Ruta vintage por Córdoba: Desde ropa de segunda mano hasta tesoros escondidos
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Lo antiguo es tendencia, la moda es cíclica y lo que se llevaba en los años 70, 80 o 90 del pasado siglo ha vuelto con fuerza no solo en la ropa sino también en la decoración de espacios, que ahora fusiona un estilo más minimalista con auténticos tesoros de hasta cien años de antigüedad. Córdoba no se escapa de ello y, por eso, el Día hace una ruta vintage por las tiendas que recuperan lo viejo y le dan una nueva vida.
Antonio González restaura muebles desde hace más de 20 años y en La Mosca Vintage, su tienda ubicada en la calle Colombia, 16, moderniza lo antiguo y anticúa lo moderno, modificando estructuras, haciendo carpintería y acabados lacados porque "el vintage ha venido para quedarse". Desde mobiliario en venta, muebles "en crudo" para modificar al estilo del cliente hasta encargos personalizados. En ellos, han hallado hasta un cajón donde había cartillas de racionamiento e invitaciones para una boda de finales del siglo 19 de bisabuelos y otros familiares, descubrimientos que "emocionan mucho a nuestros clientes", una de las cosas que los hacen tener "una idea muy romántica de nuestro oficio".
Miriam Toril regenta Juanita Calamidad en la calle Rodríguez Marín, justo antes de llegar a La Corredera, desde hace apenas cuatro meses y aunque admite que aún "la gente no entiende muy bien este concepto", afirma que los cordobeses lo están acogiendo bien. Y es que su concepto de ropa de segunda mano, en su mayoría ahora de los años 90 y de marcas que van desde Hugo Boss, Calvin Klein, Levi's o Armani y Christian Dior se pueden adquirir por hasta 20 euros. Es ropa usada que proviene de un macro proveedor en España, que a su vez las trae de países como Inglaterra o Estados Unidos y que están muy bien conservadas. A Miriam la mueve el cambio climático y el uso desproporcionado del agua de las marcas de 'fast fashion'. En su tienda han llegado mochilas de la segunda Guerra Mundial o vestidos de los años 20, que son ahora las que "marcan la diferencia".
El escaparate de Caza Tesoros no pasa desapercibido en la céntrica plaza Chirinos, 12, donde todo brilla y llama la atención. Sus propietarios viajan desde Córdoba a ciudades de países como Holanda o Francia en busca de los objetos más increíbles, antiguos y con valor histórico que puedan hallar. Su gerente, Araceli Palomino, explica que hace nueve años surgió la idea como alternativa a los típicos anticuarios "que ya van desapareciendo". Así, por la tienda cordobesa han pasado cientos de piezas de distinto valor y en la actualidad es una silla de paseo china del siglo 18 con polvo de jade y relieve que hallaron en un chalé en Málaga la pieza más rara que se puede hallar y cuyos precios van desde los cinco euros hasta los 4.000.
Elena López es la encargada de dar una segunda vida a los recuerdos de la Córdoba más antigua en Lonja Vintage, su taller y tienda de restauración de muebles en la calle García Lovera, 7. Elena es una auténtica artista y "rescata" objetos, sobre todo muebles, que transforma con papel, tela y pinturas para que los cordobeses no tengan que tirarlos y puedan aprovecharlos. Trabaja en esto desde el año 2016 y afirma que es ahora cuando "se notan las nuevas tendencias por lo retro", una afirmación que parece contradictoria pero que confirman los muchos clientes interesados en este estilo. Su tienda no se escapa de las curiosidades y ha trabajado incluso en un frigorífico antiguo que se vendió para un restaurante de Barcelona.
En ¿Te acuerdas?, La tienda de la nostalgia, no hay cosa inimaginable de hallar. En la calle Valdés Leal del centro de la capital cordobesa se puede encontrar un local con montones de artículos apilados que casi tocan el techo, desde juguetes, que son muchos, pasando por lámparas, cuadros, muebles o álbumes de fotos donde se retrata a la Córdoba más antigua. Una de las más curiosas es un proyector de juguete Cinexin con películas incluidas o manga y cómics y artículos de los años 90 de dibujos animados como Dragon Ball o Pokemon, explica su propietario, Jaime Sevilla, mientras atiende a un cliente fijo que se pasa horas en la tienda para ampliar su colección de trenes de juguete.
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