La UCO detecta el uso de 'pinganillos' entre los alumnos en los exámenes
El alquiler de los dispositivos cuesta alrededor de 50 euros al día · El Consejo de Estudiantes reclama medidas de seguridad en las aulas para detectar su presencia
La clásica chuleta de papel ha desaparecido casi por completo. Ahora, la fórmula más avanzada para contar con ayuda extra a la hora de hacer un examen son los pinganillos invisibles, que han revolucionado el mundo de las chuletas. Desde hace algunos años, los alumnos han recurrido a este sistema en la Universidad de Córdoba (UCO), algo que ya han detectado los profesores en la época de exámenes que concluye hoy mismo. Fuentes del sector de profesores reconocieron ayer a El Día la aparición de estos artilugios entre el alumnado. Como ejemplo destacaron el caso de una alumna a la que sorprendió en profesor durante la realización de la prueba. El docente salió del aula y pudo comprobar que a escasos metros se encontraba una compañera con "móvil en la mano" dictando las respuestas de la prueba.
Los pinganillos más avanzados incorporan un micrófono que se sitúa en el pecho y que recoge cualquier sonido, incluidas las preguntas del examen susurradas por el alumno a través de un teléfono móvil; de este modo, un compañero puede soplar las respuestas a distancia. Eso sí, según fuentes del sector de los detectives, la comunicación depende la distancia. "Si la frecuencia es en línea recta no hay problemas, al contrario que si hay muros o tabiques", apuntaron.
El único inconveniente es que el precio de estos sistemas ronda los 500 euros y es difícil encontrarlos en Córdoba. La mayoría lo adquiere a través de internet en webs especializadas y, posteriormente, los alquila a posibles clientes por un precio que ronda los 50 euros al día. No obstante, en algunas facultades, según las citadas fuentes, han aparecido carteles que ofrecían el alquiler de estos aparatos.
El uso de estos receptores está prohibido en la UCO a la hora de hacer exámenes. Sin embargo, los alumnos lo utilizan a pesar del riesgo que corren en caso de que un profesor les pille, ya que puede conllevar la expulsión directa del aula. Al respecto, la presidenta del Consejo de Estudiantes, María José Romero, ya pidió en el último consejo de gobierno de la UCO que se arbitrasen medidas de control para detectar la presencia de los pinganillos en las aulas, como los inhibidores, que se han utilizado en Málaga durante las pasadas oposiciones de Secundaria. Su uso, indicó, "es injusto". "Es un aprobado muy fácil y seguro y supone un agravio comparativo con el resto de alumnos que no lo utilizan", criticó, y añadió que cada curso que pasa "se ven más". Romero reconoció que "los profesores tienen las manos atadas" a la hora de enfrentarse al problema, ya que hay pinganillos que casi son imperceptibles, tanto "que hay que usar un imán para sacarlo del oído". la En el último consejo de gobierno, la UCO aprobó comenzar a estudiar la adopción de medidas, tanto técnicas como legales o normativas, para "evitar el eventual uso de dispositivos electrónicos durante la realización de exámenes".
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