Adopciones Córdoba

La emoción de mirar a un hijo por primera vez

  • Dos familias cuentan cómo fueron sus experiencias al adoptar a su niñas, una cordobesa y otra de India

Una pareja pasea con su hijo.

Una pareja pasea con su hijo. / El Día

A Prakriti la conocen allá donde va (siempre en su carrito), especialmente en el bar en el que sus padres, David y Maribel, desayunan cada día. Las camareras del local miran tanto a la cafetera como a los impresionantes ojos negros de esta pequeña que nació en India, concretamente en Punyab, una zona muy conflictiva.

A pesar de lo que se pueda pensar, esta pareja no tuvo que esperar mucho hasta ese día en el que descolgaron el teléfono y le dijeron que tenían que viajar a India. La fecha la recuerda David con mucha claridad: el 1 de agosto de este año. “El día 2 estábamos en Madrid, el 4 en Nueva Delhi y el 5 en el orfanato”, recalca Maribel.

Prakriti está completamente sana, duerme como un lirón y come aún mejor. Ya se le atisba, entre los sonidos que embelesan a su abuela, un poco de un “papá” y un “mamá” entre sus primeras palabras, un papá y una mamá que tienen el momento de la entrega grabado a fuego en sus cabezas.

David y Maribel son padres de Prakriti, una niña que adoptaron en India

De Nueva Delhi tuvieron que viajar en tren unas cuatro horas hasta la ciudad en la que estaba el orfanato donde esperaba Prakriti, al que se llegaba por un camino sin asfaltar en el que estuvieron una hora más. No vieron el orfanato por dentro, pero sí cuentan que era un templo hindú que estaba en buenas condiciones.

“El momento de la entrega es complicado”, reconoce David, quien cuenta que la niña se echó a llorar “al vernos a los tan blanquitos”. Ahora los llantos son muchísimo más escasos y las sonrisas bastante frecuentes, sobre todo cuando Prakriti imita a la perfección el sonido del perro o de los pájaros, teniendo en cuenta que es de las pocas personas que adora las palomas.

Antes de que llegara el momento de tener cara a cara su hija, esta pareja tuvo que pasar una serie de procedimientos y de cursos que son similares en las adopciones nacionales e internacionales, a excepción de uno de ellos. Son clases de formación, por llamarlo de alguna manera, y a partir de ahí pasan a un proceso de valoración por parte de expertos. Al final de este proceso es cuando a las familias se les otorga un certificado de idoneidad y ya deciden en qué país quieren adoptar, o si prefieren hacerlo directamente en España, donde la lista de espera es aún mayor.

Un caso de adopción nacional

Una adopción nacional es la que realizaron José y María (nombres ficticios). Él relata que lo primero que se necesita para adoptar es “estar convencido de este proceso” y por eso, junto a su pareja, iniciaron el procedimiento de la adopción “sin saber si podíamos tener o no hijos biológicos”. Es más, durante ese proceso, ella se quedó embarazada y tuvieron a su hijo mayor. Decidieron decantarse por la adopción nacional porque “los niños tienen las mismas necesidades y el proceso es más cercano, si existía algún problema lo podíamos resolver aquí”.

Una pareja adoptante de una bebé cordobesa dice que "los niños tienen las mismas necesidades"

Esta pareja adoptó a una niña de seis meses que nació en el Hospital Reina Sofía y que hoy ya tiene cinco años, el mismo tiempo que duró el proceso que tuvieron que esperar para realizar la adopción. Está completamente sana y se lleva fenomenal, con las rencillas habituales, con su hermano mayor, de siete años.

Emocionante” es la palabra con la que este padre describe el momento en el que tuvieron a su hija en sus brazos, la misma emoción, recalca, que sintieron cuando nació su hijo.

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