Sanidad | atención y apoyo a mujeres afectadas

Transmisoras de vida y esperanza

  • Anna Marsillach y María Teresa León han pasado por el duro proceso que conlleva el cáncer de mama y se han hecho voluntarias para ayudar a otras mujeres

Su experiencia en la lucha contra el cáncer de mama ha hecho que Anna Marsillach y María Teresa León quieran ser un apoyo para otras mujeres que están pasando por ese duro proceso. Tras superar la enfermedad, ahora son voluntarias testimoniales de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), de forma que llevan su mensaje de vida, fortaleza y esperanza a las pacientes que están hospitalizadas, las que están en tratamiento y las que han sido intervenidas.

En 2015 Anna se descubrió un bulto pequeño mientras se duchaba. Se lo comentó a su marido y a su madre y fueron al médico. Tras una mamografía y ecografía "me di cuenta, por la cara que puso el doctor José Luis Raya, de que habían visto algo". Además le hicieron una biopsia y un contraste y hasta que llegaron los resultados "estuve una semana muy mala, yo y toda mi familia, porque no sabíamos si era bueno o malo". Pasados unos días volvió a la consulta y le comunicaron que tenía cáncer de mama en fase inicial. Sin embargo, tenía unos nódulos que también eran malos. Eso cambiaba la intervención, de forma que le hicieron una mastectomía en octubre de 2015, cuando tenía 37 años. "Te arrancan algo de tu cuerpo, no sabes a dónde ir ni a quién preguntar y la verdad es que se pasa muy mal", señala Anna. Le pusieron un expansor con el objetivo de reconstruirle el pecho -una intervención a la que se sometió el pasado 1 de septiembre- y no necesitó quimioterapia, aunque ella estaba concienciada de que sí pasaría por ese proceso, tanto que "tenía hasta la peluca encargada", recuerda.

A mí me visitaron y me dieron ese calor, y eso mismo hago yo ahora con otras mujeres"Anna MarsillachPaciente de cáncer de mama

Anna, que tiene dos hijos, ha recibido mucho apoyo de su familia, sus amigos y la empresa en la que trabaja, que incluso puso a su disposición un médico para que la acompañara en sus visitas al oncólogo. Ese sostén es fundamental para luchar contra esta enfermedad que afecta tanto a nivel físico como psicológico.

La experiencia que ha vivido la ha empujado a hacerse voluntaria testimonial con la intención de ayudar a otras mujeres que están pasando por este trago: "A mí me visitaron y me dieron ese calor, esa esperanza, y lo mismo hago yo ahora".

También es voluntaria María Teresa León, que cuando estuvo recibiendo radioterapia quiso colaborar con la AECC. Una vez que estuvo recuperada, comenzó a transmitir su mensaje de esperanza a mujeres que están en tratamiento, ingresadas y operadas de mama. Para ser voluntarias tienen que estar totalmente recuperadas, tanto física como psicológicamente.

A María Teresa le hallaron un bulto en una revisión rutinaria en abril de 2012, cuando tenía 57 años. Tras una serie de pruebas, el doctor Raya le comunicó que tenía cáncer de mama. Fue sola a la consulta y cuando llegó a casa "el impacto fue mayor" al contárselo a sus hijos y a su marido. "Te dicen que tienes cáncer y te echas a temblar pero me hice fuerte y le dije a mi familia que no pasaba nada, que me iban a operar y esperar lo que pasaba", indica. Tuvo que apagar el teléfono ante el aluvión de llamadas de amigos y familiares que querían mostrarle su apoyo.

A ella sólo le extirparon el bulto pero sí tuvo que pasar por quimioterapia y radioterapia y, "curiosamente, no lloré porque tenía cáncer y sí porque se me iba a caer el pelo, un absurdo porque el pelo crece pero el cáncer puede reaparecer en cualquier momento", puntualiza.

Ambas destacan la ayuda de los psicólogos de la AECC como fundamental a la hora de apoyarse en este difícil proceso, al igual que todo el equipo, como trabajadores sociales o fisioterapeutas. "La asociación es como si fuera nuestra casa", coinciden. También tienen muy buenas palabras para el equipo de médicos y enfermeros del Hospital Provincial, al igual que para todo el personal, que es "un encanto".

Tras pasar por la enfermedad, estas dos mujeres señalan que "cambias el chip; dejas de darle importancia a las tonterías y miras las cosas importantes de la vida". María Teresa explica que cuando se diagnostica el cáncer "el impacto es tan grande que por más que demos consejos, es la propia enferma la que tiene que superarlo, pero sí es recomendable que busque ayuda en la AECC porque no está sola". "Deben saber que de esto se sale y hay muchos tipos de tratamiento", apunta Anna. Es fundamental la ayuda psicológica porque estas mujeres se hacen fuertes frente a su familia "pero necesitas desahogarte con alguien porque en ese momento piensas que vas a morir y no vas a ver crecer a tus hijos pero no lo dices", añade Anna.

El principal consejo que dan a las mujeres es que se exploren todos los meses y se hagan ecografías. En ese sentido, reivindican que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) baje la franja de edad a la que empieza a hacer mamografías (actualmente es a partir de 50 años) porque el cáncer aparece cada vez en mujeres más jóvenes.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios