Cuatro abogados ejemplares

"En estos tiempos la Abogacía y todas las instituciones que componen la Administración de Justicia debemos cultivar un modelo de conducta ejemplar y ejemplarizante", reivindicó ayer el decano del Colegio de Abogados, José Luis Garrido, quien a continuación destacó la valía de sus colegas de profesión Francisco Acosta, Cristina Ranz, Benito Gálvez y José Rebollo. Los cuatro, "ejemplos de rectitud y entrega", recibieron la medalla del Consejo General de la Abogacía en un acto multitudinario celebrado en el salón de los Mosaicos del Alcázar, que se quedó pequeño para acoger a los varios cientos de personas que asistieron al acto.

El acto estuvo presidido por el presidente del Consejo, Carlos Carnicer, y contó con la presencia de los máximos representantes de la Justicia en Córdoba, entre ellos el presidente de la Audiencia, Eduardo Baena; el fiscal jefe, José Antonio Martín-Caro, o el juez decano, Luis Rabasa. También asistieron numerosos cargos públicos, entre ellos el alcalde, José Antonio Nieto; el subdelegado del Gobierno; Juan José Primo Jurado, y la delegada del Gobierno de la Junta, Isabel Ambrosio.

Benito Gálvez, que ejerce la Abogacía de manera ininterrumpida desde el año 1957, fue el condecorado con mayor experiencia en la profesión. "Sus 55 años de trabajo, en los tiempos que corren, son ya mérito suficiente", bromeó Garrido, quien lo destacó como un "ejemplo de honestidad", lo que se demuestra en que "todos sus compañeros hablen bien de él". Gálvez se mostró "orgulloso y satisfecho" por la condecoración: "Lo agradezco de todo corazón", destacó.

José Rebollo, actual presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Abogados, resumió su trayectoria como "una vida nada apasionante y bastante lamentable en ocasiones". "Siempre he tenido la ilusión de empezar un discurso diciendo que estoy anonada, y hoy es el día", bromeó ante la multitud que llenó el salón de los Mosaicos. Rebollo tomó una frase del filósofo alemán Immanuel Kant para animar a sus colegas a "superar las dificultades" actuales con la ayuda de "tres elementos: la risa, el sueño y la esperanza", y reivindicó una institución colegial "viva y activa".

Los letrados Cristina Ranz y Francisco Acosta también cuentan, además de con una dilatada trayectoria profesional, con vínculos muy profundos con el colegio. "Nunca pensé que algún día podría llegar a ser parte tan activa de un acto como este", dijo con nerviosismo la letrada antes de agradecer el reconocimiento y de mostrarse "orgullosa de lo que siempre he querido ser: abogada". Francisco Acosta reivindicó un Colegio volcado en la "formación continua", una "institución viva y dinámica alejada del simple corporativismo". "No podemos convertirnos en convidados de piedra ante hechos que suceden cada día", subrayó.