Trassierra: un paraíso inconcluso para pasar el verano
Las bajas temperaturas, la vegetación y el silencio atraen a los habitantes de la capital
Los vecinos se plantean si la infraestructura existente es suficiente
1. Dos chicas se refrescan los pies en uno de los chalets de la zona de Trassierra. 2. Un grupo de jóvenes desciende del autobús en el pueblo para pasar el día en la sierra. 3. Una joven camina por el sendero, dividido en dos carriles, que conduce a los Baños de Popea. 4. Uno de los parques pendientes de restauración en el centro del pueblo, que actualmente está vallado. 5. Un panel explicativo del sendero de Sierra Morena, en el que Trassierra es un enclave de gran importancia.
Trassierra: un paraíso inconcluso para pasar el verano
Trassierra: un paraíso inconcluso para pasar el verano
Trassierra: un paraíso inconcluso para pasar el verano
Mucho se ha escrito últimamente acerca del verano cordobés, pero nunca se ha llegado de forma explícita a la única solución que este tema tan recurrente ofrece: ante el sofocante calor, la única escapatoria posible es la huida. ¿Hacia dónde? Muchos cordobeses lo tienen claro, acuden raudos hacia la costa, buscando el mar y las posibilidades que un piso bien situado en la playa alberga. Sin embargo, existen otras alternativas más cercanas a Córdoba e igualmente válidas para sobrellevar los meses de calor.
Una de ellas es Santa María de Trassierra, un enclave privilegiado en el corazón de la montaña cordobesa salpicado de casas señoriales que normalmente cuentan con piscinas o albercas y un pueblo que hace las veces de centro neurálgico al que la gente acude para hacer compras, ir a comer o salir a tomar un refrigerio cuando cae la tarde. Muchos cordobeses poseen una residencia allí y deciden pasar allí el periodo estival, de forma que a lo largo de los últimos años la población llega a triplicarse y cuadriplicarse. Francisco Peláez, que habita de forma ininterrumpida en el pueblo , es propietario de El Candil, el único restaurante que se mantiene abierto en Trassierra durante todo el año y que cumple ahora 25 años. El hostelero llega a plantearse si este incremento tan notable de la población podría rozar la "masificación". "Censados aquí estaremos 200 o 300 habitantes, y sin embargo ahora puede haber unas 4.000 personas", estima.
Una de las críticas más comunes es la escasez de autobuses que unen el pueblo y la capital
Francisco, que se siente privilegiado de vivir en Trassierra, habla del pueblo y de sus alrededores como "el pulmón de Córdoba", y denuncia cierta falta de civismo entre los visitantes que acuden a lo largo del verano. "Se han ejecutado ciertas medidas como la delimitación del camino de Popea, pero la gente continúa aparcando y, en muchas ocasiones, tirando basura", lamenta. Por esto, el dueño de El Candil cree necesaria una "mayor vigilancia" en la zona, para así impedir que se lleven a cabo acciones que repercutan negativamente en la belleza del lugar. Porque, afirma sonriente, " para mí lo mejor que tiene Trassierra son la vegetación y el clima".
Una de las familias que ponen rumbo a la sierra durante los meses de julio y agosto en busca de las bajas temperaturas y el silencio es la de Salomé Molina, que considera que este incremento tan acentuado de la población en verano puede ser un problema para el pueblo. "Durante el verano superávit y déficit el invierno hace que sea complicado adecuar las infraestructuras", reflexiona Salomé, que añade que, en su caso, "preferimos viajar a Córdoba para hacer la compra o ir al médico" pese a depender del vehículo. Sobre las idas y venidas a la capital, para ella y, especialmente para su hija, Paula Barbudo, la mayor desventaja que tiene vivir en Trassierra es la escasa conexión que existe en materia de autobuses. Debido a las quejas de los residentes, hace poco se habilitó una nueva línea que sale de Córdoba a las 12:00, supliendo así la carencia que significaba la inexistencia de autobuses al pueblo entre las 7:15 y las 15:15. Con todo, Salomé habla de lo placentero de vivir en la zona durante el estío, y destaca la "amplitud del terreno , la tranquilidad, los baños en la piscina y las temperaturas más bajas que en Córdoba cuando cae la noche".
Esta opinión es compartida por Arturo Chica, un joven estudiante cordobés cuya familia posee una finca situada en el camino previo a llegar al pueblo. La casa, que cuenta con dos plantas, piscina y un amplio terreno aún sin edificar, cumple las veces de residencia de verano familiar. Arturo afirma que, aunque sus padres suben de forma más asidua que él, cuando utiliza su casa de Trassierra lo hace para pasar el día en la piscina u organizar una barbacoa con sus amigos, algo que se vuelve más frecuente durante los meses de verano. "Además, como soy scout, algunas veces he utilizado la zona más silvestre de mi parcela como campamento base para hacer rutas por la zona", añade el joven. Ciertamente, y esto es algo en lo que coinciden tanto foráneos como los vecinos en el área, Trassierra cuenta con un gran número de bellos enclaves naturales, entre los que destacan el pantano del Bejarano, la Fuente del Elefante o los Baños de Popea.
De hecho, la ruta que recoge todos estos puntos de interés ha sido incluida entre las diez primeras de España, "razón de más por la que hay que cuidar lo que tenemos", apunta Federico Córdoba, propietario de una de las casas que bordean el camino de tierra que conduce a Popea. En la línea de las declaraciones vertidas por el regente del restaurante El Candil, el vecino hace hincapié en la necesidad de incrementar el número de papeleras en la zona, y de concienciar a los visitantes acerca del vertido de residuos durante las rutas de senderismo u otras prácticas, entre las que se encuentran ir a pasar el día al entorno natural. "Algunas veces se juntan grupos de chavales y organizan patrullas de limpieza del lugar", cuenta Federico, y agrega que "sacan bolsas y bolsas de basura". El parcelista cuenta, a propósito de las últimas reformas que se han acometido en el camino que conduce a Popea, que habría que mejorar en el ámbito de los aparcamientos.
Dicho camino es un sendero de tierra que ha sido recientemente dividido en dos carriles mediante una serie de bolardos de madera que llevan hasta el comienzo de la senda que desemboca en los Baños y que ha de realizarse a pie. Precisamente en este camino se sitúa la parcela de Federico Córdoba que, según él, "se llena siempre de polvo y de ruido debido a todos los coches que circulan por el camino". Los vehículos continúan avanzando con el objetivo de encontrar un lugar donde aparcar y, al no encontrar ningún espacio habilitado o señalizado, "dejan el coche donde sea". También en el ámbito del tránsito automovilístico, Federico reivindica la necesidad de habilitar un lugar en el pueblo para que aparquen los autobuses que llegan diariamente en verano con senderistas para hacer excursiones organizadas. A día de hoy, sí existe una gran explanada en la que, según el delegado de la alcaldía en Trassierra, Jerónimo Salazar, cabrían 150 coches. Aún contando con las carencias mencionadas, Federico hace un balance general muy positivo de residir en la zona, y constata que, por regla general, "se vive estupendamente y muy tranquilo en verano".
Sin embargo, existen vecinos que, pese a que también se consideran afortunados, sí critican abiertamente la lentitud a la hora de llevar a cabo las reformas en el mismo. Rafael Valenzuela, que forma parte del grupúsculo de personas censadas en Trassierra, considera que "la capital ha descuidado nuestro pueblo". A su parecer, deberían desde el Consistorio mirar más por el entorno natural y urbano de la zona, debido a que se trata de "uno de los puntos más bellos de la provincia de Córdoba". Prueba de ello, afirma, son los dos parques que existen en el centro del pueblo. "Se llevaron el tobogán porque decían que era peligroso y no lo han vuelto a poner", lamenta, y señala al recinto recreativo vecino, que se encuentra vallado y pendiente de una reforma que debería haberse ejecutado en mayo. Resalta la carencia de servicios que existe en el pueblo, en el ámbito de la sanidad o el de la seguridad. "Hace falta arreglar esto y acondicionar el entorno, tanto para el visitante, como para los que vivimos aquí todo el año", concluye Rafael.
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