Cofradías

El Señor del Calvario abre la Catedral de Córdoba para el vía crucis de las cofradías

El Señor del Calvario, a su entrada en la Mezquita-Catedral.

El Señor del Calvario, a su entrada en la Mezquita-Catedral. / Miguel Ángel Salas

Puntualidad máxima en la iglesia de San Lorenzo. Eran las 5 de la tarde cuando el cortejo de la hermandad del Calvario, que estuvo arropada por cofradías como las del Remedio de Ánimas o del Prendimiento, inició su camino hacia la Mezquita-Catedral, donde tuvo lugar el tradicional vía crucis de la Agrupación de Hermandades de Córdoba.

Con la presencia de numerosos devotos en la puerta del templo, el Señor del Calvario asomó a la plaza de San Lorenzo en las andas procesionales cedidas por la hermandad de San Pedro de Baena. Completaron el conjunto cuatro faroles de la cofradía de San Jorge Mártir de Aldea del Rey (Ciudad Real). El exorno floral estaba compuesto de clavel rojo, limonium morado y eryngium.

Solo habían pasado 15 minutos de la salida, pero arrancaba así una cita para el recuerdo. Dos años después de la última vez, debido a la pandemia del coronavirus, de nuevo se pudo realizar este traslado por las calles de la ciudad. Un avance de cara a un futuro cargado de esperanza y con el ánimo de recuperar una cierta normalidad en una Semana Santa en la que los pasos volverán a realizar sus respectivas estaciones de penitencia, como lo hicieron por última vez en 2019.

Tres años han pasado de aquella vez, pero ayer de nuevo se respiró ese aroma casi de primavera. Es verdad que el tiempo también acompañó porque no hizo especialmente calor en una tarde en la que el Señor del Calvario avanzaba con paso ligero hacia el primer templo de la diócesis. San Andrés, San Pablo, Capitulares, Tundidores, patios de San Francisco, San Fernando, Cardenal González o Magistral González Frances hasta que entró por la Puerta de Santa Catalina al Patio de los Naranjos. Llegó el momento del acto central bajo un rigor absoluto. Imponente.

El Señor del Calvario, en el Patio de los Naranjos. El Señor del Calvario, en el Patio de los Naranjos.

El Señor del Calvario, en el Patio de los Naranjos. / Miguel Ángel Salas

Ya en el interior de la Mezquita-Catedral, fue el momento de recogimiento y rezos, de la lectura de las 15 estaciones, mientras que el titular de la cofradía del Miércoles Santo avanzaba por las naves catedralicias.Arropado por las hermandades de la ciudad, que estuvieron presentes en cada lectura del vía crucis en el interior del primer templo de la Diócesis, el acto religioso, el primero de los que organiza en este tiempo de Cuaresma la Agrupación de Hermandades, siguió su curso.

Tras ponerse el punto y final a las lecturas de las estaciones, llegó el momento del regreso a la iglesia de San Lorenzo. Bajo una noche ya fría, el cortejo salió de la Mezquita-Catedral para reencontrarse con las calles de la Judería. Deanes, Conde y Luque, Agrupación de Cofradías, Blanco Belmonte y llegar a la plaza de la Compañía por Juan Varela. Acompañado musicalmente por el trío de capilla Ars Sacra y el Coro de Voces Graves De Profundis, el Señor del Calvario, arropado también por sus hermanos y un gran número de fieles y devotos, avanzó con paso ligero para cumplir con el tiempo programado.

En un Calvario de fe y esperanza por retomar lo perdido durante los últimos años, se adentró en San Pablo para iniciar la recta final de un trayecto que acabó en la iglesia de San Lorenzo tras avanzar por San Andrés, Realejo y Santa María de Gracia. Fue un día para el recuerdo y para decir adiós a una época de sufrimiento por el coronavirus. El primer paso de una normalidad que debe seguir avanzando, pero sin olvidar lo vivido. El Señor del Calvario, dentro de uno de los días especiales por la hermandad –cumple este año el 300 aniversario de su fundación–, dio luz y consuelo en un Sábado muy cofrade y con las calles llenas.

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