Oasis urbanos contra el calor

En la provincia hay censadas alrededor de 330 piscinas comunitarias · La temporada de baño es un filón de empleo

Oasis urbanos contra el calor
Oasis urbanos contra el calor
Á. R.

27 de junio 2010 - 01:00

Las hay con forma de guitarra, las clásicas rectangulares, circulares, prefabricadas, personalizadas, para disfrutar en soledad o para compartir con la comunidad, en plena sierra o con vistas a la campiña. Con la llegada del calor, surgen en plena urbe pequeños oasis contra los rigores del verano, un sustitutivo a las tardes en la costa para quienes no tienen la suerte de disfrutar de unos días de playa. En toda la provincia, según el censo de la Junta de Andalucía, existen más de 330 instalaciones que dan servicio a comunidades de más de 20 viviendas, aparte de las ubicadas en parcelas particulares, que escapan a las inspecciones periódicas de la Administración autonómica.

Lo más habitual es que estos oasis donde escapar de los excesos de la canícula no superen los 32 metros cuadrados, aunque en Córdoba hay ejemplos dignos del libro Guiness de los records. Las instalaciones del Club Figueroa son las más llamativas, pues con su vaso polivalente de 3.500 metros cuadrados se asemejan más a un "lago artificial" que a una piscina al uso. Cuando el recinto, con una aforo para 1.967 personas, está a pleno rendimiento da trabajo a más de una treintena de profesionales, entre socorristas, personal de mantenimiento, servicio de limpieza, vigilantes o sanitarios. Se trata de la cara menos lúdica del verano, esa que ayuda a llegar a fin de mes en pleno bajón de la economía.

Desde 1970, la piscina del Figueroa ha sido un referente para los residentes del barrio diseñado por Rafael de la Hoz, José Chastang Barroso y Gerardo Olivares. "La vinculación del vecino-socio siempre ha existido. Y el 70% de los 11.000 miembros del club viven aquí", explica el gerente de la agrupación, Francisco Javier Fernández. El recinto empieza a despertar de su hibernación a partir de marzo, con las labores de reparación de la piscina. Y una semana antes de su apertura, arrancan las depuradoras. El control de la calidad del agua ya no cesa en todo el verano y el coste de los productos de mantenimiento roza los 15.000 euros al final de la temporada de baños.

Mientras los niños chapotean, algunos toman el sol y otros dedican las horas a consumir el último best seller, hay quienes no tienen más remedio que resignarse a trabajar. Porque, para algunas empresas, la temporada alta llega ahora, en plena estación vacacional. Es el caso de los fabricantes de piscinas como Blue Pool, una empresa que acumula a una decena de clientes en su lista de espera. "Muchos cordobeses aplazan la decisión de construir la piscina cuando llega el calor, y entonces es demasiado tarde", explicó. El precio medio de una piscina estándar de ocho por cuatro metros -el tamaño más habitual- ronda los 10.500 euros. Aunque hay quien la encarece con multitud de extravagancias.

"Se pueden personalizar con mosaicos en el fondo. Hemos hecho una con la concha del Camino de Santiago y otra con los arcos de la Mezquita", explicó. Aunque la última novedad es el sistema identity, consistente en imprimir una imagen en el gresite, el material con el que se reviste el vaso. Con este mecanismo es posible estampar en el fondo del agua una foto personal, una imagen de la mascota o un vehículo. Y, en el proceso de personalizar el jardín, hay quien no duda en instalar focos subacuáticos o incluso leds de colores, "la última moda". Lo más "extravagante" que ha construido hasta el momento la firma Blue Pool es una piscina a imitación de la silueta de una mujer con una isleta central simulando los genitales. Y otro particular se encaprichó de una piscina con forma de guitarra.

En la mayoría de las parcelas, sin embargo, impera lo estándar. Y especialistas en la elaboración de unidades en serie son Piscinas Lion, una firma asentada en Pedro Abad que exporta sus productos a Francia, Portugal o Marruecos. En Córdoba, los modelos prefabricados aún generan muchas dudas, pero en el exterior la demanda sigue en aumento, explicó el gerente de la sociedad, Javier Merino.

Los 12 empleados de la empresa tardan un día en completar una pieza confeccionada con una pasta de resina y fibra de vidrio. El trabajo es artesanal, pues cada unidad se moldea a mano con la ayuda de unos rodillos. Luego se transporta por carretera, por lo que la dimensión máxima de cada pieza ha de ser diez metros por cuatro. Lion factura unas 300 unidades al año y muchas de ellas quedan en stock a la espera de la avalancha de peticiones cuando golpea el calor.

La paga extra del verano también tiene mucho que ver en el aumento de solicitudes, sobre todo cuando son los funcionarios los dueños de la parcela, explicó Merino. Aunque son los ciudadanos extranjeros quienes más se decantan por las piscinas prefabricadas, así que Lion envía sus productos a la Costa del Sol, el Algarve portugués, el sur de Francia o Marruecos. En Galicia y en el País Vasco -dos comunidades que no destacan precisamente por un tiempo brillante- también es abundante la clientela. "Hasta hace poco, nuestro principal cliente eran las constructoras, pero la crisis del ladrillo ha cambiado la situación y los particulares son ahora mayoría", explicó el gerente.

El trabajo de Actividades de Salvamento Acuático de Córdoba (Asaco) también se dispara con la tempora de piscinas. Sus cerca de 80 especialistas ocupan el 90% de los puestos de socorrismo de Córdoba. Tienen conocimientos en primeros auxilios, saben manejar desfibriladores y están formados en la prevención de riesgos laborales. "Desgraciadamente, no podemos decir que la educación está a flor de piel. En las piscinas se ven episodios de falta de ética, de pérdida de respeto. Así que para prevenir cualquier tipo de incidencia y de riesgo en la lámina de agua intervienen los socorristas", explicó el responsable de Asaco, Juan Carlos Saco. Sólo en el parque acuático de Villafranca del Río prestan servicio 30 socorristas, y 15 más en el Parque Figueroa.

Otra instalación de referencia en la ciudad es la del Club Asland, cuyo mantenimiento corre a cargo del propio Saco. Claves para estas tareas son el hipoclorito (lejía concentrado) y el aguafuerte: "Hemos probado con muchos productos, pero al final siempre volvemos a lo mismo". La normativa obliga a realizar dos análisis diarios, algo ineludible para que la temporada de baño no depare sorpresas indeseables.

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