Tiempo para limpiar el alma
El pasado viernes comenzó el mes más sagrado para la comunidad musulmana: el Ramadán · Es periodo reservado a la oración y el ayuno hasta el anochecerl abstinencia y rezo Los musulmanes deben realizar cinco oraciones diarias y privarse de comer, beber y mantener relaciones sexuales
La comunidad musulmana está llamada al ayuno, a limpiar su alma y a acercarse a Alá durante el mes de Ramadán, que concluirá el próximo 20 de agosto con la fiesta tradicional del Ad al-Fitr, que significa fiesta del desayuno. Se trata de un tiempo en el que los musulmanes deben rezar cinco oraciones cada día, aparte del ya conocido ayuno de comida, bebida y relaciones sexuales. "No solo debemos dejar de comer y beber, sino también aislar nuestro oído y la vista para tener contacto únicamente con Dios", afirma Lalamin Mohamed mientras espera en un banco la apertura de El Morabito en los jardines de Colón. El calor, la humedad y las altas temperaturas suponen un punto de dificultad que deben afrontar los creyentes islámicos, pero "nosotros debemos llevarlo con normalidad; las personas se adaptan a este tipo de circunstancias", señala el presidente de la Asociación de Musulmanes de Córdoba, Kamal Mekhelef.
Aproximadamente 2.500 musulmanes residentes en la capital cordobesa deben cumplir con los rituales que deben afrontar durante el Ramadán. Una época en la que lo ideal sería rodearse de la familia y los seres queridos, "aunque las circunstancias lo impiden y nos acordamos de ellos en todas nuestras oraciones", señala Mohamed. Otra de los mandamientos que debe cumplir un musulmán es ser solidario, "debemos ayudar a todos aquellos que lo necesitan dándole comida o cualquier tipo de ayuda", señala Kamal Mekhelef. Todos estos detalles son los que engloban un comportamiento correcto consigo mismo y con los demás que debe tener cualquier persona islámica en este periodo. Se trata, por tanto, de romper el ritmo de vida del resto del año para hacer un esfuerzo de superación y ser, en definitiva, mejores personas.
"El ayuno nos lleva a tener mayor conciencia de nuestro creador", señala el presidente de la comunidad islámica. Cuando los rayos de sol dejan de iluminar la ciudad, los musulmanes rompen su ayuno con la única comida diaria que pueden hacer y se reúnen en familia con un ambiente más distendido y jovial. Primero es una tradición comer dátiles, "es un dulce con mucha glucosa y que directamente va a la sangre", explica Mekhelef, al que le sigue la sopa conocida como harira. Para terminar la jornada, es una costumbre también rezar el Salad Tarawih, una oración que se reza exclusivamente por la noche durante el mes de Ramadán y en la que se leen versículos del Corán.
Un tiempo para proteger al alma del pecado, olvidar los malos pensamientos y ser solidario con toda la comunidad para ganarse un lugar reservado en el paraíso.
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