El 7 de abril de 2003 el periodista Julio Anguita Parrado perdió la vida en Bagdad mientras ejercía su profesión, el periodismo. Varios años después, el Sindicato de Periodistas de Andalucía creó un premio de periodismo internacional en nombre del reportero de El Mundo. Ayer, la periodista freelance Mónica García Prieto recogía el premio Julio Anguita Parrado, que cumple su novena edición, mientras destapaba las vergüenzas de una profesión que poco tiene ya que ver con la que ejercía el hijo de Julio Anguita y Antonia Parrado cuando perdió la vida.

García Prieto habló en nombre del periodismo que molesta a los que no quieren ser molestados, contó la historia de los desconocidos y recordó que algo tan simple como contar lo que pasa a veces es casi imposible. La corresponsal utilizó en varias ocasiones el binomio "periodismo independiente" en su discurso de agradecimiento mientras comentaba, a veces con sorpresa, que alguien "sin empresa que la apadrine" haya obtenido tal galardón.

Quizá la sorpresa no debiera ser tal teniendo en cuenta la situación actual de los corresponsales. García Prieto rememoró la época en la que tanto ella como Anguita Parrado llegaron a Irak, cuando "éramos más de 200 periodistas". De todos ellos, el país que más profesionales del periodismo envió a la zona de conflicto fue España que "ni en interés, ni en capacidad", explicó la corresponsal, tenía nada que envidiar a países como Gran Bretaña o Estados Unidos. Ahora sólo hay "tres o cuatro medios" que envíen corresponsales, afectados, al parecer de García Prieto, por una crisis en la que el mundo de la comunicación ha estado más empeñado en salvar deudas que en desempeñar su verdadera función. Por ello, la premiada de este año dedicó el galardón a los freelance, a los periodistas independientes, que "con empeño personal y sin medios ni seguridad" insisten en reflotar una profesión que hace aguas. "Pase lo que pase, los enemigos de la razón ya han ganado", se lamentó García Prieto quien dedicó sus últimas palabras a Antonio Pampliega, Ángel Sastre y José Manuel López, los tres periodistas españoles secuestrados en Siria hace diez meses.