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Córdoba cuenta con un amplio número de profesionales que se dedican a la ilustración desde diferentes estilos contemporáneos. Cada año, nuevas generaciones se forman en la industria principalmente desde la Escuela de Arte Mateo Inurria. En este reportaje, conocemos a 13 artistas cordobeses que plasman sus obras a través de distintas técnicas.

Esta joven cordobesa, llamada Silueta de tinta en redes sociales, asegura que desde que tiene uso de razón lleva un lápiz en la mano. Entiende el diseño como una forma de vivir, de comprender lo que sucede a su alrededor y presentar mejoras a las necesidades que se plantean. Cree que el arte es una disciplina que se centra en el pensamiento, pues es “el músculo de la creatividad y los artistas tenemos esa necesidad de oxigenar el cerebro y desarrollar la capacidad de invención, porque al igual que los músculos, si no utilizas la creatividad, se atrofia”. Estudió en la Escuela de Arte Mateo Inurria y actualmente se forma en Diseño en Madrid, y aspira a conocer distintas disciplinas nacionales y extranjeras, para traérselas a Córdoba. Destaca a la ciudad por su ambiente, olor, la gente, experiencias que van más allá de lo visual; “Córdoba es un respiro”. Conoce el talento que se representa en la ciudad y asegura que se le debería dar más voz a estos artistas, ya que “ hay un potencial artístico increíble y tenemos los medios”.

Estudió Ilustración, ya que ha dibujado desde siempre y asegura encontrar en el dibujo y las actividades creativas un sitio seguro. Actualizándose a los nuevos formatos, realiza sus ilustraciones y retratos de forma digital “por lo inmediato y la comodidad que da el Ctrl+Z, pero disfruto mucho con los acrílicos, la acuarela o el collage”. Disfruta llevando a cabo cada encargo que recibe y destaca su trabajo con el cantante David Donnier. “Me gusta pensar que le doy un giro al costumbrismo a través de los recursos digitales y composiciones inspiradas en el mundo del cómic. Quizá también me define la necesidad de contar historias y hacer una lectura con imágenes y simbología”, señala. Cámara afirma que que el sector es muy poco cuidado en España, y por ende, en Andalucía. Desde Córdoba se realizan iniciativas por parte de la Diputación o la Casa de la Juventud (o Espacio Neo) en las que estos artistas tienen cabida, sin embargo, el ilustrador aspira a que se les trate como profesionales “más allá de certámenes o cursillos”. Desea poder vivir dignamente de su profesión y considera tanto a Córdoba como a Andalucía una fuente de inspiración inevitable, tanto “por el fuerte folclore que tenemos como por el movimiento creativo que se está generando sobre todo en redes sociales. Y espero que siga atravesando las pantallas como creo que está pasando”.

Este artista lleva 20 años en la industria ligado al mundo del grafiti. Estudió Diseño Gráfico en Córdoba, y se convirtió en grafitero ilustrador. Crea arte urbano, intersecciones murales, adaptaciones en proyectos y destaca de su dibujo la tipografía, pues dibuja con letras, juega con sus formas. Participó en Cosmopoética decorando la Ronda de Isasa, aunque uno de los trabajos que más destaca es el proyecto colaborativo surgido a raíz de la residencia artística que se llevó a cabo el verano pasado en el Centro de Creación Contemporánea de Andalucía, el C3A. En esta iniciativa, llamada Perno, se recibieron 56 composiciones artísticas que se maquetaban, imprimían y se divulgaban por las calles de Córdoba. Asegura que las administraciones no realizan las suficientes iniciativas, aunque cada vez se están haciendo más. “Creo que Córdoba está un poco por encima incluso de Sevilla, cada vez se preparan cosas más interesantes”, defiende.

Empezó en el mundo de la ilustración a raíz de estudiar Diseño Gráfico. “Comencé a verlo como una herramienta más de mi trabajo y después de practicar y experimentar mucho, ha llegado a ser mi herramienta principal de expresión”, asegura. El primer contacto con el sector lo tuvo estudiando Producción Audiovisual y posteriormente se formó en Fotografía y Diseño Gráfico. Destaca el trabajo que realizó dentro del marco del festival Enmujecer, un proyecto de collages en el que trató de hacer un recorrido sobre grandes mujeres de la historia que han sido olvidadas. Con este proyecto expuso en Matadero (Madrid), en la Central del Diseño (DIMAD) y más tarde en la Sala Orive (Córdoba). Califica a Córdoba como una ciudad especial; de hecho, ha vivido fuera y estaba “deseando volver”, hasta el punto de que le encantaría seguir desarrollando su trabajo en la ciudad y poder contar con más oportunidades: “Me gustaría que con el talento que tenemos aquí, apostemos por ello y podamos nutrir a la ciudad, para llegar también a ser referentes en otros ámbitos más allá de lo que estamos acostumbrados”. Respecto a los proyectos que se desarrollan en la ciudad, Invernón recalca que muchos son originados por los propios artistas, no obstante, piensa que en el ámbito de la ilustración cada vez se están llevando a cabo más actividades. “La ilustración, por fin, está dejando de ser considerada un arte menor que ha estado siempre situada entre medias de arte y diseño. Cada vez es más utilizada como una comunicación visual esencial de la sociedad, un medio expresivo en el que el artista puede comunicar a las masas de manera accesible y comprensible para todos”, concluye.

Este artista de Hinojosa del Duque estudió Historia del arte, y actualmente compagina la docencia con la ilustración. Es uno de los responsables del equipo de la tienda Ostin Macho, que surgió con la idea de dar a conocer jóvenes ilustradores y servir como punto de venta de arte emergente. Su estilo se basa en los grandes autores, a los que les da una vuelta desde su punto de vista. “Mi estilo simplista se mezcla con toques de color, haciendo contemporánea las grandes obras de arte; antes pintaba con acuarela, ahora dibujo con líneas concisas con pequeños toques de color en zonas concretas”, explica. Lo hace de forma digital, y a mano con un pilot negro y rotuladores de colores. Asegura que Córdoba tiene mucho potencial en todos los sentidos. “La tradición es potente y tiro de tradiciones, de cosas que hay que poner en valor”, sostiene, defendiendo que hay iniciativas, sobre todo por parte de la Diputación, aunque “falla la vía de comunicación, a veces no te enteras”.

Esta artista dibuja desde pequeña, pero no empezó a usar el color hasta que estudió Bellas Artes. Se especializó en pintura y encontró su lenguaje artístico, influenciada por la asignatura de paisaje que cursó en la facultad. “Generalmente uso obras paisajísticas de la historia del arte como telón de fondo para mis creaciones, obras que pueblo de exploradoras contemporáneas rodeadas de comida y reminiscencias al lenguaje publicitario que son autorretratos en la piel de otras mujeres”, afirma. La mayor oportunidad la tuvo cuando desarrolló un proyecto expositivo en Córdoba en la que contó con la financiación de la beca Iniciarte de la Junta de Andalucía. “Una gran oportunidad porque es complicado conseguir una buena sala expositiva en nuestra ciudad, con apoyo económico y edición de catálogo; muchas veces los artistas tenemos que asumir todos los gastos económicos de todo y es complicado, eso es lo que echo más en falta de algunas instituciones, un apoyo real”, declara. Para Gómez Campos, Córdoba es fuente de inspiración y se encuentra inmersa trabajando en los iconos del imaginario colectivo de la cultura andaluza: “Estas tradiciones me interesan por lo que representan y porque son para nuestra sociedad lo que las raíces para el árbol, son nuestra identidad cultural y un rasgo propio de estos elementos de nuestra identidad cultural es el hecho de ser eternos, colectivos e icónicos”.

Desde pequeña se apuntó a clases particulares de pintura, y definitivamente decidió dedicarse a ello; estudió Bellas Artes, se especializó en muralismo y pintura, y realizó un máster de creación e investigación artística. Empezó como muralista, ha viajado constantemente y todas esas experiencias vividas las traslada a sus obras. Ha ido evolucionando con nuevas técnicas, ya que antes trabajaba con murales y ahora frente al ordenador. Su estilo es espontáneo, colorido, y narrativo. Ha trabajado para empresas extranjeras, y ha vivido en países como Estados Unidos y Francia, algo que se puede apreciar en su obra: “Encuentro inspiración en los sitios en los que he vivido, Córdoba me inspira, en especial mi familia y mi casa”. La artista muestra su orgullo cuando da charlas a colectivos en exclusión social, como mujeres víctimas de violencia de género. Ha participado en proyectos para el Ayuntamiento, como el Festival de la Guitarra, y sus obras han estado expuestas por calles de la ciudad. Lucía del Pino, como se llama artísticamente, reconoce que la Casa de la Juventud realiza una labor interesante, pues “cada vez hay más talento en Córdoba, aunque la ciudad no tiene esa salida, ni laboral, ni cultual”. Asegura que es importante enseñar los valores a través de las expresiones artísticas: “Se puede aprender mucho utilizando el arte como herramienta para seguir evolucionando”. Como aspiración, le gustaría poder trabajar con algunas editoriales, seguir impartiendo clases, y crear algún colectivo con otros artistas en el que se puedan plantear y acordar aspectos de la industria, como la fijación de los precios.

Dibuja desde muy niño, aunque “en un momento caótico de depresión profunda, la ilustración digital comenzó a llenar noches de insomnio y días que se hacían eternos”. Así ha ido creciendo hasta conseguir triunfar en redes sociales con sus dibujos, a través de su cuenta @lineayletra. Comenzó en este proyecto pintando con el dedo historias de Instagram. Estudió Bellas artes, pero ha tocado el arte desde distintos puntos, ya que le apasionaba la fotografía, le sorprendió la escultura, incluso hizo un videojuego. “Me acerqué un poco a la cerámica artística, hice un curso de color y empecé un MBA de Ecommerce”, sostiene un artista que califica su trabajo como apasionante. “Cuanto más te atreves y te sientes libre de crear, más lo disfrutas y más transmites tu verdad, tu sentido de la estética, tu visión. Al principio hacía únicamente lo que me pedían. Ahora sigo haciendo en gran parte lo que me piden, pero poniendo mucho más de mí”, apunta. Para el artista, Córdoba tiene todo lo que le basta para llenarse de ideas, de hecho así surgió su proyecto Mejor con una flor, inspirado en los volantes, color, arte y belleza. Asociaciones culturales, casetas de feria y eventos de moda flamenca también han tenido presente este trabajo del artista, además de decorar su residencia universitaria o participar en proyectos como la identidad corporativa de las Hijas del Patrocinio de María. "Esto no es ir a una tienda donde todo está dispuesto para el que llegue y lo compre", recalca un creador que asegura que cada encargo que recibe le llena de ilusión: "Estoy acogiendo un recuerdo, estoy creando un “te quiero” para unos hijos, un “te echo de menos” para un amigo, un “hasta siempre” para un abuelo, un “gracias” para alguien especial, un “sí” para una pareja... Si algo tienen en común todas esas historias es que hay amor de por medio".

Trabaja tanto de ilustradora y pintora como de tatuadora, ramas que le aportan algo diferente. Define a su trabajo como un reto, “una carrera sin meta en la que siempre se puede aprender más, y encontrar nuevas motivaciones”. Ha participado en varias exposiciones, colectivas e individuales. Una de las ultimas fue en el C3A, junto a muchos artistas de la ciudad. Creó junto a varios amigos, un colectivo artístico llamado El palacio de Moa, con el objetivo de crear eventos y descubrir arte joven. También ha realizado una ilustración para un libro sobre la vida de Prince. Córdoba es una ciudad en la que encuentra arte a través de muchos rincones, “pero hay que pararse a observar”. Quiere vivir en la ciudad, pero le gustaría desarrollarse profesionalmente conociendo sitios diferentes, “ver ciudades nuevas y nutrirme de experiencias diferentes a las de aquí, porque como artista creo que siempre es importante conocer cosas nuevas”. Cree que ha habido un auge en este sector en Córdoba, y que hay muchas ganas de crear eventos culturales. Araujo espera “ver que el arte se valora como se merece”.

Artista plástica, ilustradora y muralista, una profesional del sector que realiza su trabajo desde la soledad de su taller hasta a pie de calle. Técnica Superior de Ilustración y graduada en Bellas Artes, su vocación le viene de herencia, ya que ha crecido rodeada de enciclopedias, libros de arte, poemarios y discos de música. “Me crié jugando entre los dibujos de patrones y telas de mi madre modista y los dibujos y diseños de mi hermana mayor orfebre. En todas las habitaciones de casa había lápiz, papel y talleres improvisados”, subraya. Define a su trabajo como se define ella misma, una incesante narradora de historias, ya que la artista parte de la realidad para crear mundos imaginados. Se caracteriza por sus retratos y utilizar elementos conectados con sus raíces. Desarrolla su trabajo en Córdoba y tiene como clientes al Hospital Reina Sofía, o empresas como Cruzcampo y Vodafone. Cuenta con la bandera de Andalucía a las Artes por participar en la exposición homenaje a los profesionales sanitarios Héroes con bata, realizado en el Teatro Cómico de Córdoba. Considera que en Córdoba hay mucho talento aunque escasas oportunidades. “Hay una cantidad insurgente de buenos artistas y muy buenos profesionales, pero un circuito de convocatorias artísticas muy limitado a una sola línea de trabajo descrito bajo el término contemporáneo en el que todos no encuentran su espacio”, apunta una artista cuyo mayor aspiración es seguir trabajando desde Córdoba, y mejorar sus espacios y posibilidades: “Sueño con tener un espacio físico en el que los artistas trabajen, expongan y creen sinergias”.

El artista lleva dibujando desde los 8 años, empezó como cualquier niño en su infancia, pues su padre “dibujaba y yo dibujaba con él, y a partir de ahí descubrí que era lo mío”. Es diseñador gráfico y técnico en artes plásticas y diseño de joyería, un trabajo que asegura le resulta muy gratificante y se encuentra en constante evolución. Desarrolla su trabajo desde Córdoba, ciudad que le resulta inspiradora por sí misma, dado que “es maravillosa y en cualquier rincón puedes encontrar la inspiración”. Ha participado en la exposición colectiva Héroes con bata, con la que obtuvo la Bandera de Andalucía a las Artes del Ayuntamiento de Córdoba. Tiene obras en diferentes países como Chile, Italia y por supuesto España, y cuenta con nuevos proyectos a la vista con los que se siente muy ilusionado. Aspira a seguir creciendo como profesional.

Estudió Bellas Artes y posteriormente cursó un grado superior de Gráfica Publicitaria. Su trabajo lo define como “versátil y cambiante”, pues en él podemos encontrar desde ilustraciones infantiles con escenarios que recrea desde su imaginación, hasta “retratos femeninos de mujeres empoderadas cargados de metáforas y un toque onírico”. En cuanto a la técnica se siente muy cómoda trabajando en digital, pero también realiza trabajos en formato analógico, acuarelas, lápices y bolígrafos. “En mi estantería hay decenas de cuadernos llenos de dibujos, algunos de ellos se han quedado en simples garabatos, pero otros se han transformado en ilustraciones digitales”, explica la creadora, que define su estilo como íntimo y personal, pues considera que en cada ilustración hay “un trocito" de ella, "como si de un pequeño diario ilustrado se tratase”. Desarrolla su trabajo en Córdoba, y cuando se encuentra en medio de un bloqueo creativo, pasear y perderse por las calles de la ciudad siempre le ayuda. Ha participado en las dos ultimas ediciones del fanzine Trampa, realizado por el Departamento de Juventud de Córdoba; en la última edición su obra fue seleccionada para ser expuesta en la calle Gondomar. “Es cierto que poco a poco que las instituciones cordobesas están promoviendo iniciativas y brindando oportunidades a nuestro sector pero pienso que aún necesita una actividad artística mayor y renovada”.

Dibuja desde pequeño "todo lo que veía". Hoy en día es diseñador gráfico. Estudió Ilustración y Diseño Gráfico. “Dibujo lo que me apetece”, es amante de las películas de terror, de los videojuegos, de crear un mundo terrorífico y se inspira en Tim Burton. En sus ilustraciones podemos observar toda clase de insectos y monstruitos. No se basa en la realidad que le rodea. Asegura que Córdoba es una parte de él y de sus orígenes, y así lo quiere trasladar al público, aunque no descarta vivir fuera. Maestre ha afirmado que la ciudad cuenta con un colectivo artístico muy inspirador en el que cada vez más artistas crean iniciativas que se convierten en un referente. “A nivel público no se hace un esfuerzo en llegar a conocer el colectivo, sí veo cada vez más interés por parte de ánimos privados, salas para exponer”, asegura. Destaca de su trabajo un gráfico animado que realizó durante sus estudios, algo que le llevó a formar parte de una exposición fuera de nuestras fronteras.
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