Música

Raphael sigue siendo aquel que enamora a Córdoba

Raphael, entregado a sus incondicionales.

Raphael, entregado a sus incondicionales. / Juan Ayala

"Soy un artista que parece estar empezando siempre", rezaba Raphael en la carátula de su cuádruple disco recopilatorio Una vida de Canciones, obra publicada en 2017 y altamente recomendable para todo aquel o aquella que se quiera iniciar en la obra del jiennense (de Linares) y también, como no, para sus seguidores. En esos cuatro discos se encuentran sus éxitos de ayer y de hoy, los mismos que ha repasado en Córdoba en una plaza de toros entregada, en un recital perteneciente a su gira 6.0 y en el que ha ofrecido un repertorio con el que ha repasado sus 60 años en los escenarios.

Raphael ha vuelto a Córdoba con su máxima de quien ofrece al público lo que solo sabe ofrecer alguien con la ilusión del que se inicia en la música. Todo ello en un ambiente muy familiar y entrañable, en el que han confluido distintas generaciones que no han querido perderse otra gran noche de Raphael, en la que no ha faltado, valga la redundancia Mi gran noche, ese tema que Salvatore Adamo compuso en 1967. 

En esta gira suele comenzar sus conciertos con Ave fénix, una canción de su álbum también llamado así, de 1992, y que fue compuesta por Alberto Cortez, para continuar poniéndole su dosis de raphaelismo al clásico entre los clásicos de Camilo Sesto Vivir sin ti es morir de amorComo un director de orquesta, dominante y virtuoso, Raphael controla en sus conciertos cada nota musical al ritmo de su inconfundible e inigualable coreografía gestual de manos; llevando la batuta de una noche gloriosa, como están siendo todas las noches de su gira.

Antes, y para ir preparando al respetable, el prólogo al recital lo ha puesto Yo soy aquel, con lucimiento incluido de su magnífica orquesta, compuesta por piano, batería, guitarras, percusión, viento y coristas de góspel. Yo soy aquel, una canción de 1966 perteneciente a su segundo LP, Canta..., producido por el grandísimo Manuel Alejandro, quien compusiera clásicos que, además de Raphael, han inmortalizado artistas de la talla de Julio Iglesias o Rocío Jurado.

Precisamente, en un recital del jiennense no pueden faltar temas popularizados también por la más grande como Se nos rompió el amor y Como yo te amo. Y también suele tomar prestado Resistiré, de El Dúo Dinámico, para hacerlo tan suyo que el público no puede evitar acompañarlo a los coros. Además, de La llorona, una canción popular mexicana originada en la región del istmo de Tehuantepec, en Oaxaca. 

En la primera parte del recital, Enamorado de la vidaDigan lo que digan, Mi gran nocheTe estoy queriendo tanto, ProvocaciónAve María y Le llaman Jesús se convierten en el collage musical perfecto con el que transmite al público que el show no ha hecho nada más que empezar, quien en 1966 representara a España en Eurovisión con, precisamente, Yo soy aquel, preciosa balada compuesta por Manuel Alejandro y con la que obtuvo el séptimo puesto del concurso.

Un recital en el que sus discos más representados son En carne viva (de 1981 y donde también se nota la mano de Manuel Alejandro), con tres temas, Estar enamorado, En carne viva y Qué sabe nadie; y Enamorado de la vida (de 1983), con otros tres temas, Enamorado de la vida, No puedo arrancarte de mí y Provocación. Clásicos ya de toda la vida, como también Amor mío, Cierro los ojos y Cuando no estás, con los que Raphael demuestra que es un astro, un fenómeno incombustible y fuente de energía inagotable que se hace grande en el escenario. Raphael es, como reza otro de sus clásicos que no pueden faltar en su recital, un Escándalo, todo un galán que se mueve como nadie entre las tablas mientras que canta al desamor con una pregunta hecha título de canción, ¿Qué tal te va sin mí?

Poseído por una enorme intensidad y con la grandiosidad de una voz prodigiosa como la suya, que no pierde su sello ni su potencia pasen los años que pasen, el de Linares ha sido capaz de poner en pie en reiteradas ocasiones a un público fiel y al que no lo es tanto en el Coso de los Califas en un concierto de casi dos horas que al respetable incluso le ha sabido a poco. Todo ello pese a que tampoco faltaran en el recital éxitos como Yo sigo siendo aquel y Maravilloso corazón, maravilloso. Y es que Raphael, como ha vuelto a demostrar en Córdoba, tiene la pócima perfecta para triunfar, él sabe regalarle al público lo que quiere oír, digan lo que digan sus detractores. Raphael sigue siendo aquel que en cada concierto maravilla los corazones, disfrutando de lo que le apasiona, la música y su público.

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