Cultura

Noches mágicas de cine con olor a verano en Córdoba

Un grupo de personas entra al Cine Fuenseca.

Un grupo de personas entra al Cine Fuenseca. / Miguel Ángel Salas

El olor a verano vuelve a recorrer el ambiente de las noches más cinéfilas de Córdoba. El olor a verano es una vez más ese incienso que se cuela por el sentido del olfato de quien en Córdoba ha comenzado a vivir el inicio de la temporada de los cines estivales, una temporada que ha comenzado con la apertura del Fuenseca y el Delicias; eso sí, con aforo limitado y con la recomendación del uso de la mascarilla por el covid-19, ese maldito virus que una vez más, como ya lo fuera el año pasado, en el que solo permitió que abriera sus puertas el Fuenseca, vuelve a ser el malo muy malo de la película.

Frente a este terrible enemigo se han tomado medidas como la de la reducción del aforo a más del 50% o la distancia de metro y medio. Esas son algunas de las precauciones que se siguen en el Fuenseca y el Delicias, como también se seguirán en los próximos días en el resto de los que gestiona Esplendor Cinemas. Córdoba llegó a tener más de 50 cines de verano. Según Lucas León Simón, el cine de verano era el centro y el cenit de tiempos pasados. Todo giraba en torno a aquel espacio de jazmines y albero, a aquellas sillas de enea o aquellos héroes del trapecio, del oeste americano o del campo andaluz.

Esos más de 50 ocupaban patios vecinales y solares de toda la ciudad. La dulce letanía de sus nombres sigue acompañando cada noche de estío: Fuenseca, Coliseo San Andrés, Zarco, Realejo, Rinconcito, Delicias, Florida, Benavente, Goya…y hasta la plaza de toros de los Tejares.

Hoy se conservan cuatro: el Coliseo de San Andrés (1935), el Delicias (1943), el Fuenseca (1945) y el Olimpia (1947) gracias a esa gestión de Esplendor Cinemas, que este año se reserva un verano lleno de sorpresas cinéfilas, ya que se cumplen 125 años de la llegada del cinematógrafo a la ciudad de Córdoba. Se trataba por ejemplo en la reposición de clásicos, algo que sería muy bien recibido por Andrés Vargas, que hace cola en el Fuenseca. “Si eso es así, ojalá repongan la saga de El Padrino, de Coppola, estaría bien, relata”. Su mujer, María del Mar Márquez estaría más por la labor de que esas reposiciones fueran de cintas de actrices y actores más clásicas “como Bette Davis o Cary Grant, por ejemplo”.

Pero la realidad es que la película que van a ver, la primera que se proyecta este verano en el Fuenseca es El inconveniente, una cinta española dirigida por Bernabé Rico y protagonizada por las actrices Juana Acosta y Kiti Mánver.

Los primeros en comprar las entradas -4,50 por cabeza- son Paco Perea e Isabel García, quienes insisten en que estaban deseando que abrieran este año los cines de verano tras un 2020 sin películas.

“A Sara le ofrecen comprar la casa perfecta: espaciosa, muy luminosa y extremadamente barata. Tan solo tiene un pequeño inconveniente: Lola, la octogenaria dueña actual, vivirá en ella hasta que muera. Aun así, Sara cree que es un buen negocio y decide comprar y esperar”. Es la sipnosis de la cinta, como lee Juan Cuadrado en el móvil mientras espera la cola para comprar la entrada.

También aprovecha para leer la de la cinta que se proyecta en el Delicias “por si vamos mañana”. Cuñados, una comedia española dirigida por Toño López y estrenada en la primavera de este año. “Eduardo (Miguel de Lira) y su cuñado Sabonis (Xosé A. Touriñán) acaban de meter la pata en uno de sus negocios y necesitan dinero. Mucho dinero. Será Sabonis quien encuentre la solución al problema secuestrando a Modesto (Federico Pérez Rey), cuñado de Alicia Zamora, la empresaria que los engañó y dejó tirados”. “Esta parece que va a estar mejor”, sostiene.

En el Delicias espera cola para verla Carmen González, una octogenaria que parece por sus conocimientos una biblia de los cines de verano de Córdoba. Los primeros que están datados documentalmente corresponden al año 1923 y sus nombres eran Ideal Cinema –ubicado en la plaza de toros de Ronda de los Tejares–, Parque Recreativo, Victoria y Salón San Lorenzo. Los siguientes, en el año 1935 abre sus puertas el Cine Coliseo San Andrés, seguido del Cine Fuenseca (1943) y el Cine Delicias en (1945), popularizándose a partir de aquí, y llegando a haber decenas de salas en todo el Casco Histórico de la ciudad durante las décadas siguientes.

“Los cines de verano se convirtieron en uno de las costumbres favoritas de los cordobeses durante las décadas de los años 50, 60 y 70”, comenta. Sin embargo, el paso del tiempo, la llegada de nuevas costumbres veraniegas entre la población, la llegada de nuevas formas de ocio, la venta de los inmuebles donde se ubicaban, entre otros factores hicieron que estos cines poco a poco fueran desapareciendo.

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