YouTube

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Si alguien empezara un discurso hablando de Steve Chen, Chad Hurley y Jawed Karim pocos sabrían de quiénes se está hablando. Pero si otra persona encendiera un ordenador, accediera a un navegador de internet y escribiera www.youtube.com, la cosa cambia. Esas tres personalidades nombradas al principio de este párrafo son los creadores de YouTube, la plataforma de alojamientos de vídeos más usada de todo el planeta. En 2006, YouTube consiguió ser nombrado por la revista Time como el invento del año y su impacto en la sociedad ha ido creciendo desde que naciera allá por 2005. Tan solo un año después, Google compraría la firma por 1.650 millones de dólares haciendo ricos a sus creadores y, eso ya a la larga, haciendo que mucha otra gente ganara también dinero gracias a la plataforma.

Las posibilidades son infinitas. Desde ver vídeos musicales hasta saber cómo funciona un horno pasando por retransmisiones en directo de cualquier tipo de acontecimiento. Pero YouTube también trajo algo consigo, una profesión que no hace nada más que crecer y de la que muchos viven holgadamente. El youtuber -un usuario con canal propio en esta herramienta- podría definirse como un oficio en el que el trabajador se graba comentando cualquier cosa (series, videojuegos, la propia vida) y cuelga un vídeo casi siempre editado en su perfil para que la gente lo vea, comente, alabe o critique.

A nivel mundial, suenan nombres como PewDiePie, HolaSoyGerman o Smosh, que suman unos ingresos anuales de más de 1,2 millones de euros y que consiguen amasar una fama que supera a las últimas estrellas musicales del momento. Pocos son capaces de dar las claves sobre el éxito del youtuber, aunque quizá se resuma en ofrecer al espectador aquello que quiere ver. El público al que se dirigen la mayoría de ellos suele tener menos de 25 años y casi todos los vídeos incluyen el humor absurdo entre el relato del videojuego de turno.

Habrá pocos jóvenes en España a los que no les suene El Rubius (su canal se llama elrubiusOMG) un chaval de 26 años que, desde los 16, cuelga vídeos comentando todo lo que se le ocurre en YouTube, sobre todo videojuegos. Varias informaciones apuntan a que tiene unos ingresos mensuales de más de 22.000 euros y sus suscriptores ya superan los 18 millones. Es el youtuber español más popular y también se sitúa entre los más conocidos en todo el mundo. Le siguen Vegetta777 (casi 14 millones de suscriptores) o TheWillrex (9,4 millones). Se escuchan pocos nombres femeninos y el que quizá sea algo más conocido es el de YellowMellowMG, cuyas cifras se quedan algo distanciadas de las de sus colegas con poco más de un millón de suscriptores.

Pero ganar dinero en una plataforma como YouTube no es tan fácil. Lo importante es tener un número importante de visualizaciones por vídeo, por lo que ese vídeo debería ser, como mínimo, entretenido. El camino no es fácil y todo depende del creador, y Córdoba no permanece ajena a este fenómeno. En la provincia hay perfiles muy variados de personas que intentan hacerse un hueco a través de esta plataforma que sirve de lanzamiento para muchos otros oficios. Este es el caso de Aldo Narejos, un cantautor nacido fuera de Córdoba pero que ha vivido muchos años en Los Pedroches. En esta comarca, explica, no había muchos locales, ni público, para labrarse una carrera musical, por lo que un día decidió grabarse a él mismo en el sofá cantando y confirmando como la mayoría de temas que suenan hoy en día se diferencian más bien poco. El vídeo fue todo un éxito. A partir de ahí, comenzó a subir producciones con más frecuencia hasta que llegó uno de los más conocidos: ¿A dónde vais este verano?... ¡A ca la yaya!, donde el músico, en clave de humor, contaba cómo muchos tienen que renunciar a unas vacaciones en la playa por falta de presupuesto y marcharse al pueblo, a casa de la abuela. Para el vídeo movilizó a todo Fuente La Lancha y consiguió más de 400.000 visitas. Gracias a YouTube, Narejos vive ahora en Madrid e imparte un gran número de charlas sobre las posibilidades de la plataforma. Poco a poco intenta hacerse un hueco el mundo de la música y reconoce que sigue siendo tan complicado como cuando YouTube ni siquiera existía. Además, el dinero que se gana tampoco es para tirar cohetes. Si en la industria musical tradicional existía como intermediaria la discográfica, ahora hay muchas empresas que también se benefician del trabajo creativo del que usa la red. Su última aventura ha sido grabar un videoclip junto a los televisivos Berto Romero y Ana Morgade con una particular versión del reguetón en el que la letra son pasajes de autores del Siglo de Oro, como Cervantes, Calderón de la Barca y Sor Juana Inés de la Cruz. La vida es sueño, se llama, y tiene pinta de éxito.

Si hay un cordobés que en su día tuvo una repercusión poco predecible ese fue Salvador Raya. Comenzó a subir vídeos hablando de cosas, sí, de cosas. De cualquier evento al uso, de cómo hacer botellón, o de lo que pasa cuando te comes una cuchara de canela. Antes de rubius y vegettas, Salvador Raya ya estaba allí. La popularidad le llevó a unos cuantos programas de televisión donde se convirtió en un rostro más que reconocido de la noche a la mañana. En su cuenta de YouTube, SalvadorRayaOficial, aglutina casi 2.400 vídeos, se dice pronto, y más de 61.300 suscriptores. Este cordobés podría ser el youtuber local más youtuber, valga la redundancia, al menos tal y como la mayoría de la gente entiende este término.

Entre sus logros, por decirlo de alguna manera, se encuentra una entrevista al mismísimo Pablo Iglesias. Eso sí, realizada en junio de 2013, cuando el ahora máximo dirigente de Podemos y candidato a presidir el Gobierno era un personaje emergente pero no con tanta popularidad. Siempre acompañado de su perdiz, Raya continúa siendo, aunque en menor medida, un personaje bastante conocido. Tiene casi 52.000 seguidores en Twitter donde su tuit fijado (el que aparece nada más acceder a su perfil de forma permanente) es un vídeo de él mismo explicando cómo sentarse correctamente en una silla en tres minutos. El youtuber abrió camino para los cordobeses que ahora proliferan.

Más reciente es el caso de RickyEdit o Ricardo Moral. Este joven cordobés colgó en su canal un vídeo parodiando canciones que se hizo viral rápidamente hasta alcanzar las casi cuatro millones de visualizaciones. Al joven, la parte en la que Michael Jackson "canta the kid is not my son" en Billie Jean le sonó a "si quieres una manzana", y así otros cuantos temas más. La imaginación y las risas que causó hicieron que el cordobés apareciera en cadenas de radio y que se le dedicaran unos cuantos artículos en la prensa. Con casi 250.000 suscriptores en su canal, acaba de abrir otro donde el único vídeo que ha subido El arte de no tener ideas, tiene más de 44.000 visitas.

No tendrían sentido estas páginas sin Conchi Córdoba. Entra dentro de lo que podría llamarse youtubers amas de casa, esas señoras que muestran al mundo la última compra en el Mercadona, en los bazares o que cuentan lo cansadas que están después de todo el día sin sentarse. Su primer canal, Conchi Córdoba, la colocó en la cumbre de su sector aunque una trifulca con otra youtubera le llevó a cerrarlo, para pena de muchos. Cuando se le pasó el disgusto decidió abrir uno nuevo, Conchi Córdoba y Amén, donde vuelve a explayarse.

Y si se habla de señoras, hay que hablar de la Abuela Inés. Aunque la plataforma no es YouTube, sino Facebook, la página de esta abuela y su nieto tiene 7.700 seguidores y tal y como cuenta el artífice del canal, Rafael Santos, surgió a raíz de una felicitación a su hermana. Inés y Rafael viven en Fernán Núñez y ahora cada vez que les apetece, cuelgan un vídeo en Facebook bailando música electrónica o hablando de lo corto de los pantalones de hoy en día, el vídeo quizá más conocido.

La presencia de Córdoba en este mundo youtuber quizá no es muy espesa, pero sí viral. Existen muchos otros que intentan abrirse camino en un mundo en el que algo que parece muy sencillo requiere dedicación y mucha, muchísima, imaginación y don de gentes para saber llegar a un público cada vez más exigente.

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