"Con el Palacio del Sur hemos pecado de prudencia y generosidad"

-Desde fuera da la sensación de que no ha sido un año fácil. Al encaje inicial con sus socios se le ha unido el freno a algunos proyectos y la complicada situación interna de IU. ¿Cómo ha sido el día a día?

-En la vida nada es fácil y cuando llegan bastantes personas nuevas a un gobierno que está configurado por dos fuerzas, qué duda cabe que hay que dejar tiempo de rodaje para el engranaje y para coger la velocidad necesaria. Había proyectos importantes ante los que debíamos responder, entre ellos el aeropuerto, que afrontamos con prontitud para saber a ciencia cierta que Córdoba contará con él; y el Palacio del Sur, sobre el que hemos decidido poner punto y final a una etapa donde Ferrovial tenía la responsabilidad plena de la financiación y no la ha logrado. Ahora emprendemos una fase con la garantía de tener el dinero, y contamos con la mejor disposición del arquitecto para recomponer el proyecto, además del compromiso de las instituciones, sobre todo de la Junta. No son temas fáciles. Las cosas marchan razonablemente bien; no diré que todo está perfecto, porque no es cierto, pero el campo de fútbol esperaba respuesta y ya está el gol norte y se actúa planificando el sur y la tribuna. Sabíamos que dar respuesta a los temas importantes de ciudad en el primer año era el camino más difícil, pero lo hemos hecho aunque ha habido dificultades en momentos puntuales.

-¿No vio venir lo que ocurríría con el Palacio del Sur?

-Hemos cometido errores en este trayecto debidos a la generosidad en la espera para que Ferrovial diera una respuesta firme sobre la financiación. Si echas la vista atrás, quizás tendríamos que haberle dicho que o en seis meses solucionaba el asunto o punto y final, pero hemos sido prudentes. En cualquier caso, ha sido un fracaso de quien debía buscar la financiación y no la ha encontrado.

-¿El único error municipal es, por tanto, la prudencia?

--El gobierno ha sido extremadamente prudente y generoso, y puede que hayamos pecado de eso. No tengo por qué dudar si una empresa seria me dice que tiene la financiación cerrada y que es cuestión de tiempo. Si le ha fallado, ¿qué responsabilidad tenemos? Ahora puedo decir que tenemos más cerca que nunca el proyecto y sé que cuando se ponga la primera piedra se darán por olvidadas las dificultades y sufrimientos que nos ha dado. Han sido muchas horas de desvelo, muchas reuniones... A lo mejor nos hemos equivocado en esperar tanto tiempo a Ferrovial.

-¿Avala al cien por cien la labor de Andrés Ocaña?

-Andrés es mi amigo y mi compañero. Cuando él llegó a la presidencia de la Gerencia se encontró el proyecto y no quiso poner en cuestión su viabilidad. Cogió el testigo desde la lealtad institucional y con esfuerzo y mucho trabajo ha querido conducirlo. No quiso dar un portazo a un proyecto porque viniera de otro compañero -el socialista José Mellado-, aunque hubiera sido más fácil dar una patada a las iniciativas que no venían de IU, pero nosotros no somos así.

-¿Entiende que haya quienes han echado en falta dimisiones?

-Mire, la oposición pide dimisiones por todo, sin dar propuestas. Sólo quiere aprovecharse del desgaste de los demás y políticamente hay malas artes hacia las personas, lo que lleva a la degradación de la política. Ahora que en Madrid corren aires distintos, en Córdoba se apuntan a tensionar, a confrontar, a faltar el respeto y a herir, aunque eso suponga mermar las posibilidades de la ciudad. Proclaman el fin del mundo en Córdoba, y eso es una falta de responsabilidad.

-¿Nota cierto hartazgo en la ciudad ante proyectos que no salen?

-Pero es que van a salir adelante. El día que se ponga la primera piedra del Palacio, se descubrirá la cantidad de mentiras que se han contado. Hemos recorrido un camino durísimo, sin olvidar que se lleva hablando de este proyecto desde que se hizo el concurso internacional de ideas. Así entiendo que la gente diga que está harta de que le hablen de lo mismo, pero ahora se va a hacer realidad.

-Al final, es el aeropuerto el único proyecto que avanza.

-Avanza, sí, pero el Palacio del Sur también va a buena velocidad, desde el realismo. Hay una cosa que me preocupa, y es que se han hecho muchas cosas en este año y parece que todo está tapado por el Palacio, y no todo acaba ahí. Las inversiones en los barrios se hacen realidad, tenemos actuaciones en materia social, Córdoba se ha hecho un punto de referencia en el desarrollo de la ley de dependencia, en planes de inmigración para la inclusión social, en planes transversales de género y lucha contra la violencia machista además de en participación ciudadana y solidaridad. Ya no se habla de que el suelo industrial se pone en marcha y de que el polígono Carretera de Palma está ahí. Lo que es dinámica de ciudad queda tapado, como la peatonalización de algunas zonas, los nuevos aparcamientos o el dinamismo lúdico y cultural. La planificación en términos de ciudad se está cumpliendo paso a paso. Es indudable que estamos andando y en algunos temas a velocidad.

-¿Cómo es posible que haya dos visiones tan dispares de la ciudad, la suya y la de la oposición?

-El PP nunca va a decir nada bueno del gobierno. A ellos no les interesa Córdoba, sino el desgaste. Les interesa la confrontación permanente cuando la verdad es que no hacen nada, ni se leen los papeles. Algo habremos hecho bien en algun momento, digo yo, pero llevo nueve años oyendo decir que todo está mal. La gente puede mirar la ciudad y ver si Córdoba no ha mejorado, aunque es evidente que en una ciudad siempre quedan cosas pendientes. Se ha mejorado y se ha avanzado, aunque hay cosas por hacer, lo sabemos, pero ahí también juega el problema de los ayuntamientos, que tenemos recursos muy limitados para la cantidad de servicios que queremos prestar. En este punto necesito que los ciudadanos estén a nuestro lado cuando pedimos más suficiencia financiera. El PP lo niega todo, hasta cuando salen estadísticas de Andalucía y de España y vemos que Córdoba está bien, sobre todo como ciudad segura y de destino turístico.

-Todas las estadísticas no son favorables, porque en empleo Córdoba no levanta cabeza.

-Córdoba no es una isla dentro de esta crisis económica mundial o como se la quiera llamar. Desde el Ayuntamiento desarrollamos el pacto por el empleo que llevamos a cabo con sindicatos, empresarios y el resto de administraciones, para hacer un esfuerzo a favor del desarollo de la economía, apoyando a empresarias y jóvenes empresarios, y favoreciendo proyectos que generan puestos de trabajo. Eso es lo que está en manos de un ayuntamiento.

-Enumere tres proyectos que, si estuviera en su mano, mañana mismo solucionaría.

-El recinto ferial, el impulso de la Fundación para la Capitalidad Cultural y el acceso a la vivienda. Esos serían los tres proyectos de primer interés. Queremos ser ciudad de turismo cultural, familiar, religioso y de ferias y congresos, porque eso incide en el desarrollo económico y en las posibilidades de Córdoba. Para ello necesitamos un recinto acorde con lo que precisa esta ciudad. El proyecto inicial tiene que cambiar radicalmente e ir a uno que sea un edificio singular y dé valor añadido a la arquitectura, pero que sea realista. Hay que reducir el proyecto que en su día se nos dio y poner los pies en el suelo. En cuanto a la Capitalidad, la Oficina ha llevado a cabo múltiples proyectos para consolidar Córdoba como la más firme candidata; ahora hace falta que el espacio donde estamos todos, que es la Fundación, despegue. Eso es imprescindible para culminar una etapa e ir a una segunda fase de presentación de Córdoba en Europa con el reto de obtener respaldos. En cuanto a la vivienda, hay que poner sobre la mesa oferta a precios adecuados y en la franja de VPO.

-¿Le ha quitado el sueño el caso Torreblanca?

-No, porque sé que detrás no hay más que actuaciones individualizadas que no me hubiera gustado que se dieran y que ahora están donde deben, que es en el ámbito judicial. Lo que sí me ha preocupado es que se haya querido hacer daño en el terreno personal con este tema y me ha dolido que algunos hayan querido manchar a nuestra policía local y poner interrogantes sobre su buen hacer y su credibilidad, aunque eso no quita que se cometan errores. Me ha dolido también que se haya querido denigrar a José Joaquín Cuadra. Yo no quiero tener a un comisario jefe en la policía, sino a alguien con corazón, de trato respetuoso y que tiene claro el modelo que defendemos, que es el de la policía de cercanía.