Córdoba

Un joven acusado de pedofilia lo achaca a "alguna enfermedad"

  • La Fiscalía solicita seis años de cárcel para un individuo que guardaba en su ordenador más de 390.000 imágenes de menores realizando prácticas sexuales

Un joven que se enfrenta a seis años de prisión por un presunto delito contra la libertad sexual cometido, supuestamente, al descargarse y distribuir por internet cientos de imágenes de contenido pedófilo achacó ayer esta afición a "alguna enfermedad" y contestó con evasivas algunas de las preguntas lanzadas por el tribunal. "No sé", se limitó a decir M. A. B. F. cuando el presidente de la sala le preguntó si le gustaba la pornografía infantil. El joven, no obstante, reconoció que guardaba en varios CD y en discos duros imágenes en las que aparecían menores de 13 años manteniendo relaciones sexuales, si bien negó que las distribuyera por la web.

Los hechos salieron a a la luz pública después de que el Juzgado de Instrucción número 5 de Roquetas de Mar autorizara un registro en el domicilio del joven, que vivía con sus padres. Los agentes de la Guardia Civil se presentaron en la vivienda el 26 de abril del año pasado y, según el informe de acusación del Ministerio Fiscal, hallaron 393.000 archivos en los que aparecían menores realizando prácticas sexuales. Según el fiscal, además de descargarse los archivos utilizando un popular programa de intercambio, M. B. A. facilitó que otros usuarios tuvieran acceso a los contenidos ilegales.

El procesado reconoció que llevaba "uno o dos años" realizando descargas, aunque fue rotundo al negar que facilitara las imágenes y los vídeos a otros internautas. Los agentes que practicaron el registro no pudieron precisar si, en el momento de la detención, los archivos que el procesado guardaba en su ordenador eran accesibles desde otros equipos, ya que "no se podía investigar para evitar dañar las pruebas". Uno de los guardias que participó en la operación recordó que cuando el joven llegó a casa y se encontró con ellos sufrió un "pequeño desmayo" y solicitó la ayuda de un psiquiatra. "Dijo que estaba enfermo", relató el uniformado, quien reconoció que fue el procesado quien les entregó los archivos.

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