El alma de las Obreras del Corazón de Jesús
María Jesús Herruzo Martos. Puso en marcha en 1940 una congregación, que está ya en tres continentes, con el fin de evangelizar y ayudar a las personas con menos recursos
María Jesús Herruzo Martos nació el 19 de enero de 1896 en Villanueva de Córdoba. Fue la primera de los hijos del matrimonio formado por Matías Herruzo Moreno y Carmen Martos Herruzo, que tuvieron otros tres hijos más. No tuvo mucha oportunidad de convivir con sus padres, pues fueron sus tías las encargadas de cuidar de ella durante su infancia, hasta que ingresó como interna en el colegio de las Esclavas del Sagrado Corazón de Cádiz, donde pasó varios años aprendiendo no sólo nociones de cultura general, sino que también echó los pilares de sus dos grandes vocaciones: el Corazón de Jesús y la Virgen.
En 1912 murió su madre y a sus 16 años asumió responsabilidades en las tareas de la casa, con sus hermanos, y la organización del personal que trabajaba al servicio de su familia. Colaboraba con frecuencia en misiones populares que se daban en su pueblo o en los de alrededor. Por estos años, María Jesús se planteó si tendría vocación para la vida religiosa y a los 18 años decidió hacer ejercicios espirituales para encontrar la respuesta. Por sus escritos se puede saber que tanto durante su estancia en el colegio, como el tiempo inmediatamente posterior, el deseo de su corazón era entregarse por entero al Señor en la vida religiosa. Pero fue en estos ejercicios donde, sin embargo, decidió escoger el camino del matrimonio.
Dos años después de tomar esa determinación, en 1918 María Jesús se casó con Antonio Cañuelo Ayllón. De su matrimonio nacieron cuatro hijas: María Josefa, Carmen, que falleció con sólo trece meses de vida; Carmen, en recuerdo de la anterior; y Pilar. Sobrellevó con entereza la muerte de una de sus hijas y la larga enfermedad de su marido, y después de un período de mayor gravedad que obligó a la familia a trasladar su residencia a Granada, a los nueve años de casada se quedó viuda, ya que su esposo falleció en Villanueva de Córdoba, en agosto de 1927.
María Jesús se volcó en el cuidado de sus tres hijas, todas pequeñas, y tuvo que hacer frente a la administración de sus bienes. A medida que las niñas fueron creciendo y necesitando menos de su atención, se fue abriendo de nuevo a la realización de tareas de apostolado: organización de novenas, retiros, misiones populares, etc. Todo esto acompañado siempre por largos espacios de oración personal y cuidado de su vida interior. Pero a la vez fue una mujer abierta y con un fuerte deseo de hacer la voluntad de Dios y de darle a conocer entre los más pobres. Esto fue lo que le llevó a aceptar la propuesta del padre Castro, que en agosto de 1939 le formuló la posibilidad de iniciar una obra que diera respuesta a esos anhelos de dar a conocer a Jesús.
La congregación de Obreras del Corazón de Jesús fue fundada por María Jesús Herruzo y estuvo asistida por el sacerdote Pedro Castro Quero, de la Compañía de Jesús, nacido en Porcuna (Jaén). El 15 de noviembre de 1940, después de unos días de ejercicios espirituales, María Jesús, junto con otras jóvenes, dio comienzo a la nueva congregación religiosa, cuyo fin es la evangelización de las personas que menos posibilidades tenían de los pueblos, campos y ambientes desatendidos. Poco a poco se fueron extendiendo en número, en presencias y trabajos, siempre bajo la tutela de los fundadores. Con tal fin, las primeras Obreras, al igual que hoy, trabajaban en las parroquias, colaboraban en las misiones populares, organizaban tandas de ejercicios espirituales y se empleaban en las catequesis de niños y adultos. Visitaban enfermos y preparaban para recibir sacramentos.
La vida de María Jesús ya estuvo totalmente ligada a la de su obra y a ella dedicó todas sus energías. Su salud se fue deteriorando y poco a poco tuvo que ir dejando responsabilidades. En 1965, el 23 de marzo, falleció en el mismo pueblo que la vio nacer. Descansa en la iglesia que hizo construir, la iglesia del Dulce Nombre de Jesús. Es un templo católico situado en el centro de la localidad de Villanueva de Córdoba, diseñada por Carlos Sáenz de Santamaría a mediados de la década de 1950. Es, además, la sede de la Hermandad Sacramental y de Penitencia de Jesús Cautivo y Nuestra Señora del Dulce Nombre, Virgen de la Paz, que desfila en procesión en la Semana Santa jarota en la noche del Lunes Santo. En ella existen dos lápidas sepulcrales bajo las que reposan los restos de los cofundadores.
El templo forma parte de un gran conjunto que engloba la Escuela Hogar, el Centro Infantil Juanita Méndez y la residencia de la comunidad de Obreras del Corazón de Jesús. En 1969, Villanueva de Córdoba otorgó una calle a María Jesús Herruzo, anteriormente fue Callejón de la Porra, Concepción Arenal, y calle Reina. A lo largo de 78 años la congregación de Obreras del Corazón de Jesús se ha ido extendiendo por tres continentes, con el objetivo de dar a conocer a Jesús para que todos le amen. Continuando con la labor de María Jesús, ofreciendo a niñas con dificultades un ámbito no sólo de educación y promoción humana, sino, un hogar y un hogar cristiano donde crecieran con seguridad, afecto y en contacto con Jesús.
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