Los acusados de traficar droga en un bar dicen que era para su consumo

El propietario y el camarero de un bar de Córdoba para los que el fiscal pide, respectivamente, 12 y 10 años de prisión por tráfico de drogas aseguraron ayer durante la celebración de la vista oral que la cocaína y el hachís que la Guardia Civil les encontró era para su consumo propio. El dueño, a quien los agentes incautaron 39 gramos de cocaína en su bolso cuando se dirigía a su bar el 12 de junio de 2008, declaró que la droga "la compraba de cinco en cinco gramos porque era más barata" y aseguró que en ningún momento tenía intención de venderla, sino de repartirla entre su pareja y el camarero del establecimiento.

Por su parte, este empleado confesó ante el tribunal que, cuando los agentes de la Guardia Civil entraron en el bar durante su turno de trabajo, tiró un "caramelo" de hachís a la barra del bar. Además, confirmó que también era de su propiedad un cigarro y una piedra del mismo estupefaciente encontrados en el local, aunque "todo era para consumo propio". El camarero aseveró que en ocasiones le compraba droga a su jefe.

Uno de los agentes que ofreció su declaración durante el desarrollo del juicio señaló que la intervención en el bar se llevó a cabo en el marco de una operación en la que se desmanteló una organización que traficaba con droga y en la que se detuvo a unas 18 personas. Las investigaciones policiales llevaron a los agentes hasta el mencionado bar como presunto punto de venta de droga porque "salían y entraban consumidores de droga", por lo que registraron la casa del dueño y el bar.

En ambos inmuebles encontraron dos básculas de precisión, una bolsa recortada para embalaje de estupefacientes y recortes de plástico usados como envase de cocaína, así como 2,5 gramos de cocaína en cuatro papelinas y una bellota y media de 14 gramos de hachís. Además, varios policías vestidos de paisano se percataron que en el bar el camarero le dio una servilleta blanca doblada a un cliente que la tiró cuando salió del mismo.