, con otros partidos, con la Universidad de Córdoba. Ya en enero se consiguió que la Junta apoyara el proyecto cordobés (como había hecho con el de Jaén) y dos días antes de viajar a Madrid, el 20 de enero, todas las administraciones se hacían una foto de familia para mostrar unanimidad.

Finalmente, la presentación de la propuesta a Defensa tiene lugar cuatro días después de lo programado. Córdoba vende un proyecto que basa gran parte de su potencialidad en la posición estratégica que ocupa en el mapa, y que también incide en las bondades de la UCO o en la relación que siempre han unido a la ciudad con las Fuerzas Armadas.

El resto ya es historia. El jueves pasado, 4 de febrero, se conocía que Defensa había seleccionado el proyecto presentado por Córdoba, que se imponía al resto de ciudades competidoras. Entre el anuncio de que la ciudad se presentaba a acoger la base y la decisión del ministerio han pasado exactamente 45 días, un tiempo cortísimo cuando se habla de proyectos de este calibre.

Eso sí, la base logística que quiere levantar Defensa no es un proyecto nuevo. Se plantea desde hace más de una década y pretende aglutinar sus 12 centros logísticos repartidos por España en uno solo, que además será pionero en las Fuerzas Armadas por su contenido tecnológico. Esa base logística será una realidad y, tras 45 días o tras diez años, Córdoba saldrá ganando.