El techno, el terror y un ambiente joven y festivo que en contadas ocasiones se manifiesta en Córdoba convirtieron a El Arenal durante el sábado y la madrugada del domingo en una de las sedes de la música electrónica en todo el mundo. Elrow aterrizó por primera vez en la capital cordobesa para celebrar Halloween a lo grande y los cordobeses no dejaron escapar la oportunidad de vibrar al ritmo de artistas de renombre internacional en un espectáculo de luces y sonido que para muchos marca un antes y un después en la ciudad por su magnitud.

Y es que hasta 16.000 asistentes se congregaron en el recinto ferial en este festival que el mismo sábado colgó el cartel de No hay entradas. Un aforo que no ha registrado Córdoba en una cita musical de estas características en los últimos años. De ahí que la expectación fuese máxima y desde primera hora de la tarde miles de jóvenes con muchas ganas de fiesta comenzaran "la previa" con música y alcohol en un macrobotellón en El Arenal antes de cruzar bajo el puente de la A4 hacia las dos inmensas y decoradas carpas que había instalado Elrow.

Desde las 17:00, cuando el festival abrió las puertas, no paraba de entrar cada vez más gente. Los primeros aprovecharon para hacerse con un privilegiado lugar en la primera fila de alguno de los dos escenarios instalados en la habitual zona de aparcamientos del recinto ferial cuando este se llena de farolillos y casetas en el mes de mayo. Nicolas Caprile y Dhuna fueron los Djs encargados de pinchar los primeros temas y arrancar este Horroween lleno de "la mejor electrónica y muy buen rollo".

Así catalogó la experiencia que estaba viviendo José Antonio Troyano, joven cordobés de 25 años que, como la gran mayoría de los asistentes, se vieron "prácticamente obligados" a acudir a la llamada de Elrow en cuanto supieron que el festival llegaba a Córdoba por primera vez. Ni siquiera los 60 euros de la entrada -o más- echaron para atrás a los jóvenes cordobeses: "Merece la pena por los artistas de renombre, la ambientación y cómo lo montan todo", señaló Martín García mientras recargaba las pilas entre concierto y concierto con una cerveza que le costó cuatro euros. "Más barato de lo que me imaginaba", confesó bromeando.

Las risas y la diversión del ambiente se fueron mezclando conforme caía la noche con la temática de Halloween del festival. Esqueletos bailongos, extraños zombies y novias cadáveres entre otros muchos seres extraños y animales fantásticos se colaban entre la multitud al ritmo de "la mejor música electrónica". Al menos así lo definió Lorena, que vino desde León porque "el cartel de artistas de Córdoba era mucho mejor que el de Madrid y que el de Londres".

Amadeo Picone, Disfreq, Fleur Shore, Juliet Fox, Detflef y Eli Brown fue el elenco encargado de ponerle sonido a la tarde y la noche del sábado. A partir de la madrugada del domingo, los mas reconocidos internacionalmente como Cuartero, Hi Lo, Marc Maya, Kobosil, Nic Fanciulli o Andrés Campo pasaron a la acción poniendo patas arribas las dos carpas de este festival que, para suerte de muchos, tuvo una hora más de música por el cambio de hora. A las 03:00 fueron las 02:00 y los jóvenes tuvieron ración doble de música. Por si no era suficiente con 12 horas sin parar de saltar y bailar.

Para disfrutar del plato fuerte del festival había que aguantar hasta la última hora, aunque a algunos ya les pesaban las piernas más de la cuenta. Sin embargo, la espera merecía la pena porque a las 04:00 tocó el turno de Adam Beyer en el escenario de Horroween y de Fatima Haji en el escenario Nowmads. Los dos artistas internacionales revolucionaron la última hora de Elrow, que a las 05:00 mandó a miles de jóvenes para sus casas.

Y es que, definido por el joven festivalero Iván Carrasco como "una cita histórica para Córdoba porque aquí nunca se hacen estos grandes eventos", la realidad es que los cordobeses respondieron a la llamada de la electrónica con creces e hicieron que la primera edición de Elrow en la ciudad acabara siendo un éxito rotundo.