El Ayuntamiento espera iniciar en 2018 la construcción de las 113 viviendas para mayores de la empresa municipal Vimcorsa en la segunda fase del residencial entre las calles Músico Cristóbal de Morales y Joaquín Sama Naharro, según destacó ayer el teniente de alcalde de Urbanismo, Pedro García, y el gerente de la entidad local, Rafael Ibáñez. García valoró la cesión del terreno de Urbanismo a Vimcorsa para la construcción de los alojamientos de mayores, de modo que "estas viviendas cumplen una función social muy importante para la ciudad, tras las dudas sobre el tipo de construcción que se iba a hacer", apuntó.

Al respecto, el concejal recordó que son "para personas mayores con movilidad reducida", de manera que el residencial tiene "amplios espacios comunes". El alquiler oscila entre los 150 y los 200 euros y los inmuebles tienen entre 45 y 50 metros cuadrados, según los datos aportados por el edil. El objetivo es adjudicar las viviendas a personas con pocos recursos. El proyecto cuenta con un presupuesto superior a los seis millones de euros, que serán financiados "a pulmón" por Vimcorsa, ya que hasta el momento el Gobierno central no ha hecho públicas sus ayudas costa del Plan Estatal de Vivienda. La primera fase de los apartamentos, inaugurada en 2013, sí contó con financiación del Estado.

El gerente de la empresa municipal detalló que la idea es que en septiembre se apruebe la cesión del suelo para Vimcorsa y se licite a final de este año, para empezar la construcción en 2018 y culminarlo a finales de 2019 o principios del año 2020. Ibáñez recordó que el acceso a los inmuebles será a través del Registro de Demandantes de Vivienda Protegida con distintos condicionantes, como la renta. En estos momentos, el gerente de Vimcorsa recordó que "hay mucha demanda". Tanta, añadió, "como para completar tres bloques iguales".

El proyecto de esta segunda fase, según explicó Ibáñez, se ha adecuado al código técnico actual y a la "auditoría de las personas usuarias que realizamos en su momento" con aspectos referidos a accesibilidad, convivencia o uso de los espacios. En ese sentido, los mayores que ya viven en la primera fase han insistido en la reducción del número de aparcamientos y que se aumente el de trasteros. "Son personas que necesitan sitio porque vienen con toda una vida y, sin embargo, no utilizan el coche, por lo que vamos a invertir los espacios", dijo el gerente.