El PA denuncia a Rojas Marcos por intervenir en la caída de Pilar González

El Partido Andalucista de Córdoba ha llevado ante la gestora de la formación nacionalista al presidente de honor Alejandro Rojas Marcos por el papel jugado por el político sevillano en la caída de la exsecretaria general Pilar González tras un oscurísimo asunto, que incluyó el pirateo de cuentas de Facebook y correo electrónico para hacer pública una supuesta conspiración con el propósito de crear una formación nacionalista de izquierdas ajena al PA.

El consejo político del PA en Córdoba hizo público ayer un acuerdo adoptado el cuatro de mayo en Montilla en el que se demanda a la dirección del partido que aclare cuál ha sido su papel en todo esto. La clave se encuentra en una carta remitida por Alejandro Rojas Marcos a una dirigente del partido, María José Ríder (la secretaria provincial), cuyo contenido se expuso ante el conjunto de los dirigentes del consejo político provincial por parte del exalcalde de Priego, Juan Carlos Pérez Cabello, actual responsable en funciones del PA. A la reunión asistió el dirigente de la gestora que lleva en estos momentos el PA, Manuel María de Bernardo.

En la carta, Rojas Marcos explica que su intención es dar su versión correcta de todo lo que ha sucedido y que ha concluido con la dimisión de González y de un grupo de dirigentes y militantes, entre los que se encuentra el candidato por Córdoba a las generales y autonómicas, Antonio Manuel Rodríguez. Y, efectivamente, Rojas Marcos se explica estupendamente.

En primer lugar, dice coincidir con las opiniones que aseguran que el pirateo y difusión de los correos de Pilar González no es una ilegalidad -está denunciado ante la Policía Nacional- "porque no es delito si quien difunde es parte del grupo que se comunica entre sí". Dice que sólo "un arrepentido" puede haber difundido estos mensajes e incluso da detalles relevantes. No fue una persona sino dos utilizando cuentas de correo parecidas. "Son gentes de ellos mismos y ellos son conscientes de esto, por esto sabemos que han iniciado una auténtica caza de brujas", afirma. La denuncia de Pilar González, afirma, es un movimiento defensivo "porque se le ha cogido in fraganti".

De la carta, se deduce que Rojas Marcos ha tenido una relación conflictiva con la última dirección andalucista. Durante dos años, asegura que dirigentes del partido le han estado visitando con el propósito de "parar lo que parecía imparable" a la vez que "muchos militantes desesperanzados se daban de baja, eran marginados o expulsados con cualquier pretexto".

Un párrafo del presidente de honor del PA es el más problemático. Explica que llegó un momento en el que "de la mano de personas del entorno de Pilar González, a quienes llamaron traidores, decidimos levantar nuestra voz para pedir consenso y candidatura única". González se negó a la operación al apostar por una "candidatura de izquierdas" en vez de una lista "de derecha camuflada". "Yo decidí saltar a la arena para provocar la catarsis, poniendo negro sobre blanco lo que tanta gente venía denunciando, muy consciente de que convertiría en la diana", afirma. Y remata: el debate del PA debe ser si los propósitos de González eran los que eran.

El comunicado aprobado por el consejo político de Córdoba sobre el actual estado de cosas en el PA dice varias cosas. La primera, que es preciso actuar con sosiego y tranquilidad. La segunda, que se le está haciendo mucho daño al partido y a los concejales que trabajan en las instituciones. En tercer lugar, respalda a Pilar González y a Antonio Manuel Rodríguez en el sentido de que no dan crédito "a las maniobras" realizadas para desprestigiarles poniéndose a disposición de la Justicia para aclarar cualquier tipo de elemento y negando que se estuviera creando partido alguno al margen del PA. Además, rechaza las tutelas, pide a la dirección del partido que aclare cuál es el papel que ha tenido Rojas Marcos exactamente en todo este asunto y solicita el perdón de la ciudadanía.

Alejandro Rojas Marcos dijo hace apenas dos días que nunca se metería en las cuestiones internas del PA y que eran los órganos políticos y asamblearios a los que correspondía pronunciarse.