Todos los indicios apuntaban hacia un nuevo caso de violencia machista y ayer el Gobierno de España lo confirmó. Ana Lucía Da Silva, la mujer que murió el pasado viernes en Valdeolleros, fue asesinada por su pareja, Salvador Ramírez Atencia, tras lo que este prendió fuego a la vivienda que compartían y se suicidó.

La triste estadística oficial señala que el de Ana Lucía es el caso número mil anotado en España desde que comenzó el registro oficial sobre violencia de género, en 2003. 

El asesino estaba en libertad condicional tras una condena por matar a la que entonces era su mujer en Algeciras, en 2002. La intentó ahogar y, ante la resistencia de ella, la estranguló. El de Amanda Cabeza es uno de los cientos de nombres que no aparecen en los registros oficiales al cometerse su asesinato antes de 2003.

El sistema Viogén seguía en la provincia en abril 969 casos activos de violencia de género

Fue desde ese año cuando se empezaron a contabilizar este tipo de crímenes machistas con vistas a la aprobación, un año más tarde, de la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género.

Según estas cifras, la media en España es de 60 asesinatos cada año y el ejercicio con más víctimas mortales fue 2008, con 76 mujeres asesinadas, seguido de 2010, con 73; y el que menos, el año pasado, cuando se registraron 47. En lo que va de 2019, la cifra asciende a 25.

Dos de esas 25 mujeres han perdido la vida en Córdoba a manos de sus parejas porque al crimen de Valdeolleros hay que sumar el cometido en Iznájar el pasado 3 de junio, cuando un hombre pegó un tiro en la cabeza a su mujer y luego se suicidó de la misma forma.

Ninguna de las dos víctimas había denunciado a su asesino, como la mayoría de las mujeres contabilizadas en el registro oficial (en torno al 70%), teniendo en cuenta que el dato sobre denuncias se incorporó en 2006.

Desde que comenzó esta estadística del Gobierno central, en Córdoba ha habido 19 casos de mujeres asesinadas a manos de sus parejas. El año que se inauguró el registro oficial se produjo un asesinato, mientras que en 2004 hubo un gran aumento hasta cuatro. En 2005 hubo otra mujer asesinada y en 2006, dos. Entre 2007 y 2011 la estadística señala que se produjo cada año un asesinato machista en la provincia.

En 2012 no se anotaron víctimas mortales por esta lacra social, mientras que en 2013 fueron dos. En 2014 y 2015 otras dos mujeres murieron a manos de sus parejas, una cada año; y, según los datos del Ministerio, entre 2016 y 2018 en Córdoba no hubo asesinatos machistas. En lo que va de 2019 ya se han producido dos; y con una diferencia de menos de dos semanas.

Desde 2003, en Andalucía ha habido 199 víctimas. Las provincias que van a la cabeza en esta funesta estadística son Málaga (39), Sevilla (35), Almería (34) y Granada (34). Les sigue Córdoba (19), Jaén (16), Cádiz (15) y Huelva (8).

Otro de los aspectos que contempla el registro es el de menores víctimas mortales por violencia de género –que tiene datos desde 2013– y que refleja que en Córdoba no ha habido ninguno.

Según el Sistema de seguimiento integral en los casos de violencia de género (Viogén), en Córdoba había en abril 969 casos activos y 7.769 inactivos. De los activos, ninguno tiene riesgo extremo, diez tienen riesgo alto, 202 medio, 460 bajo y en 297 no se aprecia riesgo.

El último informe del Ministerio de Igualdad señala que desde Córdoba se realizaron el pasado mes de abril 73 llamadas al teléfono 016; 48 realizadas por la posible víctima, 23 por familiares y personas allegadas y dos por otros. Respecto al mismo mes de 2018 ha habido un descenso del 24,7% en el número de llamadas.

Por otro lado, el servicio telefónico de atención y protección para víctimas de violencia de género (Atenpro) en abril contaba con 222 usuarias activas (un 2% menos que en 2018). Doce de ellas se dieron de alta ese mes.

A esto hay que añadir el sistema de seguimiento por medios telemáticos de las medidas de alejamiento en el ámbito de la violencia de género, que en abril tenía 22 usuarias activas (se hicieron tres instalaciones y cuatro desinstalaciones). El año anterior las usuarias eran 17, por lo que la cifra ha subido un 29,4%.