El patio de butacas al completo de Gran Teatro se convirtió por momentos en graderío con una afición entusiasmada para ver jugar once mujeres el partido que cambio sus vidas. Ladies Footbal Club nos ganó por goleada. Al igual que el prodigioso texto de Lehman Trilogy, Estefano Massini vuelve a impactar esta vez con una historia reivindicativa y de nuevo es Sergio Peris-Mencheta quien se hace cargo de su adaptación y puesta en escena.

La acción nos traslada al viernes 6 de abril de 1917, al patio de la fábrica de munición de la Doyle & Walker donde 11 trabajadoras aprovechan el descanso del almuerzo y chutar el esférico que rodó para crear un equipo de futbol femenino que consiguió llenar estadios, un hito posible por circunstancias coyunturales: mientras los hombres agazapados en trincheras esperaban la señal para dejarse la vida por ganar un palmo de tierra, sus esposas, madres, hermanas e hijas mantenían a flote el hogar trabajando por una miseria en fábricas que seguían alimentando la máquina de guerra.

Gracias a aquella patada consiguieron ser por un tiempo limitado solo ellas, sin las ataduras impuestas que les decían quienes tenían que ser para ellos.

La proverbial creatividad que cada profesional del equipo técnico y artístico ha empleado se hace notar desde la primera canción interpretada por el grupo de 11 actrices que saltan al terreno de juego, la misma que cierra esta función de similar duración a un partido intenso necesitado de prolongación y penaltis. Un encuentro fabuloso cargado de precisión en cada detalle visual, sonoro y lumínico magníficamente orquestado y materializado por un equipazo de mujeres que funcionan como una sola.

Por separado son alegría, rabia, inocencia, fuerza, dulzura, tristeza, razón, ilusión, miedo, inteligencia, resistencia,… y juntas son todo la anterior y mucho más. A ellas el público se rinde con el pitido final de un espectáculo que nos reconcilia con el Teatro y crea afición. Con ellas, me gusta este futbol.