Rezos, cantos, felicitaciones y vino espumoso

La rueda de prensa para anunciar el nombramiento de Santiago Gómez Sierra como obispo auxiliar de Sevilla tuvo un formato un tanto inusual. Una convocatoria urgente del Obispado el viernes a última hora de la tarde informaba de una noticia relevante para la Iglesia de Córdoba, y la expectación se vio compensada por lo acontecido ayer en el Palacio Episcopal.

Y es que la convocatoria no sólo atrajo a una decena de medios de comunicación, sino que varios centenares de personas -la mayoría religiosos- abarrotaron el salón en el que el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, anunció el ascenso del expresidente de Cajasur en la jerarquía eclesiástica. El acto comenzó con todos los presentes de pie -tal y como pidió el prelado cordobés- y una invitación al rezo del Ángelus, un hecho inusual en una rueda de prensa. Terminado el rezo, Fernández dio permiso para volver a los asientos, momento en que comenzó una comparecencia que siguió un estricto protocolo y que relegó las preguntas de los periodistas a un segundo plano entre cantos con coro y música de teclado incluidos.

El Obispado hizo coincidir la "feliz noticia" con la felicitación navideña de la curia diocesana a Fernández, y el encargado de pronunciar unas palabras fue el vicario general, Fernando Cruz Conde. "Va a ser difícil que celebremos la Navidad de una manera más gozosa", resumió. Cruz Conde celebró "enormemente" que el prelado cordobés "dedique tanto tiempo a las parroquias" y dijo que el ascenso de Gómez Sierra es "un gran bien que Dios quiere hacer en la Diócesis de Sevilla" después de que el nuevo obispo de Vergi "lo haya hecho tan extraordinariamente bien en Córdoba".

El encargado de cerrar la convocatoria fue el obispo. "Me alegra que este salón esté tan lleno a rebosar. Deseo que la Navidad os traiga a Jesucristo, que la Virgen Santísima lo ponga en vuestros brazos y en vuestro corazón", festejó monseñor Fernández. El prelado, que se abrazó a Gómez Sierra para alegría de los reporteros gráficos, animó a los asistentes a tomar un "vino espumoso" y un dulce, como mandan los cánones navideños.