Investigación

Un estudio de la UCO concluye que las antorchas del Paleolítico se podían reencender varias veces

  • El trabajo se ha centrado en los sistemas de iluminación paleolíticos como las lámparas de grasa o las antorchas de madera

Fotografías tomada en una de las cuevas exploradas por la investigadora María de los Ángeles Medina Alcaide.

Fotografías tomada en una de las cuevas exploradas por la investigadora María de los Ángeles Medina Alcaide. / El Día

Un estudio pionero sobre los sistemas de iluminación del Paleolítico concluye que las antorchas de este periodo no se apagaban inmediatamente y que era posible volver a encenderlas con facilidad varias veces antes de su última extinción. Al no tratarse de de antorchas de un solo mástil sino de diferentes ramales, daba lugar a una menor oxigenación de la herramienta, por lo que una vez dentro de la cueva a través de movimientos al aire, ésta volvía a prenderse. Este hecho les dotaba de cierta seguridad para entrar dentro de las cavernidades

El trabajo, coordinado por la investigadora en la Universidad de Córdoba (UCO) y en la Universidad de Cantabria, María de los Ángeles Medina-Alcaide, centra la investigación en los principales sistemas de iluminación del Paleolítico -antorchas de madera, lámparas de grasa portátiles y chimeneas- mediante observaciones empíricas y arqueología experimental dentro de las cuevas.

Asimismo, cuenta con la colaboración de arqueólogos del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, la UCO, la Universidad de Salamanca, la Universidad del País Vasco, la Universidad de Málaga, la Universidad de Burdeos y la Asociación Edestiaurre.

Medina-Alcaide expone que “la iluminación artificial fue un recurso físico crucial para expandir comportamientos sociales y económicos complejos en los grupos paleolíticos, especialmente para el desarrollo de las primeras exploraciones paleoespeleológicas y para el inicio del arte en cuevas”.

Las cuevas con arte paleolítico como las de Nerja (Málaga, España), Chauvet (Ardèche, Francia), Lascaux (Dordoña, Francia) o Atxurra (Bizkaia, España) han sido donde se han llevado a cabo las exploraciones para el estudio, recogiendo y revisando los datos disponibles sobre restos de combustión. Estos son una fuente de información relevante que ofrece el propio arte rupestre para conocer, a su vez, la actividad gráfica paleolítica en su totalidad.

En esta línea, el profesor de la Universidad de Córdoba José Luis Sanchidrián añade que “el desarrollo de los experimentos en condiciones endokársticas y la base arqueológica hacen que este estudio tenga un sólido valor científico”.

Se trata de la primera vez se caracterizan y determinan calificativamente los datos lumínicos de estos sistemas de iluminación. “Esto es muy importante para el desarrollo del análisis dentro de los software de los SIG (Sistemas de Información Geográfica), porque estos programas son muy útiles para analizar rutas de tránsito o visibilidad del arte para comprender mejor ese el arte de las cuevas paleolíticas”, concluye la investigadora María de los Ángeles Medina-Alcaide.

Este estudio también favorece la transferencia de conocimientos a nivel intersectorial, especialmente de la ciencia arqueológica a la difusión del patrimonio. Los resultados a su vez tienen el propósito de mejorar la recreación de la luz en réplicas físicas o virtuales de cuevas del Paleolítico de manera confiable y basada en estándares científicos y datos arqueológicos.

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