Amigos para siempre...

Los dos hidalgos de Verona | Crítica de teatro

Un momento de la representación de 'Los dos hidalgos de Verona'.
Un momento de la representación de 'Los dos hidalgos de Verona'. / IMAE / Rafa Alcaide
Máximo Ortega Capitán

04 de octubre 2025 - 16:36

La ficha

*** Los dos hidalgos de Verona, de W. Shakespeare. Compañía Nacional de Teatro Clásico, Lazona Teatro y Cheek by Jowl. Reparto: Jorge Basanta, Prince Ezeanyim, Alberto Gómez, Rebeca Matellán, Manuel Moya, Alfredo Noval, Goizalde Núñez, Antonio Prieto e Irene Serrano. Dirección: Declan Donellan. Fecha: Viernes, 3 de octubre. Lugar: Gran Teatro. Media entrada.

La nueva temporada teatral se ha inaugurado en el Instituto Municipal de Artes Escénicas (IMAE). con la visita de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y una de sus producciones en gira. La obra escogida por la CNTC ha sido Los dos hidalgos de Verona, de William Shakespeare.

El texto del autor universal, según apuntan los estudios, es una más que posible adaptación de la historia de Félix y Felismena, contenida en Los siete libros de Diana de Jorge de Montemayor, obra que trascendió por Europa y llegó a ser traducida al inglés. También apuntan a que sería la primera obra de Shakespeare. Sean o no ciertos los planteamientos, lo que sí encontramos en ella es el delicado trazo del autor para desgranar conflictos internos de los personajes y dar voz a sus pasiones, característica fundamental que lo ha convertido en uno de los dramaturgos más grandes del teatro.

Como es habitual cuando se trata de amor, sir William nos traslada a Italia, concretamente a Verona, tierra de Proteo y Valentín, que atesoran una amistad indisoluble por mucho contratiempo que surja… O, al menos, eso creen hasta que los encantos de una nueva mujer logran transformar a uno de ellos en un ser pérfido, capaz de olvidar el amor por la dama que abandona sin miramientos y traicionar a su gran amigo con tal de robarle la chica.

El resto de la trama se cocina con los rellenos propios de la comedía clásica: sirvientes con gracia, ladrones patosos, padres con mala uva, algún pretendiente poco agraciado, travestimentos, raptos con equívocos y un perro (imprescindible en toda comedia de la época). Todo se mezcla con eficacia para recrearse en el enredo y finaliza con un arreglo exprés que parece ser lo de menos y deja contentos a todos los protagonistas, menos al pretendiente feo que no gusta a nadie.

La CNTC trabaja con los medios humanos y técnicos propios de las grandes producciones, dotadas de pulmón financiero como para representar con holgura. Sin embargo, la propuesta contemporánea minimalista choca con esa convención y ofrece una puesta en escena interesante en cuanto al aspecto estético con toques actuales.

El punto fuerte es sin lugar a dudas el elenco: Jorge Basanta, Prince Ezeanyim, Alberto Gómez, Rebeca Matellán, Manuel Moya, Alfredo Noval, Goizalde Núñez (la más divertida con su papel de Lanza), Antonio Prieto e Irene Serrano trabajan dando lo mejor de sí. Entretienen y dotan de gran fuerza a los momentos donde la comedia frena y Shakespeare deja entrever lo que magníficamente supo hacer con sus dramas.

El punto menos favorable es el arranque de la obra, con una suerte de diálogos acelerados casi imposibles de seguir por el público que desde la butaca observa personajes hablando y moviéndose por las tablas de forma atropellada, velocidad que conforme progresa la función baja en intensidad y permite dejarnos entrar con más calma, disfrutando de palabra gesto en su justa medida.

Amistad. Ese sentimiento universal que nos une y convierte en mejores personas. Para mucha gente (Shakespeare incluido) más preciado que el amor romántico, el cual puede ser un enemigo peligroso cuando se interpone entre la gente que se aprecia. Establecer los límites y valorar sus riesgos siempre serán dilemas que nos ponen a prueba para saber que merece la pena mantener. Cada cual que vea cómo…

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