córdoba en cuaresma

La antesala de la Pasión

  • El Esparraguero preside el vía crucis de las hermandades en la Mezquita-Catedral, en un año en el que se cumple el 400 aniversario de la llegada de la imagen mexicana a Córdoba

Un momento del vía crucis presidido por el Cristo de Gracia, al salir de la Catedral.

Un momento del vía crucis presidido por el Cristo de Gracia, al salir de la Catedral. / reportaje gráfico: juan ayala

Ya es tiempo de Cuaresma, pero en Córdoba aún persiste la fiesta de Don Carnal. Una de esas contradicciones de la tierra que ayer se dejaron ver en la calle de manera tímida, pero donde las cofradías dieron cuenta de que su época de esplendor anual está aquí ya, a la vuelta de la esquina. Queda poco más de un mes para que las calles se llenen de nuevo de túnicas recién planchadas y bien limpias. Poco más de un mes para que las calles de gran parte de la ciudad se vuelquen en la celebración de la Semana Santa y para que la Mezquita-Catedral se convierta durante toda una semana en el punto neurálgico del movimiento cofrade y también turístico. Y en esta espera que no cesa, entre ensayos de costaleros a horas nocturnas, la organización de quinarios o triduos en las parroquias, besamanos, besapiés a los titulares de las distintas hermandades y fiestas de regla casi por doquier hasta el Viernes de Dolores, la procesión hasta la Mezquita-Catedral del Cristo de Gracia se convirtió ayer en la antesala perfecta de la Semana Santa de 2018.

Tal y como estaba previsto, El Esparraguero presidió con honores el tradicional vía crucis que cada año organiza la Agrupación de Hermandades y Cofradías. La talla procedente de Puebla de los Ángeles (México) y de cuya llegada a Córdoba este año se cumplen cuatro siglos -uno de los motivos por los que la agrupación decidió que presidiera esta procesión- partió en torno a las 16:45 en el primer sábado de Cuaresma desde la parroquia de Nuestra Señora de Gracia (Trinitarios). Una de esas tardes, la de ayer, en las que el sol de invierno ganó a la niebla y al frío de primera hora de la mañana, esas tardes típicas en las que apetece desprenderse con cierta premura del chaquetón que ya pesa sobre los hombros y que quiso preludiar a una esperanzadora Semana Santa. Ese tipo de tardes que también apetece echarse a la calle, antes de que cayera el sol y bajasen las temperaturas, y disfrutar -el que quisiera, claro- de la belleza de El Esparraguero y de su camino hacia el principal templo de la Diócesis.

La cruz de guía fue la encargada de abrir el itinerario cofrade, a cuyo inicio acudieron centenares de personas ávidas de Semana Santa y devotos del Cristo mexicano que sale en procesión cada Jueves Santo por las calles de la capital. Una salida, eso sí, empañada durante unos momentos, ya que a pesar de que la cruz de guía estaba en la calle, el tráfico permaneció abierto el tiempo suficiente para despertar las críticas de algún que otro cordobés. "Ahora que es tarde llega la Policía", exclamó una vecina del barrio apuntando a un agente de la Policía Local, que finalmente se encargó de indicar a los conductores que acelerasen el paso, que la procesión estaba ya en la calle. Hecho, no obstante, del que apenas segundos antes ya daban cuenta las redes sociales y los mensajes de WhatsApp entre los más jóvenes que se acercaron hasta la también conocida popularmente como plaza del Alpargate para dar fe de que sí, de que el vía crucis daba comienzo y que la talla mexicana estaba en la calle para deleite de su público.

Así, la comitiva de El Esparraguero se puso en marcha: en primer lugar los más pequeños, con las velas apagadas, mientras que el incienso empezó a salir del templo, a impregnarse en el aire y dejar ese aroma tan característico de la Semana de Pasión y que ya espera gran parte de Córdoba. Y con el incienso en el aire, desde la parroquia de los Trinitarios también empezó a escucharse la música del trío de viento que acompañó a la imagen durante su peregrinaje hasta la Mezquita-Catedral, y al que no faltaron fieles ni tampoco representantes del sector cofrade, como por ejemplo el presidente de la Agrupación de Hermandades, Francisco Gómez San Miguel.

Una procesión -la imagen fue portada a hombros- que continuó por la calle María Auxiliadora y la plaza de San Lorenzo, hasta que alcanzó San Pablo, Capitulares y la plaza de la Compañía. Un cortejo procesional que a más de uno dejó impresionado por su organización y rectitud y deslumbrado por no esperar el paso de esta talla antes de la Semana Santa. No obstante, a medida que se fue acercando a la Mezquita-Catedral el número de personas que se paraban para contemplar su paso fue incrementándose hasta alcanzar la primera parada de la jornada, donde se celebró el vía crucis, en el que todas las hermandades aportaron su estandarte corporativo y tres varas de acompañamiento.

La llegada a la Mezquita-Catedral tuvo lugar alrededor de las 19:00, hora en la que dio comienzo el vía crucis, tras atravesar un Patio de los Naranjos repleto de público y entrar por la Puerta de las Palmas. Allí esperaba el delegado diocesano de hermandades, Pedro Soldado, que se encargó de la dirección del vía crucis en el interior del templo catedralicio y al que se sumaron dirigentes municipales del PP, como los ediles Salvador Fuentes o Amelia Caracuel.

La primera, la Oración en el Huerto y, a continuación cada una de las estaciones de un vía crucis, que comenzó con la Hermandad de la Entrada Triunfal. Un acto que rompió el silencio de la noche en el interior de la Mezquita-Catedral, y que continuó la Hermandad de las Penas de Santiago y siguió la de la Esperanza. Y así, una oración tras otra, una estación tras otra, un arco tras otro, hasta que llegó la última estación del vía crucis, que le correspondió a la Hermandad del Cristo de Gracia.

Al concluir el rezo del vía crucis, Soldado se dirigió a la Hermandad del Esparraguero felicitándola por su cuarto centenario y por su participación en este piadoso acto, que "sirve cada año para adentrarse en la Cuaresma y prepararse para el camino hacia la Pascua". "Nos queda un largo camino para la Semana Santa, por lo que tenemos que prepararnos y vivir intensamente esta Cuaresma", anotó Soldado, quien también pidió la colaboración de todas las cofradías con la agrupación, "ayudando y colaborando en todo para mayor gloria de Dios, de nuestra Madre Santísima y de todos nosotros".

Una vez que concluyó el rezo, la comitiva no regresó hasta su sede oficial. Así, la imagen de El Esparraguero se trasladó hasta el convento de la Encarnación, donde ha permanecido hasta hoy. En este lugar, ubicado en la calle Encarnación esquina con Rey Heredia, se celebra a las 09:00 una misa presidida por el Cristo de Gracia. A su término, alrededor de las 10:00, da comienzo una procesión cuyo destino es su sede canónica, es decir, la parroquia de la orden trinitaria, y que le lleva por las calles Encarnación, Rey Heredia, Caldereros, Cardenal González, Lucano, Lineros, Don Rodrigo, plaza de San Pedro, Alfonso XII, Francisco de Borja Pavón y la plaza de la Magdalena. Desde allí continúa por ronda de Andújar, Arroyo de San Lorenzo, plaza de San Lorenzo, Jesús del Calvario, plaza de San Juan de Letrán, Frailes y plaza del Cristo de Gracia para desembocar en la parroquia de Nuestra Señora de Gracia.

A la espera del próximo Jueves Santo, la Hermandad del Esparraguero celebrará durante todo el año numerosos actos con motivo del 400 aniversario de la llegada de la imagen desde México a Córdoba y que concluirán con una salida extraordinaria el 29 de septiembre.

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