El parqué
Sesión de máximos
La estancia en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) puede ser una de las peores experiencias para un paciente y sus familiares. La frialdad de las estancias y, a veces, del trato de los profesionales, unidos al aislamiento hacen que el enfermo viva su ingreso en soledad. Para hacer más agradable esas delicadas situaciones, hace casi dos años que el Hospital San Juan de Dios se adhirió al proyecto HU-CI, cuyo objetivo es humanizar los cuidados intensivos. Esta iniciativa se creó en 2014 en el Hospital de Torrejón y cada vez son más los centros que se suman a ella.
Que el paciente pueda escuchar música, ver la televisión y, sobre todo y más importante, que pueda recibir visitas de sus familiares de forma flexible son algunas de las consignas que tiene este proyecto y que sigue el hospital cordobés. El coordinador de la UCI de San Juan de Dios, José Carlos Igeño, explica que el ingreso en una de estas unidades "puede ser una de las experiencias más terribles para una persona" y el proyecto HU-CI consiste en "implementar una serie de acciones de mejora de terapias, manera de pensar, actuar y tratar que van más allá de la tecnología". Es decir, "realizamos unos cuidados centrados en las personas" que engloban a los pacientes, sus familias y los profesionales que los atienden porque "también es importante cuidar de los que cuidan". El médico intensivista apunta que "hablamos mucho del cuidado de lo invisible, se trata de ocuparnos de lo emocional, lo subjetivo, lo intangible".
El proyecto HU-CI parte de que la medicina ha mejorado mucho científicamente "pero en habilidades humanas nos hemos quedado atrás". Por eso, un grupo de personas decide que hay que intentar crear una UCI más humana y más amable. Otra intención es acercar los cuidados intensivos a la población: "La gente tiene que entender que la UCI da vida, no entras en ella a morir, de hecho, la inmensa mayoría de los pacientes que ingresa en una Unidad de Cuidados Intensivos en España se salva, los índices de supervivencia están entre el 80 y el 90%".
Las medidas que promulga este proyecto son ampliar y flexibilizar los horarios de visita, procurar a los pacientes y familiares una información "excelente y continuada" y a los profesionales habilidades en comunicación y empatía, que conozcan muy bien la biografía del enfermo, introducir psicólogos en las ICI, realizar mejoras arquitectónicas en las unidades, naturalizar el proceso de muerte "con sabiduría y suficiente información a las familias" y aplicar la medicina integrativa (la que integra la convencional con la natural).
En este sentido, en San Juan de Dios utilizan la musicoterapia, ponen películas, sacan de paseo a ciertos pacientes y permiten los móviles y ordenadores. "Se trata de intentar, en la medida de lo posible, normalizar esos procesos de enfermedad tan grave para el paciente consciente y para la familia", indica el coordinador de la UCI del centro. Al respecto, señala que en esta unidad hacen "cosas inimaginables" como que a una paciente crítica le traigan de casa sus zapatillas y su bata y tenga colgadas las fotos de sus nietos, sobrinos o hijos. Incluso cuando los enfermos están sedados o en coma, los profesionales preguntan a las familias por su cantante o grupo preferido y se lo ponen. "¿Quién no tiene una canción o grupo en su vida que para él ha sido curativo a nivel psicológico?", señala el intensivista.
En el hospital cordobés se han ampliado los horarios de visita a la UCI y la edad mínima para poder entrar a ver al paciente, individualizando cada caso. Además, fomentan la comunicación entre el personal y los enfermos y familias para así aumentar la confianza en el equipo médico. Por otra parte, los intensivistas procuran informar más de una vez al día y a las 09:00 las enfermeras llaman a casa a las familias para contar cómo ha pasado el paciente la noche.
Una de las iniciativas más características del hospital cordobés y por la que se ha hecho famoso es que los profesionales dan paseos por las terrazas del edificio -que tienen vistas a sus jardines y a Sierra Morena- a pacientes seleccionados de la UCI. Además, promueven que los familiares que lo deseen participen en los cuidados del enfermo, como la alimentación o la higiene porque, por ejemplo, "hay madres que quieren entrar a lavar a su hijo". Todas estas medidas, aclara Igeño, se hacen "sin paternalismos superficiales que puedan poner en riesgo la vida del paciente", es decir, individualizan cada caso "sabiendo cuándo está claro que una medida puede aportar algo positivo al paciente o no se puede hacer".
Por último, el coordinador de la UCI apunta que para San Juan de Dios no ha sido difícil llevar a cabo las consignas del proyecto HU-CI ya que casan con los valores de la Orden. Al fin y al cabo, "a los trabajadores desde que entran se les inculca que la humanización, el cuidado de lo invisible y tener como principio a la persona asistida son los valores fundamentales".
También te puede interesar
Lo último
El parqué
Sesión de máximos
Tribuna Económica
Desdolarización global: el inicio del declive del imperio
No hay comentarios