Sabores refrescantes para el buen tiempo

Las heladerías ofrecen los sabores de siempre junto a novedades como las galletas Oreo o la tarta de quesol pioneros La Flor de Levante, cuyos fundadores provienen de Alicante, endulza el calor cordobés desde el año 1935.

Ruth Muñoz sirve unos barquillos en La Flor de Levante, en Las Tendillas.
Ruth Muñoz sirve unos barquillos en La Flor de Levante, en Las Tendillas.

"Empezamos en San José y terminamos en el Pilar, como la temporada taurina", bromea Antonio Espí, descendiente de la estirpe alicantina que en 1920 llegó a Córdoba para abrir la primera heladería de la ciudad. Es La Flor de Levante, un establecimiento que desde 1935 refresca el buen tiempo de cordobeses y turistas desde una esquina de la plaza de Las Tendillas. "Las recetas permanecen como las de las primeras temporadas. Sólo se utilizan materias primas de calidad superior y producidas en España y se mezclan al modo artesanal", explica Espí.

La fórmula es bien sencilla: leche, azúcar y huevos. "Si el helado es de fresa, se le añaden fresas; si es de piñones, se le añaden piñones", dice Ruth Muñoz, que lleva 34 años al frente del establecimiento de Las Tendillas. Nada de colorantes ni de conservantes. Y en el ranking de sabores, como suele ser habitual desde hace varias temporadas, se encuentra la trufa, que cosechó un primer premio en un certamen nacional de heladeros. De textura esponjosa, casi una crema, no desentonaría en cualquier heladería romana. También son populares entre la clientela el helado de turrón, que por algo la familia fundadora del negocio es de Jijona, el de nata o el de crocanti. "Viene gente incluso de fuera para probarlo", dice Muñoz.

En las cámaras frigoríficas del establecimiento hay una treintena de sabores. Desde los más frescos, como la piña con mango, la fresa o la mora, hasta los más dulces, como el chocolate, el de galletas o el de Oreo, que este año estrena receta. En la calle Reyes Católicos, donde se encuentra la factoría, se ultiman nuevas variedades, como el de tarta de queso: "Cada vez se viaja más y nos piden sabores que prueban en otras ciudades. Hay que ponerse al día", dice la responsable del local.

Quienes sientan predilección por el helado, en Córdoba hay otros establecimientos donde elegir. Está Il Piamonte, en El Chimeneón, donde se sirven generosas raciones al estilo italiano, o David Rico, un clásico cordobés con varias sucursales repartidas por toda la ciudad.

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