Paella y pasacalles antes de la 'cremá'

La asociación che 'Fallers pel mon' (Falleros por el mundo) convierte El Arenal en territorio valenciano durante un fin de semana de Fallas repleto de numerosas actividades

Pasacalles fallero desde la Mezquita-Catedral camino de El Arenal.
Pasacalles fallero desde la Mezquita-Catedral camino de El Arenal.
F. J. Cantador

03 de abril 2016 - 01:00

"Mira, si parece Shreck". Le comenta un padre a su hijo señalando, cerveza en mano y plato de paella en otro, a un ninot regordete con forma de bandolero que forma parte del monumento fallero más grande de los tres que este fin de semana han convertido a El Arenal en una pequeña sucursal de Valencia. Muy cerca de ese bandolero, casi a sus pies, hay un pequeño cartel que recuerda que "hemos venido a mostrar lo mejor de nuestras tradiciones; esperemos que les guste mucho y nos visiten en tradiciones". Es tan sólo uno de los muchos carteles que ha colocado la asociación Fallers pel mon (Falleros por el mundo) tanto en ese monumento que preside un gran ninot tallado en árabe y que, según el presidente del colectivo, José Enrique Amores, simboliza una mezcla de las culturas valenciana y andaluza, como en el infantil, una macedonia de chucherías presidida por un gran palote. Junto al monumento fallero más grande, L, Estoreta Velleta, "un monumento que es el origen de las fallas, compuesto cosas viejas que iba entregando la gente y que se iban apilando y quemando simbolizando que se quemaba lo viejo para dar paso a lo nuevo", detalla Amores. En L, Estoreta Velleta hay marcos de cuadros, viejos muebles, sillas viejas...

Todo el mundo quiere inmortalizar ese momento en el que El Arenal se siente valenciano por primera vez. Raro es quien pasa delante de los tres monumentos y no se hace un selfie, mientras por el recinto empieza a aparecer la comitiva de Santaella. Han viajado desde la Campiña Sur para acompañar a los miles de valencianos que por la tarde mostrarán sus respetos en la ofrenda floral a la Virgen de los Desamparados, la patrona de la tierra del Cid y la del municipio de la Campiña Sur.

José Pérez, un cordobés, "muy cordobés", como dice él, apura su plato de paella intentándole explicar a un amigos que "las asociaciones falleras son algo así como las peñas cordobesas". "Anda ya", le contesta el amigo para luego preguntarle que dónde se han metido los miles de valencianos que tenían que llegar desde tierras ché. "¿No te has enterado?, están de pasacalles por el centro de la ciudad", insiste su pareja, Carmen Gómez.

Pasacalles como el que tendrá lugar por la tarde tras la misa que vivirá la expedición valenciana en la Mezquita-Catedral, justo antes de la verbena y la Nit del Foc, esa orgía de fuegos de artificio que debe poner punto y final a la fiesta en la jornada de sábado.

José y Carmen se han citado de nuevo con su amigo para vivir la jornada final de domingo [hoy]. "Va a ser la traca", les dice su hijo Adrián, que ha leído en el programa que empezará con una degustación gratuita de horchata y continuará con un concurso de paellas y una globatada infantil. "Dicen que quieren explotar miles de globos para entrar en el Guinness de los récords como con los litros de agua de Valencia que se van a elaborar a las cinco de la tarde", relata Nuria Jiménez, que también está leyendo el programa. En medio de ambos intentos Guinness, la mascletá. "¿Qué es eso de la mascletá?, le pregunta Adrián a su padre. "Algo así como una gran petardada, muy grande", le contesta este último.

"Yo lo que no me quiero perder será la cremá de las fallas infantil y principal", insiste Nuria mientras apura su plato de paella y lee otro de esos carteles, el que reza que "la Mezquita es un monumento conocida en el mundo entero, como son las cordobesas por su belleza y salero".

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