Día mundial contra el sida Las administraciones insisten en la prevención

Uno de cada cuatro infectados por VIH en 2007 ha desarrollado el sidaMás de medio millar de personas ha muerto en los últimos 20 años a causa de la enfermedadMadinat y Apdha critican que la atención sanitaria en la prisión es insuficiente

  • De los 741 afectados desde 1981, cuando apareció la enfermedad, unos 200 siguen con vidaAmbos colectivos aseguran que el índice de infecciones en las cárceles asciende al 18%

Prevención. Ésta es la palabra clave para hacer frente a una de las enfermedades de transmisión sexual que más discriminación y estigmas sociales genera. A pesar de los esfuerzos por acabar con esta epidemia mundial, todos los años se registran nuevos casos, especialmente en personas jóvenes que han mantenido relaciones íntimas de riesgo.

De las 50 personas infectadas por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) entre enero y octubre de este año, 12 -prácticamente una de cada cuatro- han desarrollado el sida, según avanzó ayer la delegada de Salud, María Isabel Baena, con motivo del Día Mundial contra la enfermedad, que se celebra hoy. Estas cifras, sin embargo, dejan lugar al optimismo, puesto que Córdoba mantiene la tendencia a la baja en cuanto a nuevos diagnósticos. Así, mientras que en 2005 se detectaron un total de 31 casos, esta cifra bajo a 23 el pasado año, una reducción de un 25 por ciento que también se está produciendo en la actualidad. Baena aclaró en este sentido que, aunque aún no se ha cerrado 2007, este año presenta "los mejores datos" desde que se inició el registro, si bien hay que "seguir mirando al frente" para luchar contra la enfermedad.

La máxima responsable de Salud en Córdoba también recordó que todavía existe un alto porcentaje de personas que desconoce que padece la enfermedad (un 30 por ciento de los afectados), por lo que apostó por incrementar el acceso de los usuarios al sistema sanitario, la captación de afectados y la atención inmediata. A su juicio, este porcentaje representa un "peligro potencial" para la sociedad, por lo que animó a todos los que hayan vivido una situación de riesgo a realizarse las pruebas en su centro de salud. La infección por el virus del sida es un problema de salud pública de primer orden. El estigma y la discriminación son los principales obstáculos para la atención de la enfermedad. Desde que se describiera el primer caso de la patología, en el año 1981, el perfil del enfermo ha cambiado sustancialmente. Si hace una década la inmensa mayoría de los pacientes contraía la enfermedad por vía parenteral -al compartir material de inyección para la droga-, ahora cada vez es más frecuente el contagio por vía sexual. Precisamente, el porcentaje de consumidores de droga con sida ha bajado casi un diez por ciento.

La calidad de vida y las expectativas de futuro de los pacientes también se han mejorado en los últimos tiempos. Gracias a los avances alcanzados en los tratamientos antirretrovirales -donde el Hospital Universitario Reina Sofía es referente nacional por sus diferentes investigaciones en diferentes ámbitos y el ensayo de la vacuna terapéutica del doctor Peña- tener el VIH no significa renunciar al futuro. De este modo, ocho de cada diez afectados llevan una vida relativamente normalizada gracias a la eficacia de la medicación y a la aparición de nuevos fármacos capaces de bloquear la acción del virus.

En la actualidad, más de un millar de pacientes recibe tratamiento en la Unidad de Infecciosos del complejo sanitario cordobés, aunque la mayoría de ellos tiene controlada su enfermedad. Para mejorar la asistencia de este tipo de enfermos, el Reina Sofía inauguró hace dos años el Hospital de Día y las Consultas Externas de Enfermedades Infecciosas, una unidad que ha logrado reducir el número de hospitalizaciones prolongadas y mejorar la detección.

En los últimos 26 años, más de medio millar de personas ha fallecido ha consecuencia de uno de los virus que más miedos crea en la sociedad. El jefe de Epidemiología de la Delegación de Salud, Antonio Varo, apuntó ayer que desde 1981 -año en el que salió a la luz el primer caso-, 741 cordobeses han sido víctimas de la enfermedad, de los que alrededor de 200 han conseguido hacer frente a este mal y, por lo tanto, seguir con vida.

Estas cifras representan una tasa acumulada de 961 casos por millón de habitantes, lo que sitúa a Córdoba en los tramos inferiores de incidencia nacionales y regionales. El distrito sanitario de la capital es el que acumula mayor prevalencia, con un índice de alrededor de 2.000 episodios por millón de ciudadanos, y aglutina el 89 por ciento de todos los diagnósticos.

En cuanto a los mecanismos de transmisión, siguen predominando los de vía parenteral, aunque con una tendencia a la baja. Otro de los fenómenos registrados este año por los epidemiólogos ha sido un ascenso de los contagios en relaciones heterosexuales, pasando del 31 por ciento de 2006 al 33 del presente ejercicio. De hecho, a lo largo de este año aún no se ha recogido ningún caso por relaciones íntimas del mismo sexo.

El sida sigue siendo más frecuente entre los hombres que en las mujeres, aunque en los últimos años también se ha registrado un ligero repunte en este último grupo.

Estas cifras siguen el mismo patrón que el resto de Andalucía y España, donde ocho de cada diez afectados son hombres y el resto mujeres, con una edad media de edad de 40 años.

La Federación Madinat y la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (Apdha) llamaron ayer la atención sobre la "grave situación sanitaria" que se vive en las prisiones de todo el país, y especialmente en las de la comunidad autónoma andaluza. Según denunciaron ambos colectivos, las cárceles concentran las mayores tasas de enfermedades infecciosas graves, mucho más elevadas que en la población general. Esta realidad se da en el caso del VIH, pues mientras la incidencia estándar es de 0,3 por ciento, en los centros penitenciarios asciende al 18, de los cuales el 4,2 por ciento ya ha desarrollado la enfermedad.

A juicio de Madinat y Apdha, a este "desolador panorama" hay que unir la incidencia cada vez mayor de la enfermedad mental en las prisiones. Sin embargo, la asistencia sanitaria que reciben los internos es "inadecuada e insuficiente" en un medio caracterizado por el "hacinamiento". Ambas organizaciones denunciaron que en un medio con una incidencia "altísima" de enfermedades infecciosas, "el personal sanitario de las prisiones es de Atención Primaria y no está preparado para tratar estas patologías". Criticaron, además, la escasez de personal para atender a todos internos, puesto que sólo hay un médico por cada 162 presos y un enfermero por cada 127.

Precisamente para denunciar los "precarios" cuidados que reciben los reclusos en general y los infectados por el VIH en particular, diversas ONG protagonizaron ayer una protesta por el centro de la ciudad bajo el lema Salud y Prisión, una mala combinación.

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