Córdoba

Algo más allá de los Patios

  • El Casco Histórico precisa iniciativas imaginativas y respetuosas que le quiten los estigmas de que es una zona incómoda, cara y mal equipada · Mal pervivirá una tradición si el entorno arquitectónico y social en el que se celebra no se rejuvenece · ¿Ideas? Aquí va una: se llama Casa de los Muchos

HACE aproximadamente un año, un grupo de profesionales de la arquitectura y el diseño (dejo aquí sus nombres por si a alguien le interesan: Amador Esteban, Ander de la Fuente y Pablo Gallego) terminaron los datos principales de un proyecto que se llama Casa de los Muchos y que, por razones de calendario, me gustaría explicarles hoy aquí. La iniciativa consiste en la creación de una fundación público-privada que trabaje en el sostenimiento de los patios como forma de vida, en la pervivencia de las casas tradicionales de la ciudad como elementos viables. El documento, parece ser, pasó por despachos de varias instituciones y alguna entidad financiera sin el éxito que correspondería. Porque la idea es buena, en la humilde opinión del que antefirma, que no se lleva comisión.

El proyecto parte de la base de una información estadística que, en parte, pudieron leer en la edición de ayer del diario digital Cordópolis. Según el censo -realizado en colaboración con el arquitecto Rafael Obrero-, un tercio de las casas patio o las casas de vecinos que había en la ciudad han desaparecido producto de ruinas o de intervenciones desafortunadas. La lectura del documento dice que existe un grave peligro de que estas edificaciones se extingan como consecuencia de que los usos tradicionales decaigan y no se hallen fórmulas para mantenerlas en pie. Anoten. Según las distintas fuentes, había censadas en Córdoba unas 405 casas patio de las que 110 han desaparecido. Los promotores de la idea se dieron el trabajo de cruzar las bajas por barrio o collación sobre los datos existentes en el catálogo municipal o en los datos de las asociaciones de propietarios, entre otras fuentes.

Un ejemplo. En San Lorenzo, se han perdido 30 de los 67 inmuebles censados. A las inversa, en la zona de la Mezquita-Catedral, donde la vigilancia urbanística es mucho mayor, no perviven nueve de las 83 que aparecen en los documentos oficiales. En el barrio rey de la fiesta, San Basilio, existe constancia administrativa de 37 patios pero los autores del documento señalan que quedan realmente 16. Así, a más cercanía a zonas de ensanche o reformadas de la ciudad, más posibilidad de que se acabe perdiendo la casa en un efecto de contagio de los usos urbanos actuales que, de forma inevitable, se unen al confort.

La propuesta Casa de los Muchos tiene su punto. Consiste en crear una entidad sin ánimo de lucro que permita llegar a acuerdos con propietarios para realizar reformas en los patios eliminando infraviviendas y creando una pequeña red de alojamientos turísticos en estas casas -se busca un efecto similar al de los Paradores en el patrimonio histórico- fomentando la experiencia sensorial directa. Se propone también arrendar espacios como apartamentos o pequeñas oficinas para empresas de actividades creativas, culturales y similares.

La fórmula usaría la cesión de uso de los propietarios -que mantendrían la titularidad- aunque recibirían una cantidad a cambio como remuneración. La propuesta permitiría la creación de una red estable de patios a visitar y empezaría por San Lorenzo para ampliar el radio de acción turística evitando en cierto modo las aglomeraciones que tienen hasta el gorro a los vecinos del Alcázar Viejo. El plan financiero realizado por los promotores asegura que la inversión inicial se podría recuperar en una década sobre unas cantidades que no es una barbaridad. Digamos que poco más de lo que va a ingresar el Córdoba CF por la taquilla del partido de Copa.

Bien. Es una idea. Y, convengamos, de esas cosas no andamos precisamente sobrados.

Este artículo no va de los Patios de forma específica. Lo que la Unesco ha premiado esta semana es una tradición que se celebra cada mes de mayo y que los que vivimos aquí apreciamos como un bien propio. El problema es que para que esa tradición perviva se necesita gente dispuesta a desarrollarla y un Casco Histórico que no languidezca como en estos momentos lo hace. No se trata de comercializar los Patios como lo están las Cruces, convertidas en unas barras muy divertidas. Pero digamos que es preciso cambiar la tendencia. Vivir en la zona patrimonial de la ciudad tiene demasiados estigmas negativos (es caro, incómodo, no hay equipamientos públicos) y hay un riesgo cierto de que muchas casas se quedan vacías o se conviertan en decorados que abren de primavera en primavera entre carretadas de visitantes.

Las propias entidades que agrupan a los cuidadores de Patios -estos sí, con mayúsculas- han dejado dicho esta semana que tienen un reto: conseguir que las generaciones más jóvenes se enganchen a una forma de vida que, en estos momentos, le es ajena. Una ciudad que tiene en marcha un cambio del Plan General para permitir que haya viviendas en locales comerciales imagino que puede hacer algo al respecto teniendo en cuenta que, en adelante, el alquiler para gente joven va a ser muy demandado como consecuencia de la imposibilidad de acceder al crédito. Quede constancia aquí de una propuesta al efecto porque las cosas, que se sepa, nunca se han solucionado solas.

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