Loco por la música

Un análisis de los estudios musicales

  • Dentro de los conservatorios no solamente se estudian los instrumentos, también a medida que vas ascendiendo en el tiempo se adquiere una formación mucho más integral

Un análisis de los estudios musicales

Un análisis de los estudios musicales / El Día

Recientemente ha visto la luz un artículo que ha sido difundido y ha corrido como la pólvora entre el gremio musical y docente en el que se llega a la conclusión de que “si no tienes vocación no merece la pena”. Se trata de un análisis estadístico y pormenorizado de cuál es la situación de la problemática de la educación musical en España en los conservatorios.

Se hace referencia a las leyes de educación conocidas y a su desarrollo con respecto a la enseñanza artística. También habla sobre el ya archiconocido tema del Bachillerato Artístico, ya tratado en esta sección por un servidor, y su situación.

Del mismo modo utiliza ejemplos de alumnos que por diversas razones no pudieron terminar sus estudios musicales, pero a nuestro juicio, estando dentro del gremio, creemos que es importante analizar también cuáles son las razones que según el artículo, que al parecer se basa en estadísticas del Ministerio de Educación, hacen que solamente uno de cada diez alumnos que empiezan las enseñanzas artísticas terminen la carrera en los estudios superiores.

Se acerca el periodo de acceso y de solicitudes a las enseñanzas artísticas, tanto para las básicas o elementales como para realizar las pruebas de acceso a los grados profesionales o superiores, y es un buen momento para hacer ver la importancia que tiene concienciar desde el principio que éstas no son actividades extraescolares, sino que son estudios con una seriedad y un mantenimiento en el tiempo.

La mayoría de los alumnos que accede a las enseñanzas artísticas lo hacen porque les gusta un instrumento. A consecuencias de que le atrae a alguien de su entorno o se los enseñó y ellos, los alumnos, desean continuar con esa tradición o compartir ese gusto.

Pero hay una realidad evidente, y es que dentro del conservatorio no solamente se estudian los instrumentos, también a medida que vas ascendiendo en el tiempo adquieres una formación integral, con asignaturas que tal vez no sean tan agradables para todos pero sí muy importantes, como son el lenguaje musical, el análisis, la armonía, la historia de la música, etc.

Lamentablemente, una de las mayores causas de baja en los estudios iniciales de música es el no entendimiento o la no interrelación entre el instrumento y la asignatura de lenguaje musical, que basada en métodos que se van modernizando, no va a la misma velocidad que la formación instrumental, cuestión está más que lógica dada la cantidad de información que se debe recibir en dicha asignatura para cumplir su función de enseñanza integral, pero que los alumnos no lo sienten así y que las familias en su desconocimiento lógico, no saben cómo ayudar para aplacar las molestias derivadas de esta situación.

Por supuesto, no estoy absolutamente para nada cuestionando la forma en la que se adquieren o presentan dichos conocimientos a los alumnos, pero sí sería interesante que hubiese una mayor interrelación entre dicha asignatura y la instrumental, para que el alumno, que es el principal objeto de nuestro trabajo, comprenda y vea la relevancia que tiene dicha asignatura para su formación, pues ayuda mucho a tener esos conocimientos que después el estudiante verterá en sus interpretaciones.

Ya en varios artículos anteriores hablé de la importancia que tiene el reconocimiento por parte del legislador y los políticos de que debían existir dos tipos de formación musical bien diferenciadas y destinadas a los intereses que tenga la persona que desee aprender música.

Los conservatorios españoles, según el sistema en el que nos encontramos, están diseñados para tener en sus aulas a todos los alumnos interesados, tengan la edad que tengan, en aprender música y un instrumento. El sistema metodológico está diseñado para que los alumnos que están en el conservatorio adquieran una perspectiva y unos conocimientos conducentes a vivir de la carrera musical en alguna de sus vertientes; sea como intérprete activo, como docente o sea como crítico musical, entre otras. Es una herencia del sistema francés, como señala el citado artículo (El Confidencial).

Consideramos que, francamente, es hora de abrir las mentes y concebir un nuevo sistema en el cual tengan igual importancia, por el interés que da para educar social y culturalmente a la sociedad.

Tanto el conservatorio para los que deseen ser músicos o vivir de la carrera musical, como las escuelas de música que, igualmente al margen de las ya existentes en formato privado, debían coexistir de forma pública para que cualquier persona, tuviese la edad que tuviese, pudiera acceder a una formación musical acorde a sus necesidades, a sus gustos y a sus potencialidades, que evidentemente, en el caso de las escuelas de música, no son conducentes a una titulación oficial.

Instrumentalmente hablando, el análisis que realiza el citado artículo es acertado en lo que se refiere a la realidad de las posibilidades de interactuar musical y socialmente hablando de diversas especialidades. No es ningún secreto que existen instrumentos más individuales o solísticos por naturaleza, como la guitarra o el piano, y otros que se han convertido en solistas a golpe de obras escritas en el tiempo para exaltar las características de ellos o halagar a según qué intérprete o mecenas. Por cierto, estas cuestiones historiográficas son excelentes para otro análisis más profundo.

La realidad es que los instrumentos que se integran en agrupaciones suelen tener más aceptación y mayor índice de permanencia, pues la interrelación social a ciertas edades es psicológicamente muy importante y eso ayuda mucho a ver y disfrutar de la interpretación musical de forma más activa y relajada.

No quisiera terminar sin hacer mención a que otra de las razones de la situación de las enseñanzas de música en España van indisolublemente ligadas a las restricciones, por no decir la desaparición, de la asignatura de música en la enseñanzas generales, a la “educación musical” que recibimos por los medios de comunicación y a la educación social ante la música, donde se devalúan y desprestigian tantos años de estudio y de formación humanística, pues la música es un lenguaje vehicular internacional sumamente útil.

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