Plantan jardines de olivos cordobeses por todo el Mediterráneo para sembrar la paz en tiempos de guerra
The Garden of Peace
La asociación ya cuenta con dos jardines en Italia y España, y Grecia ya ha solicitado formar parte
La asociación sin ánimo de lucro The Garden of Peace proyecta crear Jardines de la Paz con olivos por toda la cuenca mediterránea, pues considera que este árbol es un símbolo de tolerancia y un catalizador de culturas capaz de estimular la paz incluso en tiempos de guerra como el actual. Los árboles proceden del Banco Mundial de Germoplasma del Olivo, que tiene su sede en el Jardín Botánico de Córdoba, donde se seleccionaron 21 variedades de 21 grandes países olivareros que representan alrededor del 95 % de la producción mundial.
"Bajo la sombra de este árbol podemos conocernos y reconocernos, dada la situación que tenemos en el mundo", explica el presidente e impulsor de esta asociación, el italiano Francesco Serafini, quien, no obstante, concreta que la iniciativa nació mucho antes de la guerra que hoy se libra en Ucrania.
La idea surgió en 2019 cuando Serafini, exfuncionario del Consejo Oleícola Internacional, paseaba por su pueblo, Paciano, cuyo nombre viene de Paz de Giano (dios romano), y tras detenerse ante un olivo pensó que estaba ante "el árbol de la paz".
"Este árbol ha visto todo el desarrollo de la cultura del mediterráneo, desde le inicio de los tiempos, además está nombrado en los libros sagrados de las religiones monoteístas cristiana, judía y musulmana y todos hablan del olivo como cercano de Dios", reflexiona Serafini.
La asociación acabó conformándose en Madrid en 2021 con el objetivo de crear unos Jardines de la Paz con 21 olivos de variedades representativas de la cuenca mediterránea, pensando en el olivo como "símbolo de paz y tolerancia", según explican en un comunicado.
De momento ya han sido plantados dos Jardines Nacionales, uno en la mencionada localidad italiana de Paciano y otro en el pueblo granadino de Cogollos de la Vega, mientras que Grecia ya ha solicitado formar parte de este "hilo dorado" que la asociación está tejiendo "para unir los países en favor de la paz", según ha informado.
De esta forma, el pasado abril, el comité directivo de la asociación viajó a Grecia, donde firmó dos acuerdos para la instalación del tercer jardín nacional de la paz, que se ubicará en la localidad de Trifylía, y el primer Jardín Internacional de la Paz, en Creta.
Los olivos que se plantan en estos jardines proceden del Banco Mundial de Germoplasma del Olivo, que tiene su sede en Córdoba, donde se seleccionaron 21 variedades de 21 grandes países olivareros que representan alrededor del 95 % de la producción mundial.
Medio ambiente, cultura e historia
Pero los jardines serán solo la parte más visible, ya que lo que se pretende es "generar iniciativas de solidaridad social" que promuevan "una relación estrecha e interdependiente entre la paz y el desarrollo en todos sus ámbitos", según detalla el comunicado.
Así, la iniciativa busca abarcar temáticas de medio ambiente, trabajo, historia, memoria de las civilizaciones mediterráneas y nuevas relaciones multiculturales y multirraciales entre los pueblos, "como testimonio de paz y tolerancia entre ellos".
De hecho, la próxima actividad de la asociación The Garden of Peace tendrá lugar el próximo 10 de mayo en Cogollos de la Vega y consistirá en un seminario en el que se abordará el olivo como parte de la solución al cambio climático.
"Con las prácticas de cultivo pertinentes, por cada litro de aceite de oliva que produces generas una emisión de dióxido de carbono equivalente a 1,5 kilos, pero la capacidad de absorción por el efecto sumidero de la planta es de 11,5 kilos. Es un balance positivo, es por ello que cultivar olivos es un sumidero de C02", explica Serafini.
Su idea es también que cada año un país ostente la presidencia honorífica de la asociación e impulse actividades en su territorio con el olivo como hilo conductor.
"Hay que encontrar lazos que nos unan y no que nos separen y este lazo es un hilo de oro muy importante porque todos nos reconocemos" en un árbol que ha sido decisivo en la cultura, economía y paisaje de la cuenca del mediterráneo", expresa Serafini.
Respecto al significado que puede tener una iniciativa así en un contexto bélico como el de la invasión de Rusia a Ucrania, señala que es tan solo "una de las pequeñas cosas que se pueden hacer para sensibilizar a las personas y los gobernantes" y "poner un pequeño granito de arena por la paz" en esta guerra.
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