Atrás quedaron los tiempos en los cuales no precisábamos de más que de nuestro propio cuerpo para poder disfrutar, realizar, entrenar y/o competir en cualquier deporte. A día de hoy pocas disciplinas deportivas son las que no incorporan algún elemento tecnológico, de alguna manera u otra. Por eso, a continuación, analizaremos el cómo el deporte se ha visto irrumpido o conquistado por la tecnología en esta revolución tecnológica del siglo XXI.

¿Por qué? Es muy sencillo, todo deportista (al más alto y más bajo nivel) busca mejorar resultados. El proceso comienza en los materiales y equipamiento que cada vez es más profesional, duradero y adaptado. La fibra de carbono es un elemento común en los materiales, resistente y ligero, además, los tejidos de microfibras un imprescindible en las equipaciones.

Las estadísticas también se han visto claramente mejoradas con la incorporación de la tecnología, de hecho, ha aparecido un nuevo nicho de negocio, el Big Data, que utilizan clubes, casas de apuestas y analistas para obtener información ¿quién no necesita consejos para apostar a fútbol? Pues con un buen tirón de información y estadísticas podrás convertir tus apuestas en dinero de forma fácil y rápida. La información es poder.

Arbitraje, ¿o debemos decir VARbitraje? Por fortuna los colegiados cuentan cada vez más con herramientas que le ayudan a la hora de evitar errores en sus decisiones. Es posible analizar al detalle y cámara lenta las jugadas más polémicas e incluso el “Ojo de Halcón” en tenis ayuda a decidir si una bola es buena o mala.

Para ayudar a los árbitros en su tarea, y también para que no se pongan en duda sus decisiones, se han desarrollado distintas soluciones tecnológicas. Por ejemplo, las cámaras se han convertido en las grandes aliadas para registrar cada jugada y, de esta forma, poder revisar lo que ha ocurrido.

La seguridad es otro apartado clave que se ha visto exponencialmente mejorada con la incorporación de la tecnología al deporte. Aparecen materiales que absorben impacto, nuevas herramientas más fiables y seguras, que garantizan la seguridad del deportista, tratamientos de lesiones y reconocimientos médicos mucho más profesionalizados… Lo mismo con la recuperación tanto física como mental de los deportistas, se acortan los plazos al máximo y se consigue un rendimiento mayor en poco tiempo gracias a las nuevas técnicas y herramientas disponibles.

Y, por último, pero no menos importante, la tecnología en los entrenamientos ¿Has oído hablar del término wearables? Esas herramientas que te permiten seguir de forma milimétrica cada entrenamiento, todo tipo de mediciones con las que obtendremos unos resultados que nunca habríamos podido imaginar y a partir de los cuales desarrollaremos nuestra estrategia y nuevas técnicas de entrenamiento. Todo con el fin de mejorar la eficiencia, rendimientos y marcas de los deportistas.

Ahora bien, siempre hay aquellos que no están tan de acuerdo con la incorporación de las nuevas tecnologías en el deporte. Otro factor negativo importante es el aspecto del dopaje tecnológico, cada vez más presente en ciertas competiciones como el ciclismo. Está claro que hay puntos negativos, pero en el balance general el deporte y el deportista sale ganando, tanto por sus resultados como por su seguridad a la hora de realizar la actividad deportiva.