El secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, aseguró ayer que no considera que el único condenado por el asesinato de las niñas de Alcàsser, Miguel Ricart, sea el más peligroso de los excarcelados después de que el Tribunal de Estrasburgo anulara la aplicación retroactiva de la doctrina Parot a sus condenas. "Hay otro tipo de asesinos y violadores que han reincidido ya", insistió y apuntó, en concreto, al asesino de Olga Sangrador, Valentín Tejero, así como a otros que no son "tan conocidos".

Yuste, no obstante, reconoció que el riesgo de reincidencia de Ricart "es elevado", después de explicar que formó parte de un programa para agresores sexuales que en su caso" no surtió los efectos deseados" debido a su personalidad. Por ello, la administración penitenciaria no le concedió ningún permiso ni tuvo ningún tipo de salida a la calle.

"Es una conclusión científica, no es una opinión personal ni una intuición. Personas en las que concurren esos rasgos psicopáticos, ese sadismo en la ejecución, y esa violencia gratuita, son personas que según estudios muy contrastados tienen un alto nivel de reincidencia", añadió el secretario general. En esa línea, también restó credibilidad al arrepentimiento expresado por el asesino de Anabel Segura, Emilio Muñoz, a su salida de prisión. "Yo particularmente no me las creo", zanjó. A su juicio, "hay que tener en cuenta que a pesar de que no tiene un delito contra la libertad sexual, el delito contra la vida fue particularmente impactante", ya que asesinó "inmediatamente a una joven indefensa" y mantuvo "el dolor de los padres durante mucho tiempo". "Ese concepto de manipulación, de utilitarismo, de mentira patológica muy presente en los psicópatas, no es predicable solo a los que comenten agresiones sexuales sino a los que matan con esa frialdad también", explicó Yuste, haciendo hincapié en que Muñoz no tuvo "ningún beneficio penitenciario" ni "salió a la calle" durante su condena.

El secretario general de Instituciones Penitenciarias también mostró ayer su sorpresa ante la celeridad en las excarcelaciones, diciendo que le sorprendió que el fallo de Estrasburgo produjera esos efectos "tan rápidos". No obstante, recalcó que "es evidente que la ley hay que cumplirla". Además, quiso enviar un mensaje de confianza en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, ya que "tienen información y capacidad para proteger a los ciudadanos. "No estamos indefensos en cuanto a esta forma de criminalidad, ni frente a muchas otras", concluyó.