Operación califa trucks

'El Rambito', el califa cordobés de la droga que ha sido detenido en la macrooperación contra el narcotráfico

El comisario principal, la subdelegada del Gobierno y el coronel, junto a dos agentes y la droga intervenida.

El comisario principal, la subdelegada del Gobierno y el coronel, junto a dos agentes y la droga intervenida. / Salas | Efe

El Rambito. Así se conocía al líder de la organización criminal que ha sido desarticulada en una de las mayores operaciones antidroga de los últimos años en Córdoba, denominada Califa Trucks (camiones -del- califa), logrando incautar más de 22 toneladas de hachís con un valor que alcanzaría hasta los 45 millones de euros en el mercado negro. Unas cifras que elevan la categoría de la redada al primer escalafón nacional, diferenciándose en poco de las macrooperaciones que se llevan en el Campo de Gibraltar o la Costa de la Luz, y que evidencia el poder que había tejido El Rambito desde su sala de máquinas en Córdoba.

El sumario de la investigación realizada conjuntamente entre unidades especializadas de la Guardia Civil y la Policía Nacional ha desvelado que se trataba de una red criminal "fuertemente jerarquizada" asentada en Córdoba capital, desde donde operaban el cabecilla y su círculo de confianza.

A partir de ahí, El Rambito contaba con un escalón inmediatamente inferior que se encargaba de dirigir la logística necesaria para el funcionamiento de la organización. Además, tendría a su cargo a otro vecino de la capital a cargo de aquellas labores necesarias para el transporte de las sustancias estupefacientes, así como a otro colaborador que realizaría, principalmente, las labores de seguridad y custodia que le encomendaba la dirección de la red criminal.

Asimismo, la organización se servía de varias personas que realizaban, de forma más estable o esporádica, las labores de mayor riesgo, como la carga y descarga del estupefaciente. Esto, unido a la "compleja estructura", rica en recursos humanos, técnicos y materiales y con una fuerte capacidad económica, dificultaba la desarticulación de la banda.

Los investigadores llevaban aproximadamente cinco meses tras la pista de esta organización detectada en Córdoba y varios miembros ya habían sido identificados anteriormente.

Con destino a Francia y Centroeuropa

La mercancía incautada entraba a España por el Campo de Gibraltar procedente de Marruecos envuelta en bolas que emulaban ser tomates, y se almacenaba en Málaga con destino a Francia y países de Centroeuropa, donde se procedía a su venta o redistribución. Esta ramificación internacional hace que los investigadores españoles mantengan lazos de coordinación con la Interpol, como manda el protocolo de actuación, para continuar dibujando el recorrido de la droga dentro de Europa.

Por el momento, el saldo de la operación ha dejado hasta siete detenidos en Córdoba y otros tres en Málaga. Dos de ellos son de nacionalidad extranjera, un marroquí y otro búlgaro, según han informado fuentes del caso. De los 10 detenidos, ocho han ingresado en prisión.

Las primeras detenciones se llevaron a cabo en Málaga el día 10 de enero, al conductor de una furgoneta que transportaba 2.600 kilos de hachís, y a otros dos miembros de la banda en una nave industrial del término municipal de Mollina, cerca de la capital malagueña, donde se incautó el resto del alijo, aproximadamente 20.000 kilos.

Los agentes procedieron a la explotación de la operación durante los días 11 y 12 de enero, realizando de forma conjunta y simultánea cuatro registros en la provincia de Córdoba, y arrestando al cabecilla de la organización y a los principales integrantes de la organización. La operación continuó con el arresto de otras tres personas implicadas, el pasado día 17, y no se descartan nuevas detenciones. 

La investigación sigue abierta en coordinación con la policía europea, mientras que en España se procederá a la evaluación patrimonial de la organización, es decir, donde los criminales blanqueaban los capitales.

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