Polémicas de campaña
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Municipal. El modo electoral se ha instalado en Capitulares y los gestos son más importantes que nunca, pero el cogobierno ha vuelto al ralentí y el PP empieza a marcar la agenda
Por si no lo sabían, el año que viene hay elecciones municipales. Pero aunque parezca que queda mucho, en Capitulares ya han cambiado completamente el chip y lo que nos espera de aquí a mayo de 2019 mejor ni contarlo. Los partidos aparecen en unas posiciones opuestas en cualquiera de los temas que en esta semana solo se han roto en la idílica aparición de José Antonio Nieto, Isabel Ambrosio y Pedro García para la firma del protocolo para la cesión del suelo para las comisarías. La imagen dejó buenrollismo y agradecimientos en exceso aunque, en el fondo, se agradece un poco de saber estar de vez en cuando.
La cuestión es que ya están todos a la que saltan y los gestos son más importantes que nunca. El PP ha iniciado una campaña de recogida de firmas para evitar que le quiten el nombre a tres calles tan populares como José Cruz Conde, Conde de Vallellano y plaza de Cañero. Dicen los populares que llegarán a las 5.000 para presentarlas al pleno del martes, que se prevé movido en el debate de este punto, ya que está previsto que se apruebe el dictamen de la Comisión de Memoria Histórica que incluye retirar del callejero estas vías. El PP ha acusado al cogobierno de defender "en exceso" la Ley de Memoria Democrática mientras que el PSOE le contestó que eran ellos los que defendían en exceso a determinado nombre vinculados con la dictadura. Y en medio se pide consenso. ¿Llegará? Esperemos que el martes no asistamos a un debate de poca altura, por una y otra bancada, aunque sea por respeto a quienes les están escuchando. La aplicación de la Ley de Memoria Democrática y la revisión del callejero va camino de convertirse en la polémica de la temporada si nadie lo remedia antes. El del martes será solo un capítulo, el de asumir el dictamen, pero lo que vendrá después es el proceso para decidir qué nuevo nombre se pone a esas calles. Y ahí, unos y otros, echarán el resto.
Lo que sí da la sensación es que parece que es la oposición la que va marcando la agenda de un gobierno municipal que tras el sprint de final de año ha vuelto al ralentí. Los populares han iniciado un trabajo de propuestas y, causalidad o no, la alcaldesa sorprendió con una nota anunciando un plan para el Distrito Sur el mismo día que el PP lo demandaba. Por cierto, que ya era el asunto de suficiente importancia e interés como para despacharlo en poco más de un folio.
Los asuntos que siguen dependiendo del cogobierno vuelven a enquistarse, como el caso de Cosmos, la ayuda a domicilio o las supuestas irregularidades en el Imdeco. La situación de la cementera no termina de aclararse con mensajes de unos y otros y los trabajadores siguen temiendo por su futuro. El de la ayuda a domicilio ha sido uno de los asuntos de la semana y en el que muchos han quedado en evidencia. Si hace unos días la concejala Victoria López ponía en duda la objetividad de los técnicos municipales diciendo que los informes que apuntaban que la subrogación de los trabajadores era inviable jurídicamente y económicamente respondían a órdenes políticas, el viernes fue ella misma la que dio las instrucciones para que la memoria que debe realizar Servicios Sociales "vaya en el sentido" de la municipalización. Así de claro. Lo cierto es que los únicos documentos que aportan una argumentación legal con datos objetivos son los elaborados por las áreas municipales de Recursos Humanos y Hacienda. Tanto la CTA como Ganemos apuestan por la subrogación siguiendo el modelo de otras localidades como Jerez. Quizá sea el momento de decir claramente que el Ayuntamiento, sea con el convenio que sea, no puede contratar ni pagar a trabajadores que no hayan pasado el proceso de selección de la función pública porque sería ilegal y ahí están las sentencias relativas a la Gerencia Municipal de Urbanismo. El Consistorio tiene mecanismos, a través de los pliegos, de controlar que las trabajadoras de la ayuda a domicilio tengan unas condiciones y sueldos dignos, pero prometer otra cosa no es jugar limpio.
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