Hay mundo por descubrir en el turismo de Córdoba más allá de la Mezquita, el Alcázar o el yacimiento de Medina Azahara. Si bien es cierto que no todo lo que la ciudad tiene que ofrecer a los visitantes está tan a la vista. Y, de hecho, algunos secretos de esta urbe que tiene cuatro bienes declarados Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco son una verdadera sorpresa.

Por ejemplo, pocos son conocedores de la existencia de las galerías subterráneas que recorren el suelo de Córdoba y que también abundan en muchas otras ciudades de España. Utilizados como conductos por donde transcurría el agua, otras que unían casas bajo tierra e incluso que servían como vía de escape de las ciudades en caso de guerra, estos pasadizos subterráneos incluso pueden ser una alternativa al ocio actualmente y ser visitados.

Este el caso y así es el descubrimiento de Carlos Vioque, guía oficial de turismo a quien, en torno a mayo de 2020, se le ocurrió ofrecer esta opción de entretenimiento a todos los curiosos y amantes de la Córdoba más oculta por medio de la ruta El Brillante bajo tierra, que recorre una de las galerías que aguarda la capital tras su histórico suelo por la zona del barrio homónimo.

“Mi afición es explorar lugares poco conocidos y abandonados como castillos, cortijos o psiquiátricos, y de ahí vino la idea de poder descubrir a los más inquietos nuevas experiencias y sitios apasionantes, aunque sin necesidad de pasar miedo. Solo por ocio y entretenimiento”, relata Carlos Vioque, que a través de su empresa Rutas en el Tiempo tiene el “placer” de enseñar a la gente los rincones más ocultos de Córdoba y otras provincias.

Y es que Carlos afirma que, hasta ahora, muchos grupos han disfrutado de esta misteriosa aventura, aunque “deberían de ser más porque todos han salido muy contentos”. La ruta parte de la glorieta que hay entre los centros educativos Calasancio y Trinidad Sansueña y recorre unos 500 metros en coche hasta donde se encuentra la galería, cuyo acceso se encuentra en mitad del campo y cuya ubicación exacta forma parte de la privacidad de la empresa debido a la responsabilidad que podría tener para algún particular, a título individual, decidiera investigarlo por su parte.

Una vez en la galería, la ruta dura más de una hora en su recorrido por los 300 metros de largo acompañada de un sinfín de fascinantes explicaciones sobre estos ocultos caminos de la ciudad y su historia más secreta. El camino es de ida y vuelta, por lo que los viajeros salen por donde han entrado, ya que se trata de una mina de agua que se inicia con paredes de cemento y luego con piedras compactadas. “Lo mejor es enriquecer al cliente con la información, porque ver algo sin conocerlo no sirve para nada”, comenta Carlos.

“A la gente se le explica qué función tenía esta galería e incluso se puede ver el agua que ha transcurrido por ahí, por eso las guías se llevan a cabo en los meses de primavera y verano, que es cuando mayoritariamente está más seco”, señala Carlos Vioque. Y es que este emprendedor pretende que el público pueda vivir la sensación que tenían los mineros al adentrarse aquí, es decir, “gozar de otra realidad y vivir otra forma de entretenerse más allá del turismo típico”.

Además, cabe destacar que “las condiciones de El Brillante bajo tierra son óptimas”, pues se trata de una galería “en desuso cómoda, fácil de transitar y muy compacta” que tiene varios siglos de antigüedad, pero que sin un estudio arqueológico no se puede datar con exactitud. “Visitarla no requiere condiciones físicas de ningún tipo porque a nivel de ventilación y humedad es correcto y la sensación es como si recorres el pasillo de una casa. Pero sí debes ser consciente que la claustrofobia y la ansiedad pueden pasar mala jugada, aunque siempre miramos por las personas y debemos estar pendientes de ellas, son quienes van a disfrutar de esto”, asegura el encargado de guiar a los turistas por esta nueva ruta.

Eso sí, el guía de esta aventura admite que sería “estupendo” poder adaptar todas las galerías subterráneas para que sean visitables de manera oficial. “Para ello deben intervenir las administraciones, que haya formación de unos buenos espeleólogos urbanos y de la empresa que lo vaya a explotar, es decir, un buen acondicionamiento de los lugares”, menciona el guía.

Para los amantes de la aventura y de quienes quieren conocer Córdoba de principio a fin, los sábados y domingos tienen una nueva opción de ocio. Esta iniciativa pionera que en Córdoba no se ha visto aún y que pretende abrir el turismo a otros parámetros más allá de lo convencional va camino de experimentar su propio boom.