La Policía justifica la suspensión de la fiesta en Podium por el exceso de aforo
Una aglomeración de jóvenes en la puerta de la sala que intentaban entrar deja cinco heridos leves
La Policía Local ha contabilizado, hasta el momento, unas 150 entradas vendidas de más sobre el aforo permitido en la fiesta organizada en la madrugada de ayer en la discoteca Podium, en la que cinco jóvenes -una mujer de 18 años, dos de 20 y otra de 22, y un varón de 18 años- resultaron heridos de carácter leve al intentar entrar en la sala. El parte de incidencias de la Policía Local detalla que en la sala, ubicada en el polígono de Chinales, se encontró una caja en la que había 1.139 entradas, mientras que el aforo máximo permitido en ella es de 989. El parte refleja también que en el momento en el que llegaron los agentes en el interior de la discoteca había unas 1.300 personas "aproximadamente". El problema no es sólo ese, sino que los organizadores de la fiesta habilitaron una nave industrial anexa a la sala que carecía de licencia y que sirvió para que los asistentes hiciesen botellón -pagando tres euros- antes de entrar a la fiesta.
La Policía, que acudió a la zona una hora antes de que diera comienzo la fiesta, advirtió a los tres guardias de seguridad privada que había en la nave de lo ilegal de la situación, quienes culparon de los hechos a los propietarios de Podium. Por ello, los agentes les informaron de que les denunciarían por no tener licencia y también por el ruido que había. En ese momento, la Policía ordenó el desalojo de la nave, una salida que se produjo sin incidentes, según el atestado.
Todo esto ocurrió antes de la madrugada, ya que la fiesta en Podium no comenzaba hasta las 00:00. A medida que la fiesta iba avanzando, numerosos jóvenes se acercaron hasta la sala para acceder a la fiesta. Según informaron fuentes policiales a El Día, el acceso al recinto fue regulado por los responsables del mismo de manera controlada en un principio, aunque el problema comenzó cuando poco antes de las 02:00 "se comenzó a congregar gran cantidad de personas en las inmediaciones de la discoteca, sumándose a las colas ya existentes en la entrada de la sala", según el informe.
En este punto, la Policía reconoce que se registraron "diferentes conatos de avalancha entre los integrantes de la cola" debido a la tardanza en acceder a la discoteca. Al respecto, el jefe de la Policía Local, Antonio Serrano, aseguró a este periódico que "en el momento más álgido de la noche había entre 1.000 y 1.500 personas en la calle" y que, por ello, se decidió desalojar la sala. Serrano confirmó el número de entradas contabilizadas por los agentes y reconoció que, hasta el momento, desconocen si los promotores de la fiesta vendieron más de las permitidas.
La gravedad de los hechos, que bien recuerda al caso del Madrid Arena -aunque en una menor dimensión porque no ha habido fallecidos ni heridos de gravedad-, comenzó a eso de las 02:00, cuando según explicaron fuentes del 112 este servicio comenzó a recibir llamadas alertando de que se estaba produciendo una gran aglomeración de personas en las puertas de acceso a la discoteca. Ante el relato de las llamadas, el 112 alertó a los servicios sanitarios de emergencias y a la Policía.
Al respecto, el parte policial explica que debido a la multitud una joven se desmayó porque estaba "totalmente rodeada de personas y sin posibilidad de salir por su propio pie" y que, por ello, pidieron la llegada de varias ambulancias en previsión de más incidentes. Mientras asistían a la primera chica, dos jóvenes más se desplomaron en las mismas circunstancias que la anterior. A los agentes les consta que al menos otras dos fueron evacuadas al presentar un cuadro similar de desmayo. Al llevarse a los heridos, "la avalancha de personas se incrementó" y, por ello, la Policía Local "optó por actuar para evitar males mayores", según el parte. Debido al cariz de los hechos, los agentes llamaron a la Policía Nacional y finalmente se acordó impedir el acceso al local y se ordenó su desalojo. Ante la gran afluencia de público en el centro de la avenida Arnoldo J. Toynbee se cortó el tráfico a la altura de un supermercado cercano y también en la glorieta de Duncan Shaw.
Una vez en el interior de Podium y sin público, los agentes interrogaron al dueño de la sala, al responsable del control electrónico de acceso y al patrocinador del evento y preguntaron por el número de entradas vendidas y la ubicación de los tickets, a lo que aseguraron que "no sabían dónde estaban". Por ello, la Policía comenzó a buscarlos y encontró dos cajas de cartón llenas de entradas, tapadas entre plásticos y botellas. Según el parte, se hallaron entradas con el logotipo de la fiesta, que permitían el acceso a 437 personas.
Los hechos concluyeron con la detención de dos jóvenes por desacato a la autoridad. A última hora de la tarde, fuentes de la investigación informaron de que uno de los dos arrestados ha sido puesto a disposición judicial, mientras que el detenido por la Policía Local, menor de edad, ha quedado en libertad sin cargos.
El relato de los hechos descrito por la Policía Local coincide con algunos de los testigos consultados por este diario. Por ejemplo, Alejandro Carretero no llegó a entrar en la fiesta, a pesar de haber pagado 12 euros por la entrada. "A las 01:30 había más de 500 personas en la cola, que estaba descontrolada porque no dejaban entrar", apuntó el joven, quien va a reclamar la devolución del dinero.
Tras conocer los hechos, el alcalde, José Antonio Nieto, destacó que la "diligencia y eficacia" de la Policía Local, junto a su colaboración con la Nacional, permitió evitar el "daño que se podría haber producido" en la fiesta. "Las alarmas saltaron a tiempo", señaló. La Policía Nacional, por su parte, busca ahora al organizador de la fiesta para averiguar si se vendieron más de las entradas permitidas.
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