"Los arquitectos están muy encorsetados en el ladrillo"

Con un resultado ajustadísimo -69 votos de los 279 emitidos, frente a los 67 de su principal rival, Rafael León-, el Colegio de Arquitectos eligió la semana pasada a Felipe Segundo Romero como nuevo decano. Nunca el órgano colegial había vivido unas elecciones tan reñidas y con tantos candidatos.

-¿Qué le llevó a plantearse asumir este cargo?

-Hubo un grupo de compañeros que me lo pidió. Había que hacer algo para mantener la relevancia e identidad de nuestro colegio, que tantos años ha servido para dignificar nuestra profesión.

-¿Cuáles son los principales problemas que aquejan al colectivo?

-El colegio necesita acometer una reducción de costes. Su actual estructura, heredada de tiempos mejores, resulta hoy imposible de mantener, por lo que planteamos ajustar los gastos a las actuales necesidades, pero asegurando la viabilidad de la institución. Y valoraremos todas las posibilidades para evitar la despatrimonialización. Queremos conseguir que el colegio vuelva a ser para los arquitectos algo útil, económico y atractivo para todos.

-Y la profesión, ¿a qué retos se enfrenta en estos momentos?

-Es muy fácil: hay mucha gente y muy poco trabajo. Y, precisamente, los arquitectos españoles son los mejores de Europa. Los demás diseñan, pero nosotros somos arquitectos e ingenieros. El problema es que a la gente le está entrando un poco de complejo por todo lo que está pasando.

-La crisis económica afecta especialmente a la construcción. ¿Qué consecuencias tiene esto en la arquitectura?

-Los proyectos se han reducido en más del 50%. Lógicamente, se resiente más la gente joven que está empezando, pero hay profesionales con muchos años de experiencia y que tenían proyección y que también lo están pasando muy mal. Aunque no creo que esta situación sea exclusiva de la arquitectura, sino que está ocurriendo en el resto de las profesiones. Hace falta un esfuerzo por parte de todos, pero parece que nos empeñamos en decir que el ladrillo es el protagonista.

-¿Se está produciendo una fuga de profesionales, como ocurre en otros ámbitos como el sanitario?

-Claro que sí. Son profesionales que creen en ellos mismos y que aquí en España no pueden salir adelante. Y conozco a gente que está teniendo un éxito tremendo en otros países. Cuando llegan los arquitectos españoles fuera, en todos los sitios triunfan por su formación.

-A los grandes nombres de la arquitectura parece que no les falta el trabajo, incluso aquí.

-Eso son grandes divos...

-En Córdoba tenemos un caso particular, el Palacio del Sur, que todavía no ha salido adelante.

-Son proyectos espectaculares. Los llaman las administraciones, y ahí está el resultado. Pero son cuestiones políticas, no de la profesión del día a día.

-¿Cómo se solucionarían todos los problemas de la profesión?

-Los arquitectos no sólo tienen que pensar en el ladrillo. Esta carrera abarca muchos campos, desde la escenografía al diseño de barcos. Hay que reinventarse, pero la gente está muy encorsetada en el ladrillo.

-¿Qué arquitectura se está haciendo en Córdoba ahora?

-Se está haciendo un buen urbanismo, con obras de calidad. Se nota que contamos con más medios que en otros tiempos. Y el proyecto de ciudad que hay no está mal orientado, aunque habría que consolidarlo.

-Hablando del día a día, ¿cuáles son los principales objetivos que se marca su equipo?

-Proponemos reducir el trámite del visado, dentro siempre de los límites de la ley. Para ello, contaremos con el asesoramiento de los juristas y mantendremos conversaciones con el Consejo Andaluz y el Consejo Superior de Arquitectos. Esperamos que tras estas acciones demos lugar a un nuevo modelo de gestión del visado más simple, económico y rápido. También hay otros asuntos, como potenciar la página web del colegio o defender un horario de atención diferenciado para nuestro colectivo en la Gerencia de Urbanismo.