Córdoba

El alminar de San Juan ya luce iluminado tras su restauración

  • La intención de la Asociación Centro Histórico es que en un futuro la torre pueda ser visitable

Aspecto del alminar de San Juan tras su restauración.

Aspecto del alminar de San Juan tras su restauración. / Jordi Vidal

Casi cuatro años ha costado que la restauración del alminar de la iglesia de San Juan de los Caballeros se haga efectiva pero la espera ha valido la pena a la vista de los resultados. La torre luce ahora sin la malla metálica que durante 25 años la ha tapado para evitar desprendimientos y además cuenta con una iluminación que realza su recuperado aspecto.

Las Asociación Centro Histórico de Córdoba ha sido la impulsora de este proyecto que se ha hecho realidad gracias a la colaboración de la Congregación de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, la Diócesis, la Universidad de Córdoba y el Ayuntamiento.Tras una primera fase de restauración, la intención es que en la segunda se rehabilite el interior del alminar, que “está muy deteriorado e incluso faltan escalones”.

Además, la asociación quiere que la Junta de Andalucía les dé permiso para actuar sobre el tejado, una actuación que hizo Félix Hernández en los años 20 del siglo XX aunque lo ejecutó otro arquitecto, por lo tanto, “no es el original, sino un añadido”.

Los trabajos se han realizado según los criterios de la Cátedra de Arqueología de la UCO

El objetivo es hacer visitable esta torre pero con el tejado actual es imposible ya que “ese añadido impide ponerte de pie cuando llegas a los últimos escalones”, señalan desde la asociación vecinal, que ya tiene proyecto para ello realizado por Francisco Javier Vázquez Teja, mismo arquitecto que ha ejecutado la primera parte de la restauración.

Para llevar a cabo esta iniciativa también será necesario el apoyo económico, para lo que el colectivo está en conversaciones con el Obispado y Diputación a la vez que espera poder recibir una subvención municipal como ha ocurrido con la primera fase. Todos los trabajos se han realizado (y se realizarán) según los criterios conservacionistas indicados por la Cátedra de Arqueología de la Universidad de Córdoba.

Esta primera fase ha tenido como objetivo paralizar la incesante degradación de la piedra en los alrededor de diez metros de alzado original con que cuenta la torre, a la vez que garantizar la estabilidad y preservación de los elementos arquitectónicos estructurales y decorativos exteriores, por ejemplo las columnillas y capiteles visigodos superiores y las características dovelas bicolores de ladrillo intercalado con piedra, entre otros elementos que lo componen.

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