"El Palacio de Congresos es mi principal quebradero de cabeza"

Rafaela Crespín. Delegada del Gobierno de la Junta en Córdoba

Aunque satisfecha de su actual responsabilidad, reconoce que echa de menos el trato directo con los ciudadanos y reitera que haber sido alcaldesa es lo mejor que le ha pasado en política

Crespín en una de las dependencias de la Delegación del Gobierno en la calle San Felipe.
Crespín en una de las dependencias de la Delegación del Gobierno en la calle San Felipe.
Juan Ruz

10 de abril 2016 - 01:00

-Lleva usted ya un año y medio en la Delegación del Gobierno andaluz en Córdoba.

-El tiempo siempre pasa demasiado rápido para todos, pero no se me ha hecho largo, aunque tampoco corto. Quizás sea por eso de que llevo poco tiempo y aún estoy aprendiendo todas las materias y conociendo a todos los sectores, conociendo los problemas. No se me ha hecho largo el camino.

-Nada que ver su actual responsabilidad con la de ser alcaldesa de La Carlota.

-Nada de nada. Creo que ser alcalde es lo mejor que te puede pasar en política, pero también donde peor se pasa. Una alcaldesa tiene un compromiso con la inmediatez y eso es duro, sobre todo en momentos por los que hemos pasado y los que aún estamos pasando. Yo lo he vivido con mucha crueldad, con situaciones muy duras. Me tocó lidiar con los peores momentos de la crisis y eso es duro.

-¿Se echa de menos el contacto directo con la gente?

-Claro que sí. Yo intento no perder eso en la medida de lo posible, pero el cargo te aleja a veces de la cercanía con todos los ciudadanos. Pero además esa cercanía a mí me ha dado mucho y creo que también a la política y a los propios ciudadanos, que están deseosos de ser escuchados y eso es muy fácil. Insisto en que el contacto es importante.

-Aunque llevamos muchos años de autonomía, todavía hay quien se pregunta aquello de qué se decide en una Delegación del Gobierno de la Junta en una provincia.

-Poco. Yo diría que prácticamente nada. La Delegación es una ejecutora de lo que se adopta en el consejo de gobierno de los martes, materializa lo que dice el Gobierno andaluz y debe de hacerlo bien.

-¿Y eso genera impotencia?

-No. Cuando una sabe dónde está y cuál es su papel no tiene por qué generar impotencia. Lo que sí es verdad es que en el territorio a veces lo que quisiéramos es que todo se realizara con más rapidez. Eso que se dice que Madrid y Sevilla están muy lejos es verdad, están lejos. Lo que tenemos es esa necesidad de que las cosas vayan más rápido. Cuando fui alcaldesa tomaba decisiones a diario porque esa era mi responsabilidad y mi obligación y ahora uno se adapta a la nueva realidad.

-¿Su mayor preocupación desde que está aquí en San Felipe?

-El Palacio de Congresos de la calle Torrijos es mi principal quebradero de cabeza, porque creo que es muy fuerte lo que ha pasado. Aun así, he intentado estar a la altura de la circunstancias y de la responsabilidad que ostento. La Administración tiene que ser seria y garantista y no por ir más rápido vamos a permitir que se hagan mal las cosas. No se estaban cumpliendo con los plazos ni los compromisos y tomamos una decisión que sabemos que era eso, un quebradero de cabeza.

-Lo que ha pasado con esta obra, ¿es un error político?

-Nada de eso. Es un incumplimiento de la empresa adjudicataria y de las condiciones acordadas en el contrato.

-¿Pero no cree que en ocasiones las administraciones han pecado, tal vez por la situación de crisis, en aceptar bajas en las obras que podrían considerarse como temerarias?

-Una administración no puede equivocarse en eso y yo me niego a pensar que ocurra. Donde he estado con responsabilidades de gestión siempre he dicho lo mismo: hay que hacer lo que se pueda, pero bien. Cuando se decide apostar por algo hay que hacerlo correctamente y poner en entredicho una obra de estas características con el argumento de una baja temeraria no lo admito como delegada. Ahora está en marcha toda la maquinaria para arreglar esto. Hemos rescindido ya un contrato y estamos trabajando para licitar la obra lo antes posible, que es lo que queremos desde el Gobierno andaluz.

-¿Sanidad y Educación siguen siendo las principales exigencias de los ciudadanos?

-Estoy convencida de que la gente que no tiene de todo su principal preocupación es la salud y un hospital público donde puedan ser atendidos con garantías, así como que sus hijos tengan preparación para poder competir. Son dos de los derechos más importantes. De eso no hay duda.

-Cuando usted ahora se sienta delante de un alcalde o alcaldesa en el despacho seguro que ve las cosas de otra manera.

-Yo intento ver los problemas como ellos. La política está muy deteriorada porque ha perdido la proximidad, la inmediatez y la cercanía. Cuanto más cerca se está de la gente mejor se gestionan los recursos y mejor se hacen las cosas. Por tanto, yo veo los problemas como alcaldesa, porque me parece que es lo acertado. De hecho, yo he sido muy crítica con la Ley de reforma de la Administración Local del PP porque todo lo que sea centralizar los recursos no es bueno. Cuanto más descentralizado esté el poder se es más eficiente.

-Y además cuenta con la experiencia de que usted ya ha estado sentada al otro lado antes.

-Muchas veces. Reclamándole a la anterior delegada, Isabel Ambrosio, apoyo y colaboración para La Carlota. Y sí, pienso muchas veces cuando yo estaba en el otro lado de la mesa.

-Ha hablado de Isabel Ambrosio, ahora alcaldesa de Córdoba. ¿El trato ahora con el Ayuntamiento es distinto, porque a nadie escapa que son las dos del mismo partido, el PSOE?

-El roce personal, el feeling, hace mucho y yo lo tengo con Isabel. Primero porque nos conocemos desde hace muchos años, segundo porque pertenecemos al mismo partido y nos encontramos en los órganos del PSOE y en muchos actos y tercero porque somos de la misma generación, la que ahora le toca asumir la responsabilidad. Pero esa sintonía, y quiero dejarlo muy claro, no evita que cada uno defienda los intereses de la institución en la que está. Ella representa a la ciudadanía de Córdoba capital y yo estoy aquí por el Gobierno de Andalucía, representando a toda la provincia. Ella, como buena alcaldesa, requerirá muchas veces más apoyo y prioridad para su ciudad, pero mi obligación es velar por todos los cordobeses. Es legítimo eso, aunque seamos compañeras de partido, que ella asuma su labor.

-¿Cómo ve la gestión de una entidad tan compleja como el Ayuntamiento de la capital, con un pleno tan fragmentado?

-Deber ser muy complicado. Ya lo es en condiciones normales, según mi experiencia, que lo fui con mayoría absoluta, mucho más al no tener una mayoría holgada, en la que tienes que buscar muchos consensos y hablar mucho con los demás.

-Y además de eso, negociar con un socio, como es el caso de Ganemos, que no está integrado en el gobierno de la ciudad.

-Eso arrastra muchísima complejidad y te obliga a dedicar mucha parte de tu tiempo. Isabel Ambrosio lo está haciendo bien y logrando consenso. Eso demuestra su trabajo.

-Sorprendió incluso cuando sumó a Ciudadanos en la aprobación del presupuesto para este año 2016.

-Córdoba es de las pocas capitales de provincia que tiene sus cuentas aprobadas y yo sé que a veces estas cosas a la ciudadanía le suena lejos, pero el presupuesto es imprescindible para atender las necesidades de la gente y planear el futuro. Hay mucho trabajo detrás para lograr ese consenso y aprobar los presupuestos.

-Más allá del Palacio de Congresos, la Junta tiene pendiente además la resolución de asuntos como el Plan de la Carretera de Palma del Río. ¿Se solucionará alguna vez?

-Seguro que sí. La Junta es parte de la solución del problema de las naves de la Colecor. El TSJA ya se manifestó en los mismos términos y el Supremo ha devuelto la causa al TSJA. Lo que hay hasta ahora es que el uso sea compatible y la edificabilidad sea la correcta. Creemos que vamos en la línea acertada.

-Igual ha pasado con la depuración de aguas.

-Hemos trabajado muchos porque más del 80% de la población depura sus aguas, pero no podemos conformarnos. Sin haber parado de trabajar, aunque en algunos momentos con más lentitud por la situación económica, se han impulsado 47 actuaciones de interés general para la construcción de depuradoras y de ellos 14 tienen ya su estación y el resto están en marcha, bien en obra, proyecto o redacción.

-Lo que sí parece desbloqueado es el Cercanías

-Bueno, todo el mundo se ha puesto a trabajar sobre este asunto y hay soluciones. La reunión con la ministra por parte de la alcaldesa ha sido una buena noticia y eso abre la posibilidad a que esto se pueda ver rápido. Nosotros apoyamos el Cercanías y el Metrotrén es una parte del Cercanías, porque nosotros defendemos, como siempre, la vertebración del territorio entre Villa del Río y Palma del Río pasando por la capital.

-¿Qué relación mantiene una delegada del Gobierno con la presidenta de la Junta?

-Tenemos reuniones de coordinación y en muchas ellas Susana Díaz está con nosotros, aunque la pieza clave es la vicepresidencia, en este caso Jiménez Barrios, que es el que coordina. En mi experiencia personal tengo relación con ella al estar en la dirección regional y le aseguro que aprovecha para preguntarme siempre por Córdoba y por los proyectos que nos afectan. Ella es cercana y personalmente me pidió que dejara la Alcaldía para venir a la Delegación.

-En el PSOE ahora no se mueve nadie a la espera de ver qué pasa con el Gobierno central.

-El partido está trabajando en lo que tiene que hacer, que es enmendar esto y responder a los ciudadanos y a los intereses de este país. En lo orgánico todo está parado. Lo primero a resolver es que un partido como el PSOE, que ha sido tantos años gobierno y que gobierna en Andalucía, pueda resolver lo que ciudadanos piden y estar a la altura.

-Luego ya vendrán los congresos federal, regional e incluso el provincial.

-Todo llegará en cascada, uno detrás de otro, y habrá tiempo para que los militantes hablen de liderazgo y de futuro de un partido que, como le digo, es un partido de gobierno.

-¿Alguna aspiración personal de cara a esos congresos?

-Nunca la he tenido. No la tuve a los 21 años cuando fue diputada provincial, cuando aspiraba a trabajar en educación especial que es mi actividad y con la que me volqué. Luego estuve encantada en los Servicios Sociales y después mi partido me pidió que me volviera para mi pueblo como alcaldesa en unos momentos complicados. Ahora, como le he dicho, la presidenta me pidió que estuviera en la Delegación del Gobierno, cuando empezaba a sentirme más a gusto tras sanear las arcas en el Ayuntamiento de La Carlota. Soy afortunada por haber tenido oportunidades.

-Pero si alguien le pide algo a nivel orgánico...

-Si es bueno para la gente, para el partido, y me lo piden, yo estoy al servicio de los ciudadanos. Y le insisto en lo de la gente porque entiendo que el PSOE está al servicio de los ciudadanos.

-El Parlamento derogó el otro día el plan de medidas para el desempleo, algo que ha molestado mucho en el Gobierno andaluz.

-Es un decreto que se echó para atrás en el Parlamento y ha puesto en riesgo la necesidad y expectativas de muchísima gente que estaba pendiente de los planes de empleo de los ayuntamientos y de las ayudas al estímulo que iban a beneficiar a muchos cordobeses. Los alcaldes me han llamado un tanto escandalizados de que esto vuelve a parar los planes de empleo y poder contratar ya. Me gustaría denunciar ese gesto que han tenido el resto de grupos políticos, porque además vagamente han utilizado un argumento que no tiene sustento, porque consideran que se trataba de que las personas a contratar iban a ocupar puestos de funcionariado y eso no es así. Este personal iba a ocupar unos puesto contemplados en la RPT para ayudar al desempeño de un decreto muy ambicioso contra el empleo. El Parlamento está para construir y no destruir. Esa postura ha generado cierta desmotivación.

-¿Se ha marcado algún plazo para estar en la Delegación del Gobierno?

-Hasta que la presidenta lo considere oportuno. Como se suele decir, los delegados estamos de martes a martes, que es cuando hay Consejo de Gobierno.

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