Salud vacunará de la gripe a 164.000 cordobeses entre hoy y finales de noviembre

Esta campaña se centra especialmente en los pacientes más vulnerables, como los enfermos crónicos y mayores de 65

Una profesional pone una vacuna de la gripe en Levante Sur la pasada temporada.
Una profesional pone una vacuna de la gripe en Levante Sur la pasada temporada.
R. L.

06 de octubre 2008 - 01:00

Un año más, Salud pone en marcha su tradicional campaña contra la gripe para prevenir uno de los virus más temidos del invierno. Desde hoy y hasta finales de noviembre, alrededor de 164.000 cordobeses pasarán por los 141 puntos de vacunación que están distribuidos por toda la provincia para recibir este tratamiento de inmunoterapia, que es eficaz en más del 80% de las personas que lo reciben. Por ello, esta campaña -que en Andalucía se inició en 1985- está dirigida especialmente a las personas más propensas al contagio, es decir, los mayores de 65 años, los niños, enfermos crónicos, los que sufren problemas de corazón o todos aquellos ciudadanos que están en contacto frecuente con los colectivos de riesgo, como pueden ser los cuidadores o los profesionales sanitarios. Para que no se produzcan aglomeraciones en los primeros días de campaña, las autoridades sanitarias recomienda que se acuda al centro de salud de forma escalonada, pues durante los dos próximos meses los ambulatorios van a administrar esta vacuna. Esta temporada, al igual que en la anterior, se administrará también el tratamiento para prevenir la neumonía en las personas especialmente frágiles.

Para las usuarios que contraigan la enfermedad, -bien porque no se han vacunado o porque la vacuna no ha proporcionado la protección esperada- Salud recomienda un tratamiento sintomático, es decir, según las molestias que presente la persona afectada. En general, se usan analgésicos y antitérmicos, aunque estos últimos no deben usarse de forma habitual en niños y jóvenes menores de 18 años, ya que pueden producir lesiones en el hígado y en el sistema nervioso.

Otras medidas son la ingesta abundante de líquidos y el reposo en la cama, aunque ésta última recomendación debe limitarse a lo estrictamente necesario, ya que después de la gripe el anciano puede presentar dificultad para caminar por la pérdida de la masa muscular, favoreciendo las caídas y la posibilidad de fracturas y otras lesiones. Los antibióticos no están indicados, excepto en los casos en que aparezcan infecciones de origen bacteriano.

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